Ayer pudimos leer, con bochorno y pesadez, un texto, mejor dicho, una invectiva, en la que el autor ataca frontal y ciegamente la Geografía como disciplina académica y científica sobradamente consolidada, así como a la Universidad de Castilla-La Mancha y su Departamento de Geografía y Ordenación del Medio Ambiente y al grupo de Investigación GEOVOL, con motivo de la declaración del Geoparque Volcanes de Calatrava por parte de la UNESCO de la semana pasada.
El autor, el doctor en Geología Pedro Rincón Calero, hace más que un ejercicio de verdadera sinceridad o introspección una muestra de su incapacidad para comprender y admitir realidades tangibles, evidentes y social y científicamente aprobadas y aceptadas por todo el mundo. Así, escenifica con una prosa muy pobre, una conducta pueril, inmadura, vengativa y rayana en lo enfermizo. Su rabieta ha sido controlada desde el pasado mes de agosto de 2023 hasta ayer, 2 de abril de 2024, día en el que la Diputación Provincial de Ciudad Real, de alguna manera, presentaba el gran logro de esta distinción mundial de la riqueza geológica y geomorfológica de buena parte de nuestra provincia.
Lo que subyace es una serie de rencillas profesionales que demuestran el punto de vista tan equivocado de este geólogo que considera que sólo él sabe de la materia y del territorio y que las geógrafas y geógrafos no pueden aportar nada.
Desde luego, como geógrafo formado en la UCLM, en el Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio, alumno de profesoras como la doctora Elena González Cárdenas, compañero de estudios de algunos componentes de GEOVOL y compañero también como profesor asociado del citado Departamento de todos los miembros del mismo, tengo que decir, recurriendo al refranero, que no ofende quién quiere sino quién puede y que sus palabras se convierten en un reconocimiento en el sentido de que es precisamente todo al contrario de lo que afirma.
Mi falta de objetividad podría ser considerada como simple camaradería por eso yo aconsejo buscar los perfiles académicos de los cuatro componentes de GEOVOL en portales científicos como Dialnet, Academia Edu o Research Gate y compararlos con el del airado autor. Las Matemáticas desmentirán o ratificarán lo que afirmo.
Por otra parte pienso que este breve escrito de apoyo no tiene para mí más significación que dejar claro que lo afirmado públicamente por el doctor en Geología no se sostiene desde ningún punto de vista, aunque su trayectoria investigadora hubiera sido más rica. Porque la cuestión es que se tira por tierra -se intenta, sin conseguirlo- el impresionante trabajo desarrollado por estos cuatro investigadores que tantos y tan positivos frutos sociales están dando. Y es que la fundadora de Geovol, ya jubilada, catedrática y doctora, Elena González Cárdenas, lleva toda su vida estudiando, investigando, trabajando, promocionando, divulgando y defendiendo los volcanes del Campo de Calatrava. Y su equipo, todos doctores, vienen haciendo lo propio.
Si el problema de fondo fuera la disputa exclusivamente académica surgida por la datación de un volcán estoy seguro de que no se habría producido esta confrontación tan visceral, agresiva y desproporcionada, que trasciende con mucho lo meramente académico. De manera que parece que son otras causas no dichas en ese artículo tan carente de validez las que lo han motivado.
También deja caer algunas descalificaciones sobre otras personas cercanas a GEOVOL. Si tan seguro está quizás debería dar más pistas. Aunque ahora lo que debería suceder es que las autoridades políticas cesaran a esta persona tan poco respetuosa y tan agresiva y buscaran el camino de la colaboración y el trabajo en grupo interdisciplinar, como estaba planteado inicialmente. Además, las autoridades académicas también, a mi modesto entender, deberían hacer públicas sus consideraciones sobre este tema.
Y al autor de la diatriba le recomiendo humildemente que recapacite, que se plantee objetivamente todo lo dicho y que se disculpe públicamente, dejando los términos de sus quejas en lo estrictamente personal, sin poner en duda la valía profesional de los atacados.
Ahora el camino que nos queda por recorrer es apasionante y debe pasar por todo lo contrario de lo que supone este escrito.
En Piedrabuena, a 3 de abril de 2024, miércoles.
Francisco Zamora Soria.
Maestro de escuela y geógrafo jubilado y miembro del Comité Científico del Geoparque por decreto 2021/879 de la Diputación Provincial de Ciudad Real.
Bravo Paco!!
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminar