Desde hace unas semanas han comenzado las reuniones preparatorias para la puesta en marcha del llamado "M.A.P.", es decir, Marco de Acción Prioritaria de la Mancha Húmeda. Los MAP son, según el Ministerio. "... instrumentos de planificación estratégica plurianual cuyo objetivo es proporcionar una visión completa de las medidas necesarias para implementar la red Natura 2000 y su infraestructura verde a escala de la UE, especificando las necesidades de financiación para estas medidas y vinculándolas a los correspondientes programas de financiación de la UE. En consonancia con los objetivos de la Directiva sobre los hábitats2 de la UE en la que se basa la red Natura 2000, las medidas que deben identificarse en los MAP se diseñarán principalmente para «mantener y restablecer, en un estado de conservación favorable, los hábitats naturales y las especies de importancia para la UE, teniendo en cuenta las exigencias económicas, sociales y culturales, así como las particularidades regionales y locales»".
Esperemos que se lleven a cabo todas las acciones necesarias para conseguir los objetivos que se persiguen.
Personalmente puedo afirmar que en este caso concreto de la Mancha Húmeda ya hemos vivido procesos muy parecidos desde hace décadas. Comités de expertos ha habido y procesos de estudio en profundidad también. Por lo que hemos escuchado a personas bien informadas hay una decisión firme por parte del gobierno de España, del Ministerio de Transición Ecológica y de la Confederación Hidrográfica del Guadiana de dar una respuesta adecuada al lamentable estado de conservación actual de estos espacios naturales protegidos, frente a la posición más que reticente y dudoso de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
El tiempo nos irá diciendo si se arbitran las medidas necesarias para conservar la Naturaleza ligada al agua de la llanura manchega o, sencillamente, se queda en declaraciones, informes y algunas que otras inversiones. El verdadero conflicto está más que identificado y localizado y es el excesivo regadío. Las soluciones no pueden seguir siendo de maquillaje ambiental.
El río Guadiana en su nacimiento sigue completamente seco. El río Azuer no tiene agua en buena parte de su cauce y el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos está con una parte muy importante sin agua, y otra, con agua de pozos. Podríamos seguir enumerando efectos negativos de la actual situación como que prácticamente todo el territorio se encuentra irrigado para producir excedentes, por cierto, en su mayor parte.
Hay otros efectos de los que no se suele hablar como la desaparición de determinadas fuentes, manantiales, secado de pozos tradicionales y arroyos y que, si todo se hiciera bien, se debería tener en cuenta para solucionarlos a corto y medio plazo.
Campos de cebollas en Manzanares, Ciudad Real, a primeros de mayo de 2024.
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