Hace ya unos años desde que una persona puso el nombre de "Jara roja" a una empresa de quesos en Navas de Estena, Ciudad Real. Lo eligió porque había visto jaras pringosas (Cistus ladanifer) que tenían unas flores diferentes a las típicas blancas, con o sin mácula. Eran pétalos en los que la mácula era muy grande, creando esa sensación de que toda la flor era roja, aunque el color es más cercano al púrpura que al rojo.
De este fenómeno tuvo noticia un geógrafo, Pedro Pablo Buitrago Bravo, que comenzó a estudiarlo. Al cabo de unos años de búsquedas infructuosas de información consiguió nuevos datos de otra ubicación, a través de una amiga en Los Cortijos. Y en ese tiempo comenzó también el proceso de intentarla reproducir con semillas. De los tres intentos llevados a cabo por tres personas diferentes, por el momento, abril de 2023, sólo una lo ha conseguido.
Lo cierto es que ahora se conocen dos localidades diferentes a unos cuarenta kilómetros de distancia y que una de las plantas cultivadas ha florecido también con esas manchas que ocupan casi todo el pétalo.
Resulta muy curioso que en la misma planta haya flores "normales" o típicas de jara junto con las de esta coloración tan llamativa. Por si fuera poco, en algunas flores se dan unos pétalos blancos y otros rojos.
Para el estudio de estas "jaras rojas" se ha formado un grupo de trabajo que quiere investigar y, si procede, describir esta hipotética variedad. La propuesta de nombre científico hecha por Pedro Pablo Buitrago Bravo es "Cistus ladanifer supermacula".
El equipo está formado por unas quince personas de diferentes universidades, instituciones y asociaciones como la Universidad de Castilla-La Mancha, la Universidad de Murcia, la Universidad Miguel Hernández y el Centro para la Investigación y Experimentación Forestal de la Generalitat Valenciana.
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