El pasado mes de agosto de 2020 fueron localizados tres nidos aéreos de rata negra (Rattus rattus) en encinas en Villarrubia de los Ojos, provincia de Ciudad Real. Se trataba de grandes acumulaciones de materia vegetal, de forma esférica, sobre encinas (Quercus ilex) de las que se observaron varios ejemplares saliendo. El hallazgo fue realizado por el propietario de la finca, Ramón Crespo Villegas cuando observó que algunas ramas de dichos árboles estaban completamente secas. Además, pudo comprobar cómo las ramas se encontraban parcialmente peladas, roídas en realidad.
Los nidos aéreos de ratas negras son conocidos por los expertos pero han sido muy poco estudiados y nada divulgados. Sobre su creación se piensa que responde a las necesidades de regulación frente a las condiciones climáticas. Suelen estar formados por materiales de los árboles en los que se construyen, sin una entrada aparente.
Estas curiosas construcciones tienen tamaños considerables, de hasta medio metro de diámetro y no excluyen la construcción de madrigueras subterráneas. Se encuentran a una altura aproximada de tres metros sobre el suelo. Por lo que he podido leer se han producido citas de nidos aéreos de ratas negras sobre naranjos y pinos en España.
En el caso concreto que nos ocupa las encinas se encuentran sobre un manto eólico, en las cercanías del río Gigüela y de los Ojuelos y del río Guadiana, en el paraje conocido como El monte de la Rinconada.
La rata negra llegó a Europa en el siglo XII y es muy parecida a la rata parda o de alcantarilla. Tiene una cola que supera en longitud las medidas de su cuerpo y sus orejas también son considerablemente más largas que las de la rata de alcantarilla (Rattus norvegicus).
Es muy interesante el artículo científico sobre este tema de F.V. FAUS y J.R. VERICAD, publicado en la revista Mediterránea, en 1981.
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