domingo, 13 de mayo de 2018

La vida sigue en el charco.

Ha vuelto a llover. El charco que hace apenas unos días parecía más un gran cementerio vuelve a tener vida. Bien es cierto que muchos de los animales que allí agonizaban no consiguieron salvarse. Sin embargo otros si y los hay también de nueva generación. Ahora, al acercarme, voy con mucho cuidado ya que salen a decenas los pequeños ejemplares de sapo corredor, huyendo hacia el agua. Apenas tienen un centímetro pero ya se les reconoce fácilmente por su forma de desplazarse, por la complexión y por la rayita amarillenta que recorre su espalda.
Otros animales están proliferando. Los "notonecta" ahora abundan, así como algunos "ditiscos" y "gerris" o zapateros. También observo arañas de las que se deslizan sobre el agua y moscas que también planean sobre el agua. Hay una especie de lombrices muy pequeñas y rojizas y alguna garrapata acuática. Veo huellas de ungulados y de aves de pequeño tamaño. Los pequeños mejilloncillos -concostráceos-siguen moviéndose muy deprisa. Me ha parecido volver a ver alguna pequeña sanguijuela pero ya no nadaba con soltura como el otro día. También se ven las huellas del ganado ovino y todavía suben a la superficie y bajan rápidamente los renacuajos de sapo de espuelas (Pelobates cultripes) y nadan los pocos que quedan de sapo corredor. (Epidalea calamita).


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