En Arroba de los Montes, Ciudad Real, España llaman "burrieras" a las marcas que deja el agua de un río o un arroyo cuando llueve mucho. Esas señales reciben el nombre de burrieras porque son los restos de las heces de los équidos, fragmentos muy pequeños de materia vegetal. Por ejemplo, si llueve mucho en el término municipal arrobeño, el río San Marcos -afluente del Guadiana, junto con el Valdehornos- corre con fuerza y el nivel de las aguas se eleva considerablemente. Cuando ya baja el nivel en los arbustos y las rocas de la ribera se quedan esos restos vegetales, marcando el punto más alto al que llegó el agua.
Pues bien, en nuestros pueblos, ciudades, carreteras, caminos y otras infraestructuras estos días de lluvias generosas, aunque atípicas y a destiempo, podemos ver esas marcas dejadas por el agua. Sería el momento de tomar apuntes, hacer fotos, marcar niveles...y aprender. Ye s que vamos construyendo olvidándonos de cuestiones tan elementales como la del necesario desagüe de las aguas pluviales (o nivales).
En el caso concreto de Villarrubia de los Ojos se han producido pequeñas inundaciones en algunas casas y negocios en estos meses de mayo y junio de 2023 pero con la particularidad de que no es la primera vez. Y es que hay arroyos que ya no existen y todo parece indicar que no se instalaron los canales de drenaje necesarios. Además, el casco urbano ha crecido con lo que la escorrentía es mayor. Y, por si fuera poco, el nivel de las calles sigue elevándose, con esa peculiar forma de ir rellenando de asfalto las vías públicas.
Vemos también, en Ciudad Real y en Piedrabuena, que los resaltos y los pasos de peatones peraltados hacen las veces de obstáculos para que circule el agua de forma conveneinte, generando charcos y dificultades de todo tipo, incluyendo el riesgo de accidentes.
En fin, sería deseable que las autoridades tomaran nota de esas señales que deja el agua cuando llueve porque está claro que no será la última vez.
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