Ayer, 25 de mayo de 2017, último jueves del mes, tuvo lugar la tertulia fotográfica "El Canguro Violeta" en Piedrabuena, Ciudad Real. El fotógrafo Manuel Ruíz Toribio (Ciudad Real, 1962) contó su experiencia, sus inicios y algunos de sus actuales proyectos, acompañando su intervención con la proyección de sus trabajos en formato "multimedia".
Al encuentro asistieron veinte personas, mayoritariamente procedentes de Ciudad Real, seguidores del fotógrafo y socios/as del Colectivo Alumbre así como algunos piedrabueneros.
Manuel Ruíz Toribio eligió el tema de "la fotografía de lo cercano" por lo que se centró en los aspectos relacionados con esta modalidad, poniendo de relieve la gran importancia que tiene captar el mundo que nos rodea. Así, animó a los y las presentes a hacer fotografías de todo lo que, a veces, nos pasa desapercibido.
Manuel contó sus inicios en 1982, con el laboratorio que su padre compró a su hermano, que estudiada Fotografía. Después pasó a hacer fotos de la pequeña ciudad en la que vivía, Ciudad Real. Apenas si conocía a un solo fotógrafo famoso,
Cartier Bresson, y se decía que quería ser como él. Contó cómo era el panorama en aquella época, no había referentes, no se podía estudiar ni tenía con quién aprender, no había libros, no se hablaba de estos temas. Después llegaría su período de fotógrafo de prensa, fundamentalmente con la Agencia Efe pero también como
freelance o fotógrafo independiente.
Su primera proyección multimedia la tituló "
Interiores de una ciudad de interior", con música de Rafael Amor. El montaje lo había realizado, como el resto, Jesús Monroy, su compañero y también allí presente. Se trataba de un emotivo recorrido visual de retratos y paisajes de Ciudad Real. Algunas fotografías fueron tomadas en espacios ya desaparecidos como el antiguo Hospital Psiquiátrico, la antigua Cárcel o el curioso y emblemático bar El Granito. Aparecían algunos personajes, por decirlo de alguna manera respetuosa, muy singulares, como el torero de Piedrabuena, precisamente, llamado "El Cortijero", al que dieron una oportunidad en la plaza de toros de Ciudad Real, que tuvo cierto aire de burla por una parte del público.
Ruíz Toribio comentó que todo el mundo tiene historias que contar y él no busca la belleza en Fotografía sino algo diferente. Citando a
Ricky Dávila dijo que
ser fotógrafo es una carrera de larga distancia y, así, con más de treinta años de profesión confiesa que sigue evolucionando, aprendiendo y buscando "su color", a propósito del uso predominante del Blanco y Negro o Color, tras ser preguntado sobre sus preferencias. En este sentido habló de la evolución de la inmensa mayoría de fotógrafos, nombrando a algunos de los más reputados actualmente como
Cristina García Rodero,
Alberto García Alix o
Isabel Muñoz. Abundando en estas cuestiones mostró su satisfacción por la aparición de la Fotografía Digital, que consideró como un avance, citando también a uno de los más importantes fotógrafos, críticos y coleccionistas españoles,
Joan Fontcuberta.
Manuel, recalcando la importancia del trabajo continuado, de la constancia, de la preparación, apuntaba que
las fotografías no son fruto de la casualidad y enumeró una serie de situaciones en las que, como fotógrafo de prensa, intentaba captarlo todo saliéndose de lo más tópico, como pueda ser la imagen de un político sentado en una rueda de prensa. y optando por llegar antes, quedarse hasta el final de los actos y entender su trabajo como una crónica que incluye a todo el mundo y todos los detalles y no solo al personaje de turno. En este sentido, aunque no mostró la imagen, recordamos algunos una fotografía suya que es de las más descriptivas de esos actos de políticos, en la que se ve a un grupo de personas mayores muy atentas, en un acto en el que el protagonista era el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José Bono Martínez. Una de las mujeres tenía su foto en las manos y una expresión de total admiración.
Sobre la fotografía analógica y la digital afirmó que conviven pero que evidentemente la digital resulta mucho más barata y rápida, más inmediata y eso facilita el trabajo. Además, añadió, están las muchas posibilidades que presenta el trabajo multimedia, como todo lo que fue mostrando. Así, se pudo disfrutar con los montajes a veces muy breves sobre el centenario del Parque de Gasset, del Baño de Bullaque en El Robledo cada 31 de diciembre, "Pirovano cumple cien", "Los yeseros de Carrión de Calatrava" o un viaje a Cádiz.
En algunos, el autor iba "desgranando" esa sucesión de imágenes y explicando "los porqués" y "los cómos", las razones de haber seleccionado un punto de vista, una luz determinada, el cómo hizo las fotografías, los momentos de espera o el significado de algunas de ellas. Nos habló también de su sentido de la composición y de algunos temas favoritos como el de los mercados -con el ejemplo de el de Cádiz-, de los cementerios o de las fiestas, con la proyección del multimedia "De fiesta en fiesta", una recopilación muy interesante de imágenes de fiestas populares de la provincia de Ciudad Real.
También nos habló Manuel Ruíz Toribio sobre uno de sus proyectos de más calado, el del río Amazonas y del que sigue trabajando, el del río Guadiana y del último, el de las mujeres en la India.
Para la ocasión en el Canguro Violeta se había preparado una selección de libros, revistas y catálogos de sus trabajos publicados y un par de críticas de prensa sobre dos exposiciones suyas, del que estas líneas escribe.
Hubo varias preguntas e intervenciones, con un ambiente muy agradable y una intervención brillante del fotógrafo invitado, Manuel Ruíz Toribio. ¡Muchas gracias, Manolo, por tu gran trabajo y por compartirlo de forma tan cercana!
Francisco Zamora Soria, mayo 2017.