Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuese el Quijote de Cervantes...hoy, 4 de diciembre de 2024, miércoles, tendríamos unas 24 páginas de un total de 600 (hay muchas ediciones pero he elegido una de las que hay en mi casa). Probablemente quedarían una parte del prólogo y fragmentos sueltos que no permitirían conocer esta obra magna de la literatura española y universal. Y es que el Parque Nacional tiene unas 60 hectáreas encharcadas del total, equivalente a menos del 4 por ciento.
Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuera "Las Meninas" de Velázquez, que mide unos 9 metros cuadrados, sólo podríamos ver unos 36 cms cuadrados, algo así como la superficie que ocupa una caja de cerillas de cocina.
Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuese la novena sinfonía de Beethoven, que dura 74 minutos, podríamos escuchar unos 3 minutos.
Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuese el David de Miguel Ángel, la imponente figura se quedaría reducida a unos 20 cms ya que mide unos 5 metros.
Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuera una buena película de cine, como por ejemplo "Blade runner", en lugar de ver 117 minutos la experiencia visual y auditiva se quedaría en 4 minutos.
Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuera la Constitución Española de 1978, con sus 169 artículos (dejemos fuera del cálculo las disposiciones adicionales, transitorias, derogatoria y final) nos tendríamos que conformar con 6 artículos y medio. A lo mejor se salvaba el 45 o quizás y, consecuentemente, no.
Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuera un coche utilitario que viaje a una media de 90 kilómetros por hora, en realidad nos desplazaríamos a unos 3 kilómetros y medio por hora, es decir, más despacio que el ritmo de caminar a un ritmo normal.
Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuera la dieta de una persona adulta, de unas 2.000 kilocalorías diarias, la ingesta diaria se reduciría a 80. Seguro que adelgazaríamos peligrosamente.
Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuera la población española, 48 millones de habitantes, sólo sobrevivirían unos dos millones de personas. Escalofriante.
Si el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos fuera la esperanza de vida de los españoles y españolas, de unos 83 años pasaríamos a unos tres años, redondeando. Muy poco. Excesivamente poco. Inadmisible, ¿verdad?
Pero si vamos allí, al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, vemos un espectáculo aparentemente precioso. Hay agua, aves, vegetación,...se respira paz. Se escuchan los cantos y las llamadas de las grullas, de los gansos y de otras muchas aves.
Nada nos dice que estamos en la UVI de un Espacio Natural Protegido con muchas posibilidades de ir a la sala de autopsias y al tanatorio. No aparece la aclaración, imprescindible, de que el agua no procede ni del río Gigüela, ni del río Guadiana ni del río Azuer ni de los manantiales que otras veces hubo en ese espacio. Esas aguas proceden de los pozos que de noche, y a veces de día, bombean agua para que nos quedemos tranquilos y disfrutemos un rato de la Naturaleza.
Muy cerca está la laguna de Navaseca. Era estacional y como no está lloviendo mucho debería estar seca pero no, ahora, siempre tiene agua, aunque de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Daimiel. En Villarrubia de los Ojos pasa algo parecido y en Alcázar de san Juan y en Pozuelo de Calatrava... El mundo al revés. Y no, tampoco es el efecto del cambio climático.
Es sencillamente un desastre ambiental más. Aunque deberíamos decir, con más propiedad, un desastre humano o un macro-atentado o una gran estafa política y social. Una gran mentira que dura ya más de cuatro décadas, cuatro décadas de progreso, democracia, autonomía, estudio, investigación, conocimiento, educación, divulgación y, sobre todo, desarrollo sostenible (ja ja ja, con perdón).
Hace ya muchos años se acuñó el término científico de "daimielización" para reflejar lo que está ocurriendo allí. A mí no me gusta porque además de hablar de un fenómeno muy negativo se centra en un municipio concreto pero el problema es de muchos pueblos y ciudades, de unas 500.000 personas, y de una extensión de 5.500 kilómetros cuadrados.
Pero, viendo lo que está ocurriendo, tendremos que intentar concienciar al mayor número de personas posible porque nuestra clase política se escuda precisamente en que no hay "presión social". Somos "cuatro gatos" y no organizamos tractoradas. Habrá que ir pensando en cambiar de estrategias. ¡Tenemos derecho a tener ríos!
(En esta ocasión no voy a publicar fotos ni de las bonitas ni de las feas, ni de la belleza de la Naturaleza ni de la tosquedad humana.)
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