El pasado mes de julio tuve la suerte de volverme a encontrar con el curioso método de apareamiento de las chicharras alicortas. Éstas son ortópteros, saltamontes sin alas, que reciben, entre otros nombres, el vernáculo de "chicharras".
Ya había presenciado una escena semejante en Piedrabuena, el año 2010 y, por cierto, publiqué una entrada en mi primer blog, "Franzaso". En esta ocasión, en Villarrubia de los Ojos, la diferencia estuvo en que pude ver cientos de ejemplares en dos o tres visitas, en pleno proceso reproductor.
El macho y la hembra se acercan y realizan varios movimientos. La hembra es atraída por el canto del macho y el intercambio de feromonas. El macho deposita el espermatóforo y la hembra lo recoge. Esa sustancia seminal es muy parecida a un par de huevos crudos, salvando los tamaños. Es decir, tiene una parte transparente y otra, amarillenta, como la yema de los huevos.
La hembra se come la parte transparente, un aporte alimenticio extra, el espermatofilax, proteínas, al fin y al cabo, e introduce el esperma propiamente dicho en su cuerpo, en la placa subgenital. Posteriormente, pondrá sus huevos ya fecundados con el ovopositor u oviscapto, esa especie de pincho o "sable" que hace que sean fácilmente reconocibles.
Gracias al experto en ortópteros Miguel Domenech Fernández por su información y aclaración de dudas. Por cierto, acaba de publicar un interesantísimo artículo titulado "Nuevas citas y catálogo preliminar de los ortópteros (Insecta, Orthoptera) de la provincia de Ciudad Real (Castilla-La Mancha, España)" en el Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa, nº 66, primer semestre 2020.
¡¡Impresionate!!
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