sábado, 12 de agosto de 2023

Sobre la serie "Eta, el final del silencio".

 He estado viendo la serie de documentales "Eta, el final del silencio" de Jon Sistiaga y Alfonso Cortés-Cavanillas, de 2019.

La serie, de siete capítulos, ha recibido buenas críticas, hasta dónde me ha dado tiempo de leer y, en Filmaffinity tiene una valoración de 7,6 sobre 10, una muy buena nota, a fecha de hoy, 12 de agosto de 2023. Desconozco las opiniones de la izquierda independentista o abertzale, si es que se han producido.

Desde un punto de vista cinematográfico me parece que es un buen trabajo aunque me resulta algo lento en algunos momentos, especialmente cuando recurre a esas imágenes de determinadas acciones típicamente vascas como las de los aizcolaris o las de los levantadores de piedras (harrijasotzea). 

El tema es especialmente complejo, denso y delicado. Desde luego me parece que los creadores de estos documentales han tenido el acierto y el valor de abordar un capítulo tan espinoso y doloroso como el del terrorismo de Eta en España desde su aparición hasta su desaparición. El trabajo de recopilación histórica, en general y hemerográfica, televisiva, radiofónica y documental también es digno de elogio. Evidentemente no es una serie que aborde el conflicto desde, al menos, los dos posicionamientos políticos más destacados sino que se centra, fundamentalmente, en la del nacionalismo español, la derrota de Eta, en sus crímenes y errores y en la "vía Nanclares".

Personalmente me ha resultado duro ver esas entrevistas, muchas imágenes de archivo y testimonios. Yo hubiera agradecido algunas intervenciones de personas que vienen investigando este conflicto desde diferentes disciplinas así como textos orales que fueran introduciendo cada uno de los capítulos y de las diferentes realidades de las que se iba tratando. 

Hay afirmaciones tanto de "unos" como de "otros" y del locutor y entrevistador que, a mi modesto entender, no se sostienen, pero no voy a entrar en ellas. También me parece que hay ausencias e hitos no abordados. Soy consciente de las muchas dificultades que debe conllevar una realización cinematográfica como esta y, desde ese ángulo, se podrían entender algunas de esas ausencias como simples (o complejas) negativas de los protagonistas y antagonistas. Como tengo esa pasión bibliográfica he echado en falta libros, autores y reflexiones que podrían presentar un panorama muy clarificador. En la misma medida, hay personas o personajes que se convierten en verdaderos protagonistas frente a una ingente cantidad de actores que no aparecen.

Coincido totalmente en el gran tacto, en la sensibilidad y el buen hacer de Jon Sistiaga a la hora de hacer preguntas o de dejarlas en el aire, sin forzar las situaciones y sin poner contra las cuerdas a nadie. Ante cuestiones tan delicadas y emotivas, muchas veces, el silencio es lo más respetuoso y lo más elocuente. Igualmente me parece muy acertada esa idea de acercarse más al arrepentimiento, al diálogo, al perdón (en los casos que se haya producido) que a otras vivencias y sentimientos.

Y en cuanto al "final del silencio" creo que es una vindicación muy oportuna, una necesidad, aunque no comparto esa idea de que los alumnos de determinados niveles educativos no conozcan a tal o cual víctima, con todos mis respetos (ya escribí algo al respecto hace un par de años). Coinciden en esta necesidad de no olvidar, de hablar, de recordar,  varios protagonistas y sería de desear que se profundizara más y se trabajara desde diferentes puntos de vista.

Recomiendo esta serie por el gran valor documental, histórico, sociológico y humano que tiene. 


Imagen del comunicado de Eta en el que informaban del final de la lucha armada el 20 de octubre de 2011.



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