Hace ya unos meses empecé a ver esos titulares breves en el móvil que, sin saber porqué, aparecen a diario, que decían que Jesús Quintero se encontraba viviendo en pésimas condiciones. No quise leerlas. Hoy, por cierto, he visto otro, diciendo lo mismo sobre Serrat.
Lo cierto es que hace tres días, el pasado 3 de octubre de 2022, supimos que había muerto Jesús Rodríguez Quintero, conocido como Jesús Quintero o "el loco de la colina". He escuchado varias noticias al respecto en la radio y he visto un par de veces, en televisión, la información.
Cuando me enteré me vinieron a la memoria los buenísimos ratos que viví escuchando un pequeño aparato de radio, en mi época de estudiante, a las tantas de la noche, en Madrid. Yo era fundamentalmente nocturno ya que en el instituto, primero, y la universidad, después, tenía turno de tarde, noche ( el turno de noche empezaba a las siete de la tarde o terminaba a las once de la noche) y tarde. Además, me gustaba estudiar, leer y dibujar de noche, ya bien tarde.
En esos momentos mágicos, a la luz de un flexo, en un pequeño comedor de un bajo interior, sus palabras eran una fuente de conocimiento, de descubrimiento del mundo y de libertad que, generalmente, se me presentaba como inalcanzable (levantarse, tareas domésticas, clases, tareas domésticas, estudiar, dormir, levantarse...).
Sus historias, sus comentarios, sus entrevistas eran una vía de escape, un camino abierto a la vida, a la imaginación, a la calma pero, también, a la excitación, a la aventura y al amor. A mí me parecía que aquel hombre del que nunca había oído hablar era poco menos que un genio rebosante de humanidad. Me parecía que era poesía que brotaba a diario y que me iba haciendo feliz a golpe de botón interruptor de la radio. Recuerdo una noche que, supongo, cansado del "compadreo" de dos invitados, se fue del programa. Optaron por terminar la entrevista y poner música.
No eran muchas las personas que yo conocía que tuvieran ese mismo interés en escuchar "al loco" pero lo que tengo claro es que se salía de lo "normal" de aquella época. Sin embargo he leído que en esos años mágicos había programas con más de dos millones de oyentes. Sencillamente, ¡impresionante!
Para mí fue muy importante conocer, en aquellos momentos, a este personaje de la radio. Pasaron los años, perdí el hábito de escuchar la radio y supe que Jesús Quintero hacía programas de televisión. Creo que vi alguno pero, para mí, ya no era lo mismo.
Si tuviera que resumir en dos palabras sus programas diría "humanidad" y "poesía", eso era para mí el loco de la colina. ¡Descansa en paz, Jesús!
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