De un tiempo a esta parte se está poniendo complicado beberse un botellín o una caña. Es como si se hubiera producido una transmutación del significado de la palabra "caña" y de su contenido, equivalente a un quinto (de litro, o botellín). Ahora o se especifica o te ponen...una jarrilla, una copa, un tercio, pero una caña es una caña. Ya perdimos en la práctica totalidad de España la posibilidad de beber cortos y chatos y ahora todo parece indicar que estamos dando el salto a esta otra medida de capacidad sin previo aviso en la mayoría de ocasiones.
Bromas aparte me parece muy poco profesional muy muy poco respetuoso lo que está ocurriendo. En español se dice: "al pan pan y al vino vino". Y ahora ni las palabras ni las matemáticas tienen valor. Habrá que pensárselo antes de entrar a un bar o sencillamente, aclararlo.
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