Hoy, 12 de mayo de 2023, viernes, he podido observar el comportamiento de las canasteras (Glareola pratincola) ante la presencia de seres humanos en los terrenos de cría. No es la primera vez pero me sigue impresionando y pareciendo un verdadero espectáculo.
Las canasteras no son abundantes en la provincia de Ciudad Real. En realidad son difíciles de ver. En las cercanías del río Gigüela, en el término municipal de Arenas de san Juan suelen criar en alguna finca que Conce Sepúlveda Rodríguez intenta localizar año tras año. Al pisar esa parcela en la que están preparándose para iniciar la cría, algunos ejemplares levantan el vuelo, sonoramente. Y empieza toda una estrategia de alejamiento de los extraños. Una canastera se sitúa bastante cerca de los intrusos en el suelo e inicia diferentes movimientos para atraer su atención: aplastamiento contra el suelo, apertura de alas y movimiento de las mismas, ponerse en pie...y vuelta a empezar, acercándose un poco más. Parece mentira pero, en lugar de huir, la canastera se acerca a nosotros y sigue con sus movimientos. Llega a estar a unos ocho o diez metros de distancia. Si te acercas más, incluso muy lentamente, se aleja un poco. El año 2021 las observamos en otra finca cercana, ya en el mes de julio, cuando alguna pareja todavía tenía huevos.
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