viernes, 29 de mayo de 2020

Mi cuaderno del coronavirus, 12: Gotcha?

Pasa el tirempo. El galimatías estadístico es desconcertante para los no iniciados ni los no seguidores del tema. Así, leo que en España hay un sólo muerto por coronavirus en las últimas 24 horas, pero me llega un correo de un sindicato que afirma que, en el mismo período, ha habido tres fallecidos en Castilla-La Mancha. Además, se habla de "ajustes" estadísticos, de cifras de defunciones por encima de la media con respecto al año pasado muy superiores a las dichas desde el gobierno de España.
Leo que en un municipio de la Comunidad de Madrid, Torrejón de Ardoz, se van a hacer tests a 130.000 personas. Mientras, en Ciudad Real, a un asegurado de ADESLAS, es decir, de, SegurCaixa Adeslas, le piden el informe del médico que le prescribió la prueba, en otro municipio, a 30 kms, ya que en el suyo no tiene la opción de acudir a medico alguno, sino llamar por teléfono para que, en 48 horas, le atiendan telefónicamente.
De cualquier manera, se haría la prueba, en caso de ser aprobada, dentro de dos semanas, aunque le ha sido dicho, en un diagnóstico, por escrito, que es muy problable que lo haya pasado. Además, la especialista lo atenderá dentro de tres semanas.
Mientras tanto, la duda circula a tanta velocidad, o más, que el mismísimo virus, y que el miedo. ¿Te ves igual si te dicen que lo has pasado? ¿te sientes seguro o segura?¿Y las personas que te rodean? ¿Y las que escuchan la noticia, más o menos adaptada a cada trasmisor?
Enciendes la televisión y no entiendes nada. No cuadran las cifras ni las unidades de "esfuerzo" informativo ante cualquier noticia. Para colmo, el mismísimo vicepresidente del gobierno aparece dando un lamentable espectáculo con una diputada que, a su vez, le falta profundamente al respeto, al decoro, al sentido común y al interés político y ciudadano de los españoles. Pero como buen terremoto, lo vuelve a hacer al día siguiente, con otro interlocutor y en otro escenario. Ya es noticia la esposa, tambien ministra, el padre y la madre.
Yo no sé quién empezó antes o quién faltó al respeto y/o a la verdad primero, lo que sí tengo claro es que no nos interesa ni nos aporta nada positivo nunca pero, ahora, menos. En pleno estado de alarma, con una pandemia de la que se sabe muy poco, con una situación social y económica muy preocupante, lo que de verdad necesitamos es gente que trabaje y se trague sus diferencias, por arriba y por abajo, por la derecha, la izquierda y el centro. Y, en ese tragar, lo que tienen que hacer es ser capaces de ponerse de acuerdo, o no, de criticarse con respeto y moderación y aceptar las críticas, como demócratas de verdad, no de boquilla.
Los espectáculos que estamos viviendo son penosos. No nos merecemos esas escenas sino todo lo contrario. Nos merecemos una información fiable y un acceso gratuito a las pruebas cuando sea necesario. En eso tienen que trabajar y no en ver la forma de humillarse públicamente. Esas confrontaciones conducen a escenarios peores de los actuales,a la radicalización en el mal sentido de la palabra. Suponen que aumenta la desconfianza y el malestar en vez de sembrar la concordia, el diálogo y el entendimiento. 
Y, para concluir, si una doctora te dice que, tras haber padecido una neumonía por COVID-.19, sigues teniendo riesgo de contagiar a otras personas, ¿cómo debes proceder? ¿Lo ocultas, para que no te señalen? ¿lo dices? ¿solicitas una prueba que se resisten a autorizarte? ¿te encierras?¿pagas por un servicio que te niega el propio sistema al que ya pagas mensualmente desde hace décadas?
-"Gotcha!", pensó, cabizbajo, el funcionario, que, supo, al fin, que lo había pillado, con todo el mejunge que conllevaba.
-"Gotcha!"

lunes, 25 de mayo de 2020

Fauna en la puerta de mi casa, 2.

Como decía, es sorprendente la vida que podemos descubrir a nuestro alrededor. Es lo que podríamos llamar como la inmensidad e intensidad de lo cercano. Este fin de semana, en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, he localizado tres géneros diferentes de mariposas nocturnas, y no eran los primeros encuentros, por cierto.
 A escasos diez centímetros de distancia se encontraban estas dos especies, ayer, 24 de mayo de 2020, domingo.
 Esta preciosa mariposa y bastante grande es "Noctua pronuba" y ha sido identificada por Juan Anaya en Biodiversidad Virtual.
 En este caso sólo contamos con la identificación del género, "Hoplodrina sp.", realizada también por Juan Anaya, en Biodiversidad Virtual.
Esta otra la localicé en el mismo lugar, en la pared que da a la calle, a un metro y medio de altura, el viernes, 22 de mayo de 2020, viernes. Se trata de "Peribatodes ilicaria", y la identificación corrió a cargo de Carmelo Abad, en Biodiversidad Virtual.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Mi cuaderno del coronavirus, 11: ¿nueva pandemia de miedo?

Ya hoy, a 20 de mayo de 2020, miércoles, con tres días en la fase 1 del llamado desescalamiento, me viene a la mente la idea de una nueva pandemia, la pandemia del miedo. Desde mi modesta posición y mi exigua experiencia, pero diversificada y heterogénea, me parece percibir que ahora lo que está contangiándose muy deprisa es el miedo. Así, escucho hablar de un síndrome que no conocía, el de la cabaña. Otras personas me hablan de desánimo, de inseguridad, de dificultades para afrontar con serenidad esta salida del encierro.
Como me estoy perdiendo toda la serie televisiva, radiofónica y perdiodística desconozco los cauces por los que nos estamos moviendo. Pero si en un pueblo o ciudad que lleva sesenta días sin poder ir a un bar no se aprecia una afluencia considerable creo que es un síntoma de algo. ¿Precaución? Quizás.
Alomejor es el momento de abordar este problema de otra manera pero, ante la inmensa avalancha de opiniones, datos y hasta sentencias de expertos ¿quién se atreve a hablar? Y hay más, sin conocer el calado real de lo que está ocurriendo, opinar desde el desconocimiento es muy arriesgado. Espero que mis palabras se entiendan desde el respeto, que es el punto de partida.
Pero no comparto la visión negativa, ni la botella medio vacía, ni los temores ni miedos. Precauciones hay que tomar. Nos hablan de dos metros de distancia, por ejemplo, de acuerdo. Ayer un camarero bromeaba, a esa distancia de mí. Yo, le seguí la broma:
-¡Échamelo! -dije, abriendo la boca...
Y es que la contradicción está ahí, desde el primer día. Las comparaciones, también. El desconocimiento sobre miles de cuestiones, surge a diario. Hoy, una persona me decía, ante mi optimismo, que no había casi contagios porque no salimos...¿Eso es cierto?¿está demostrado?¿es así?
No lo sé. Yo no tengo una opinión formada sobre si deberíamos ir más deprisa o más despacio pero sí sobre la forma de afrontarlo anímicamente, cuando se pueda.
No comparto esa idea, escuchada ayer, de que el miedo guarda la viña. La viña la guardan las personas honradas, y, en segundo lugar, sus dueños y las autoridades. Y, si todo el mundo tiene comida suficiente, la viña se guarda, prácticamente, sola. Siempre hay algún ansias comelindes, un perturbado o un delincuente, pero eso parece ser inevitable.
Pero el miedo no es buen consejero. El cumplimiento de normas que tengan lógica, sí. Y si tenemos que hacer caso a nuestras autoridades, que dicen basarse en expertos, no entiendo las razones por las que haya que aumentar las medidas de seguridad. Si tengo que dejar dos metros de distancia con una persona, y hasta hace poco eran un metro y medio -también dicho por expertos- ¿porqué tengo que distanciarme más?, por poner un ejemplo real.
Desde luego, parece llegado el momento de instaurar una confianza sensata, que tienda a eliminar esos miedos que hacen sufrir a tantas personas.
Lo que solemos llamar, arbitrariamente, buen tiempo, ya está aquí. Las condiciones de habitabilidad para cientos de miles de personas empiezan a cambiar rápidamente. Y se acerca, aunque falta un poco, el fin de la primavera, el inicio del verano, la temporada tur´ñistica por antonomasia, el fin del curso escolar...
Como decía, el miedo no guarda nada y la incertidumbre tampoco es buena consejera. Ya pensando en el curso académico 2020-2021 no deberíamos aventurarnos lo más mínimo a hacer predicciones negativas. Nos evitará malestar y facilitará nuestra felicidad. Y es que, antes de septiembre, tenemos que terminar mayo, empezar junio, terminarlo, pasar el verano...Así que, ¿miedo?no, gracias. ¿Precauciones? las necesarias. Pero sólo las necesarias.


martes, 19 de mayo de 2020

Primera cita de morito (Plegadis falcinellus) en Piedrabuena, Ciudad Real.

Ayer, 19 de mayo de 2020, martes, tuvo lugar un avistamiento de un morito (Plegadis falcinellus) en Piedrabuena, Ciudad Real. La cita se produjo a las siete y media de la tarde, aproximadamente, a las afueras del casco urbano, en el camino del cementerio, sobre un montón de basura de ganado ovino.
Se trata de la primera vez, que tengamos constancia, que se ha podido ver esta ave en el término municipal de Piedrabuena, cuya observación fue realizada por Adolfo Sánchez.
Sí se venía observando un grupo numeroso de moritos en el río Guadiana, ya en el término de Ciudad Real, en el puente de Alarcos. Allí, se han llegado a contabilizar entre cuarenta y cincuenta ejemplares, en los últimos años. Además, antesdeayer, tuvo lugar otro avistamiento en el término municipal de Alcolea de Calatrava, sobrevolando unas siembras, en dirección sur, muy cerca de Benavente, a las siete y media de la tarde.
El dato viene a corroborar el proceso de expansión que está experimentando la especie en los últimos siete u ocho años en la provincia de Ciudad. 
En esta breve cita de 2018 se hablaba de una pareja de moritos, y en esta otra, más cercana en el tiempo, de algunos ejemplares más.



Bando de moritos (Plegadis falcinellus) en el río Guadiana, Ciudad Real, en abril de 2019.


Morito (Plegadis falcinellus) en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en agosto de 2013.



Morito (Plegadis falcinellus) en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en junio de 2012.



Mi cuaderno del coronavirus, 10: Pablo Iglesias también tiene derecho a que no le molesten en su domicilio.

Ayer supe que se habían producido manifestaciones en contra del gobierno de España. Independientemente de que fueran legales, ilegales o alegales, espontáneas u organizadas, dirigidas o no, lo que me sorprendió y me pareció totalmente inadecuado e injusto es que una de ellas tuviese lugar en los alrededores de la vivienda de uno de los vicepresidentes del gobierno de este país. Y dicho así, independientemente de que él, en sus etapas anteriores, pudiera alentar o justificar conductas parecidas, llámense como se quieran llamar, me sigue pareciendo mal.
Desconozco los detalles, como los desconocí en otros casos, pero todo el mundo tiene los mismos derechos, incluyendo el de la intimidad y que nadie nos moleste ni en nuestra casa ni en sus cercanías, de ninguna manera. Y así lo dije por escrito y me tuve que defender de las descalificaciones de alguna persona que ni entendió ni quiso entender lo que se decía, con motivo del escrache sufrido por Mónica Oltra. Entre otras cosas, hubo en aquella ocasión, más soberbia que respeto por parte de quién me nombró y señaló públicamente como persona que no tenía derecho a expresarme libremente.
De manera que, dicho queda. Pablo Iglesias, como cualquier otra persona, tiene derecho a que nadie lo moleste en su domicilio ni en sus aledaños, de ninguna manera. Me parece una falta grave hacia el respeto debido y la convivencia.

domingo, 17 de mayo de 2020

Las crucecillas de mayo de 2020 de Piedrabuena. 2.

Calle Emilio Enríquez Ferrer.


Calle Real.


Calle Real.


Calle Real.


Calle Real.






Mi cuaderno del coronavirus, 9: El filósofo Santiago Alba Rico y los buenos y los malos del coronavirus.

Hoy he podido escuchar la entrevista hecha al filósofo Santiago Alba Rico. Sus palabras me han parecido muy interesantes, con reflexiones profundas, aunque, a mi modesto entender, quizás un poco apresuradas, dado que todavía estamos en pleno proceso de pandemia y estado de alarma. Además, las generalizaciones y las conclusiones siempre me han parecido demasiado arriesgadas. Debo confesar que algunos puntos de vista me han parecido muy sabios.
Sin embargo, al final de la entrevista, el pensador es como si se hubiera bajado de su cátedra, como si hubiera abandonado la mesura, la empatía, el análisis, para sentenciar, poco más o menos, que hay buenos y malos en cuanto a las actitudes de las gentes que manifiestan sus sentimientos y emociones. Así, los que aplauden a las ocho, son buenos. Los que golpean sus cacerolas, son malos. Evidentemente no lo ha expresado así, pero es lo que ha venido a decir.

Me parece que, tras el análisis expresado unos segundos antes, sus palabras han salido como un verdadero exabrupto, como un decir sincero: "y ahora suelto lo que de verdad pienso, gentes que no comulgáis con el gobierno". Y rezuma verdad esa clasificación y esa valoración, sin más. Toda la finura anterior queda así, pisoteada, desde el simplismo y el maniqueísmo.

Y es que el tema de los aplausos se puede analizar de muchas maneras, como el de las caceroladas. O los crespones negros, o el todo va a salir bien con los arcoiris...No es tan fácil como establecer dos grandes grupos pero sí es muy revelador que, quiénes se dicen de izquierdas, quiénes propugnan la libertad de expresión, el derecho a disentir, el desarrollo del sentido crítico, la igualdad y la verdad, por encima de dogmas, ahora vengan con estos postulados tan curiosos, con estas llamadas a la unidad, es decir, al silencio, al control absoluto de la información, y a la parte positiva, que la hay, de este grave conflicto que estamos viviendo.
Me parece inaceptable esta actitud de autoritarismo y negación de las libertades más elementales. No tengo porqué estar de acuerdo con nadie, si no lo considero oportuno, en un llamado  Estado de Derecho, sin que eso suponga que nadie, osea, aboslutamente nadie, tenga el derecho a señalarme, a marcarme, a estigmatizarme...
La gente, con una pandemia por coronavirus y unas medidas políticas tomadas por un gobierno legítimo, tiene el derecho legítimo a expresarse como quiera. Es decir, se puede aplaudir, cantar, bailar, tocar un instrumento o golpear una sartén...Y eso no es ideología, o no tiene necesariamente que serlo. Pero si lo fuera, bienvenida la ideología, el derecho y la capacidad y la valentía para disentir. Eso no es volver al pasado ni querer lo peor. 
Y ahora, la persona que ha perdido a un ser querido, por ejemplo, precisamente por alguna de las malas, nefastas, inhumanas...prácticas que se han podido producir durante estos dos días...¿debe aplaudir a las ocho? Si has sufrido una enfermedad con cierta gravedad, y tu doctora te ha atendido por correo electrónico, porque la clínica que te correspondía es privada -eso no es culpa tuya, supongo-y cerró, ¿estás obligado a aplaudir? ¿Las personas que pensaban que las medidas de confinamiento se deberían haber tomado mucho antes son retrógradas? ¿están siendo injustas? ¿deben apoyar sin fisuras al gobierno? Las personas que, día a día, han visto cómo el gobierno decía una cosa y al día siguiente la contraria, ¿no puede manifestar su disgusto?
La situación ha sido y sigue siéndo muy compleja. Con seguridad se han cometido errores como los habría cometido cualquier otro presidente o partido en el poder. Pero esa no es la cuestión. Yo escuché una duda a una persona sin estudios que decía que en países más avanzados que el nuestro las cosas iban mejor, y que en otro, vecino, supuestamente más atrasado que España, también iban mejor. ¿Es sosprechoso de algo pensar así?
Y para terminar esta pequeña carta de un ciudadano a un filósofo, le hago otras preguntas. ¿Si hubiera sido al revés pensaría usted lo mismo de las caceroladas? Es decir, si estuviera el gobierno de España en manos del Partido Popular ¿opinaría lo mismo? ¿Estarían justificadas estas llamadas a la unidad, al silencio, al apoyo incondicional? Me temo que no.
En fin, una pena haber estropeado con tan pocas palabras una brillante intervención radiofónica.
El programa ha tenido lugar en Radio Nacional de España entre las 11 y las 12 de la mañana, sin que lo sepa precisar.

viernes, 15 de mayo de 2020

Mi cuaderno del coronavirus, 8. Cambiamos de fase.

Van pasando los días y las semanas. Hoy, viernes, 15 de mayo de 2020, hemos sabido que pasamos a la fase 1. Significa que podremos salir con cierta normalidad, que podremos viajar a otros municipios y, sobre todo, que la situación está mejorando, es decir, hay menos contagios y menos muertes.
En estas semanas pasadas hemos empezado a salir a pasear, toda una liberación y un verdadero placer. Daba gusto salir y ver a vecinas y vecinos, a familias con niños, a algunos mayores tomando el sol...
Con el teletrabajo hemos seguido aprendiendo y dando lo mejor de nosotros mismos, intentando, muchas veces sin conseguirlo, poner límites a los horarios. Hemos aprendido mientras intentábamos enseñar. A veces han sido las madres y los padres los que nos han ayudado. 
Los más de sesenta días de confinamiento van haciendo mella, apagando un poco la alegría, la ilusión y la esperanza. Intento mantener el buen humor y el ánimo, y ser optimista. Lamento la expansión, la extensión y la profundidad del miedo, sobre todo en lo que tiene de gratuito, de suposición, de vaticinio, de especulación. No soy nada partidario de hacer predicciones ni de sufrir por adelantado. Confío en que todo se solucione de la mejor forma posible.
Sigo pensando que el exceso de información, de programas, de expertos, de teorías, de datos...no es positivo. Así, poner en cuarentena a los llamados medios de comunicación social no es mala idea.Y veo como la realidad se va politizando y partidizando, sin que parezca que se pueda optar por un sentido crítico lo más imparcial posible. 
Cada día son más los interrogantes que nos podemos plantear. Vemos lo que está ocurriendo en Francia y no sé cómo valorarlo. Más muertos y más contagios que aquí, con mayor población, y con la vuelta escalonada y voluntaria a los colegios.
Aquí, me ha sorprendido que un guardia civil me informe de que no puedo poner una denuncia por un delito informático y que debo, o viajar a Ciudad Real, o esperar. Aunque me consuela diciendo que lo que me ha ocurrido ha sido muy frecuente, dado que se produjo una "brecha de seguridad". Y la palabra "brecha" ya me empieza a parecer demasiado elástica.
Como me ha sorprendido que para poder recoger un documento médico en una clínica tuviera que responder a preguntas sobre el contagio, los síntomas y la cercanía del coronavirus. Es de suponer que es una primera medida de protección para poder tomar otras más drásticas.
Se vislumbra una gran crisis económica pero no deja de ser una predicción, y la sola idea nos turba, nos preocupa y nos hace ponernos en escenarios muy negativos.
Y así las cosas, algunos nos empeñamos en ver lo bueno, lo que podemos sacar como lección, como parte positiva, aunque sea en esta caótica y desconcertante situación.

Fauna en la puerta de mi casa, 1.

Llevo años, en realidad toda mi vida, sorprendiéndome de la vida que me rodea. Desde pequeño, muy pequeño, me llamaban poderosamente la atención los animales. Recuerdo, por ejemplo, los muchos ratos pasados viendo uno de los hormigueros del corral de mi casa. Han pasado los años, muchos años, más de medio siglo desde entonces, y sigo maravillándome de los espectáculos que me brinda la Naturaleza, incluso en la puerta de mi casa. Debo aclarar que vivo en un pueblo de la provincia de Ciudad Real, Piedrabuena, con menos de cinco mil habitantes, con un territorio bastante bien conservado.
Así, desde que vivo aquí, desde hace unos veinticinco años, me he venido encontrando muchos animales en la puerta de mi casa, en la fachada, y en el interior. De un tiempo a esta parte los pequeños hallazgos han ido en aumento, aumentando lo que creo que recibe el nombre de "imagen de búsqueda del investigador", es decir, conforme se avanza en la búsqueda de algo se va mejorando en la capacidad de dar con el objeto buscado. 
Y a esto ha venido a sumarse el confinamiento por la declaración del estado de alarma. Lo que ha supuesto que no hemos podido salir de nuestras casas más que lo imprescindible, con lo que los momentos para buscar a esos pequeños seres, compañeros de viaje en realidad, han aumentado.
Y así he ido viendo un buen número de animales que parecían estar esperándome, no para morir, sino para ser inmortalizados por mi cámara de fotos o mi teléfono móvil.
Hablaba la bióloga Rachel Carson, en un opúsculo, sobre la importancia del sentido del asombro. Y pienso, desde la experiencia profesional y desde mis vivencias infantiles y las de un adulto, en este mundo de extraordinarios estímulos de todo tipo, que se trata de un valor imprescindible, tanto en nuestro sistema educativo como en la vida cotidiana.
Ahora, tenemos muchas facilidades tanto para fotografiarlas como para identificarlas. Podemos, además, contribuir con estas pequeñas aportaciones, al conocimiento de las especies. Es lo que se llama "Ciencia ciudadana".


Fotografía de una mariposa nocturna en la fachada de mi casa, a las nueve de la mañana. Fue subida a Biodiversidad Virtual e identificada por Carmelo Abad. Se trata de "Peribatodes ilicaria".

miércoles, 13 de mayo de 2020

Las crucecillas de mayo del 2020 en Piedrabuena.

Las cruces de mayo son una tradición y una celebración, a medio camino entre lo religioso y lo profano. Tienen lugar, cada año, en los primeros días del mes de las flores y se vienen celebrando desde hace mucho tiempo, sin que haya una fecha aproximada para marcar el inicio, para el caso que nos ocupa, Piedrabuena, en la provincia de Ciudad Real, aunque podría ser a finales del siglo XIX.
Lo que si sabemos es que desde el siglo XVII apareció la festividad de la Invención de la Santa Cruz, y que además, desde tiempo inmemorial hubo celebraciones en esas fechas en torno al árbol.

En Piedrabuena, Ciudad Real, las Cruces de Mayo tienen una gran importancia y destacan sobre otros muchos municipios en cuanto a sus particularidades, por decirlo de alguna manera. Y nos referimos tanto al gran arraigo como al esmero y perfección con el que se elaboran. Por lo pronto todas las que se hacen tienen en común que están en el interior de las casas o edificios de otro tipo, y no al aire libre, como en otros muchos lugares. 

En Piedrabuena se suele hablar de cruces de monte (o de brezo) y de cruces de tela. Y desde hace unos años también se pueden ver cruces mixtas, es decir, de monte y de tela. Por otra parte, también es tradición hacer "altares", es decir, cruces más sencillas, que no ocupan una habitación y que no se suelen enseñar a todo el que las quiera ver, como las anteriores. 

Y por último, aunque podríamos haber empezado por ella, está la conocida como Cruz de san Marcos. Para algunas personas del municipio se trata de "la madre de todas las cruces", es decir, el origen de esta celebración. Esta cruz sólo la podía hacer una familia, cada año, y, con el transcurrir del tiempo, quedaron siete descendientes, que cumplen con su particular obligación y devoción, cada siete años. Así, se pone todos los años. 

Lo que ha ocurrido este año, 2020, a consecuencia de la declaración del estado de alarma por el gobierno de España, dada la pandemia de coronavirus que padecemos, ha sido nuevo y, de alguna manera, ejemplar.

Por un lado hubo muchas personas que decidieron (o decidimos) que, ya que no se podrían hacer las cruces como todos los años, ni participar en ellas ni visitarlas, haríamos una pequeña cruz en nuestras casas con lo que tuviéramos a mano. Por otro lado, más tarde, leí, que el ayuntamiento había lanzado esa iniciativa por las redes sociales.

Lo cierto es que según algún periódico, la televisión y el propio ayuntamiento, han sido más de trescientas cincuenta las pequeñas cruces que se han hecho este año. Es decir, se ha pasado de una docena, aproximadamente, de media, a esa cifra tan abultada.

Evidentemente en nada se parecen estas cruces, que he decidido llamar "crucecillas", solamente con el ánimo de distinguirlas de esas creaciones tan impactantes y elaboradas como son las cruces de Piedrabuena.

Así, habiendo visto unas cincuenta crucecillas, me he atrevido a adelantar  unas características o conclusiones:

-Un gran número se encuentra en las fachadas, ventanas, balcones, escaparates, puertas, jardines de accesos, portales...
-La mayoría son de pequeño tamaño, no superior al metro cuadrado de superficie.
-Casi todas combinan elementos naturales, como plantas, con otros, artificiales.
-Predominan los crucifijos de madera, hechos con ramas no muy gruesas de encina u otros árboles.
-Algunas cuentan con iluminación eléctrica.
-En un buen número se han utilizado también piedras de diferentes tipos, fundamentalmente volcánicas y cuarcíticas.
-En todas se aprecia un sentido estético.
-Algunas han reproducido el modelo más tradicional de las cruces de monte, en el sentido de haber utilizado piedras en el suelo, como montículo, con vegetación silvestre y la cruz, de madera, partiendo de fragmentos de ramas.
-Hay algunas muy creativas o personales, que han incorporado materiales totalmente nuevos con diseños o formas nada convencionales.

Hemos visto cruces colgadas de fachadas, de rejas de ventanas, balcones o terrazas, en escaparates de diferentes establecimientos, en portales o entradas de casas, en el hueco de una chimenea, en un patio o jardín, interior o exterior, en el alféizar de la ventana, en puertas, puertas falsas y ventanas. Tan solo en alguna ocasión hemos observado crucifijos con la figura de Jesucristo, crucificado, o de imágenes religiosas de vírgenes o santos.
En general han predominado la sencillez, las plantas de interior frente a las silvestres, y la mezcla de todo tipo de elementos.

No se han recorrido todas las calles del pueblo. Algunas presentan dificultades técnicas a la hora de ser fotografiadas, por su ubicación en alto, por estar en un escaparate o junto a otros objetos y elementos, como verjas, vehículos... En el momento de fotografiarlas con el teléfono móvil algunas ya habían perdido cierto interés, dado que las plantas cortadas llevaban unos días. En algún caso la propietaria ya la había desmontado.

Veamos algunas.

Carretera de Navalpino. 



Calle Emilio Enriquez Ferre. Interior de habitación.



 Calle Emilio Enríquez Ferrer.




Calle Emilio Enríquez Ferrer, de día.


Calle Emilio Enríquez Ferrer, de noche.


Calle Real, escaparate de estanco. Está hecha con  las flores del brezo de una cruz del año pasado.




Carretera de Navalpino.


Carretera de Navalpino.


Carretera de Navalpino.




Calle Real.







Calle Guadiana. Interior de vivienda.



Calle Guadiana.


Calle Guadiana.


Calle Guadiana.



Calle Sierra de la Cruz.




Calle Federico García Lorca.



Calle Guadiana. Alféizar de la ventana, con luz eléctrica.


Calle Guadiana. Interior de vivienda, hueco de la chimenea.


Carretera de Toledo.


Calle Tercia. Escaparate.


Calle Marte.


Calle Tercia. Escaparate.


Calle Tercia. Escaparate.


Calle Tercia.


Calle Tercia.


Calle Rollo.  Escaparate con tres cruces del mismo autor, una más, en la fachada.




Calle Rollo.



Calle Rollo.


Calle Rollo.



Calle Rollo.



Calle Rollo.



Calle Rollo.









Carretra de Toledo, esquina con Calle Príncipe Felipe.


Calle Juan de Austria, Jardincillos.