domingo, 30 de agosto de 2020

"Murcia", otro antrotopónimo de Villarrubia de los Ojos.

“Murcia”, otro antrotopónimo de Villarrubia de los Ojos.

FZS, agosto 2020.

Desde que yo era pequeño escuché hablar de Murcia, con mucha confusión por mi parte. Por un lado, unos tíos míos, y sus nueve hijos e hijas, vivían en esa capital pero, cada cierto tiempo, mis mayores, hablaban de un lugar que estaba en Villarrubia de los Ojos al que llamaban de igual manera.  Tardé unos años en comprender que, una cosa era la provincia y la capital llamada Murcia y otra, un paraje concreto, un olivar a cinco kilómetros del casco urbano de Villarrubia de los Ojos entre la carretera de Villarrubia de los Ojos a Fuente el Fresno y el camino de Malagón, al que llamaban así.

Mi tía Olalla Soria Villegas (1911-1990), hermana mayor de mi madre, a la que le encantaba contarme historias del siglo XX y del anterior, me lo explicó. Esa finca perteneció a un señor llamado Sixto Murcia, y mis bisabuelos maternos  se lo compraron. Ella también me explicó que otro topónimo de nuestro pueblo "Guadilla" tenía su origen en la procedencia de sus dueños, ya que eran de "Guadix" en la provincia de Granada.

De ese propietario por el que se empezó a nombrar así ese paraje es muy poca la información que tengo. En un recordatorio necrológico de 1921 aparece Jaime Sorell Murcia como fallecido a la corta edad de 27 años. Su padre era Faustino Sorell, del que conocemos algunos datos de otro tipo, que no vienen al caso. Parece evidente que su esposa se apellidaba Murcia y, en esas fechas, ya había fallecido, dejando otras dos hijas, Concepción y Paulina.

Por la información escuchada me parece que la compra de dicha finca se efectuó antes de 1895, pero es un dato que tendría que confirmar documentalmente. Si no recuerdo mal, la adquirió la familia Naranjo y, posteriormente, pasó a don Manuel Villegas Naranjo, como parte del "patrimonio" que le permitiría ejercer como cura libre o "a título de patrimonio". Era lo mismo que le había ocurrido con la huerta conocida como Fuentes de Macho y otras aledañas. Este sacerdote fue durante muchos años el capellán de la Virgen de la Sierra y, posteriormente, de las madres clarisas, falleciendo el 28 de abril de 1945, con cincuenta años de sacerdocio.


Fragmento de una fotografía de don Manuel Villegas Naranjo, probablemente realizada por su sobrino Antonio Soria Villegas.

Esas tierras ligeramente inclinadas de norte a sur, entre la sierra cercana y la llanura -rañas con abundantes cantos heterométricos de cuarcitas armoricanas con algunos icnofósiles de Cruziana y tierra arcillosa- se conocen genéricamente como “El Retamar”. El Retamar fue una de las fincas de propios ("procedente de sus propios"), es decir, de los vecinos de Villarrubia de los Ojos, que fueron desamortizadas en la segunda mitad del siglo XIX, en la conocida como desamortización civil o de Madoz. Salió a la venta, a pública subasta, en 1863 y el quinto tenía una extensión de 125 hectáreas. Lindaba al Norte con Pedrizas de Fuentes y Olivares, al Oeste con otro quinto también desamortizado, Barrancones. Desconozco los límites al Este y Sur.

Esa finca se parceló y vendió en los cuatro últimos decenios de ese siglo y se puso, mayoritariamente, de olivos, como sigue en la actualidad. Este olivar en concreto se puso, es decir, se plantó, en los años cuarenta o cincuenta del siglo XX, aunque algunos años también se sembraba cereal, con muy buenos resultados.

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