El pasado domingo, cinco de noviembre de 2023 observé por primera vez este otoño crustáceos branquiópodos anostráceos en Piedrabuena, Ciudad Real, España. Son las llamadas gambas duende (Branchipus schaefferi) que debieron eclosionar al menos entre siete y diez días antes, o algo más.
En el pequeño charco en el que las localicé había unos catorce o quince ejemplares, aproximadamente el mismo número de machos que de hembras. El charco no cubría más de un metro cuadrado y tenía unos seis o siete centímetros de profundidad. El agua estaba cristalina, contrastando con otros charcos muy cercanos en los que había una turbidez total.
El lugar concreto se encuentra en mitad de un camino sin tráfico prácticamente, rodeado de monte y matorral mediterráneos, con usos residuales de ocio no siempre respetuosos, como el vertido de escombros, incluyendo uralitas, y restos de actividades humanas, generalmente nocturnas. Se han llevado a cabo un par de limpiezas por parte de Unidad Ecologista y se colocó un cartel pidiendo que no se produzcan esos vertidos.
Aquí las vengo observando, fotografiando y estudiando desde la primavera de 2016 en que las localicé por primera vez. Las gambas duende han eclosionado varias veces todos estos ocho años, a pesar de que la mayoría han estado por debajo de la media pluviométrica. En realidad la eclosión o, mejor dicho, las eclosiones, no están relacionadas tanto con las medias pluviométricas como con las precipitaciones puntuales, capaces de generar esos pequeños encharcamientos de, al menos, medio medro cuadrado. Si digo "eclosiones" es porque a veces se producen dos o más en el mismo período de tiempo ya que son visibles diferentes generaciones en el mismo charco.
También es importante destacar que al tratarse de un camino sin pendiente, dependiendo de la cantidad de agua caída, se forman charcos más o menos grandes. Hay, al menos, dos núcleos, que, en ocasiones como la actual, presentan charcos no conectados entre sí.
Ayer, nueve de noviembre de 2023, por ejemplo, eran cinco los charcos que tenían agua con gambas duende. Algunos es posible que estuvieran conectados sólo una semana antes. Al menos uno de ellos estaba ya seco de los que tenían agua y gambas duende el pasado domingo, cinco de noviembre.
Las gambas observadas miden unos dos centímetros y las hembras ya tienen el ovisaco lleno o semilleno de quistes. Algunos ovisacos presentan el curioso y llamativo fenómeno de la bioluminiscencia. Si el tiempo sigue así es muy probable que esa típica criptobiosis nos permita ver nuevas gambas duende en cuestión de días, si es que no se han producido ya las eclosiones.
Una de las cuestiones que le confieren gran importancia a estas citas es que se consideraba por parte de los expertos que esta especie no se encontraba al sur del Sistema Central (ALONSO, 1995) aunque hay suficiente información contrastada que pone de manifiesto una distribución más amplia, que incluye la submeseta sur.
Para terminar, si interesa el tema hay varias entradas en este blog que tratan sobre las increíbles y preciosas gambas duende y algunos de sus parientes.
Gambas duende "Branchipus schaefferi" de Piedrabuena, Ciudad Real, España. Otoño de 2023. Arriba se ve la hembra, con el ovisaco con quistes y debajo, el macho. FZS. Prohibida su reproducción o utilización sin permiso expreso.
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