lunes, 16 de marzo de 2020

Mi cuaderno del coronavirus, 2.

Ya es lunes, 16 de marzo de 2020. El sábado fue el primer día del estado de alarma. En la carretera de Piedrabuena no noté diferencia. Si cabe, me pareció que había más tráfico que cualquier otro sábado. Sin embargo, la entrada en Ciudad Real mostraba un cambio importante, la ausencia del trajín inherente al mercadillo de los sábados. Sin furgonetas, sin puestos, sin gente...En la Churrería, muchos menos clientes. El dueño habla de la diferencia de cerrar por iniciativa propia a cerrar por obligación. Hasta Villarrubia de los Ojos tampoco percibo cambios, más allá de la presencia de las mascarillas. En realidad no entro al casco urbano, voy a una finca a cinco kilómetros. Allí, con una temperatura muy agradable, disfruto de las plantas, de la primera amapola del año, en una cuneta, por ejemplo. Veo bastantes insectos, escucho las gangas (Pterocles alchata), que van y vienen, como las golondrinas dáuricas (Cecxropis daurica), planea un aguilucho sobre el cauce muerto del Guadiana, en Zuacorta, los moritos (Plegadis falcinellus) y las garcillas comen junto a los toros, también en el Guadiana, en Alarcos, las jaras pringosas (Cistus ladanifer) ya se han lanzado a su peculiar nevada cromática entre Piedrabuena y Alcolea de Calatrava.
Llego a uno de los pocos bares abiertos y el propietario está haciendo limpieza profunda, pero tiene abierto. No ha hecho tapas calientes. Me dice que, si le obligan, cerrará.
A lo largo del día sabemos que los bares, entre otros muchos establecimientos, deben cerrar.
Me reconfortan algunos mensajes recibidos, alguno desde muy lejos (o muy cerca, no sé, quizás las distancias debamos dejar de medirlas en kilómetros y horas de viaje), México, dónde una madre de un alumno, se acuerda y preocupa por nosotros.
El domingo, una vecina me dice que viene, como cada día, de andar, y yo voy a echar gasoil, ya fuera del casco me acerco un kilómetro, a un paraje en el que suelo fotografiar animales y plantas. Las jaras, el romero, algunas orquídeas, una araña, hormigas ...Ya están todos los bares cerrados.
Truena y llueve. Lunes, teletrabajo. Llamo a la clínica fisioterapeuta y me dicen que me puedo pasar, que esta tarde van a cerrar. Llego, tras los 28 kms y tráfico normal, y veo Ciudad Real con menos vehículos, menos gente, los bares y otros muchos establecimientos, cerrados...en una fachada he visto tres banderas de España que no estaban estos días; la calle de la clínica, siempre llena de coches, aparece casi desierta. El ayuntamiento ha suspendido la ORA (Operación de regulación del aparcamiento). Hago una foto con el móvil. Dos de los fisios están en la puerta. Dentro no hay ningún paciente. Son cuatro y el administrativo. Después llega otro usuario. Cerrarán quince días. El profesoinal que me atiende lo hace con mascarilla.

Voy al polígono a recoger un paquete que, inexplicablemente, no me han llevado a casa. Me dicen que se ha tratado de un error.
Los talleres están abiertos pero, al menos uno, tiene una cinta de plástico de señalización roja y blanca, cerrando la entrada. Los bares están cerrados. 
Me acerco al supermercado y, al entrar, me llama la atención la cajera para que me ponga unos guantes de plástico, de los de la fruta. Ellas llevan también mascarillas y guantes de látex. Muchos clientes llevan mascarillas. Algunas estanterías tienen pocas existencias pero hay prácticamente de todo. Ya en la caja, la cajera pide a una señora que guarde la distancia de seguridad, que dice estar haciéndolo, cuando en realidad estaba demasiado cerca y con su bolsa de rafia o plástico pegada a mi compra.
Hay varios cubos de basura para los guantes y algunos se ven por el suelo. Ya en el coche, en la radio cuentan chistes de autoría desconocida. Llego a casa y veo personas y vehículos de otras ciudades como Madrid o Bilbao.
La tele no para de hablar del tema. Sigo pensando que se habla de más y que, quizás, se esté espectacularizando una realidad compleja. Me parece, por ejemplo, que sobran las opiniones de los políticos o gobernantes. No entiendo muchas actitudes y no me cuadra lo que se dice en muchas ocasiones ni las reprimendas captadas por las cámaras o móviles a otras personas. En mi opinión hay una especie de paz tensa, un descanso para muchos, pero con limitaciones y preocupaciones varias. Hoy se ha dicho, por ejemplo, que Burger King, despedirá a catorce mil trabajadores. Pienso en algunos trabajadores y algunas trabajadoras a los que creo que estos días les vendrán muy bien, pero no es más que mi opinión. 
Yo albergo un sentimiento extraño, contradictorio, de inquietud personal y profesional. He estado muy atareado todo el día. Quiero pensar que, tras un fin de semana muy intenso, y del viernes pasado también cargado de trabajo, es el primer día de esta nueva etapa, y, por lo tanto, también más duro. Yo dije ayer que en siete días como máximo se acabaría el confinamiento. Hoy parece que todo el mundo dice justo lo contrario, que se prolongará más de quince días. Sea como fuere, a mal tiempo buena cara.


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