Me llegan noticias de la prensa contradictorias sobre el paciente de larga estancia en la UCI llamado "Parque Nacional de las Tablas de Daimiel" en este caliente política y beligerantemente hablando mes de junio de 2025.
Un amigo me envía una noticia en la que se dice que: "El plan de recuperación de las Tablas de Daimiel se someterá próximamente a diagnóstico público para su puesta en marcha". Lo dice la agencia Europa press, parece ser que el pasado once de junio de 2025.
Al cabo de un día o dos me llega otra: "Parques Nacionales dispara las alertas: el ecosistema de las Tablas de Daimiel está en "práctica desaparición"". Viene la noticia de Infolibre, la redacta Daniel Lara también el día once de junio de 2025. Y hoy me llega una tercera, que dice: "El Guadiana no puede esperar: una propuesta para desbloquear el futuro de las Tablas de Daimiel". En este caso la escribe Alberto Celis también en Infolibre, ayer, 13 de junio de 2025.
Sinceramente, no entiendo nada. Parecería lógico que a pesar de la gravedad de noticias como los ataques de Israel a Irán, y viceversa, o a la dimisión del número tres del PSOE, pudiéramos leer, escuchar y ver noticias, o sea, nuevas, sobre este espacio protegido de rango nacional e internacional, del gobierno de España y del regional, Castilla-La Mancha, para que nos dijeran qué está pasando.
Sabemos que sigue entrando agua por el río Gigüela a razón de unos ciento y pocos litros por segundo, que no es mucho pero algo es. También es evidente que ya estamos, atendiendo a las altas temperaturas y muchas horas de sol, en el potente verano que produce una alta evaporación. Por estas razones los regadíos de ese entorno de unos cinco mil kilómetros cuadrados -no todo, afortunadamente, se riega- ya llevan mucho tiempo extrayendo agua del acuífero. En la misma medida y con certeza podemos constatar que ni el río Guadiana ni el río Azuer han aportado ni una gota de agua en este año hidrológico, a pesar de las generosas lluvias primaverales.
También es obvio que por parte del Ministerio de Transición Ecológica (sí, del PSOE) se llegó a acuerdos en territorios como el Parque Nacional de Doñana y en el entorno del Mar menor, en colaboración con las comunidades autónomas (sí, del PP) y los demás agentes sociales. De manera que nos preguntamos algunas personas las razones por las que aquí no es posible avanzar en esa línea. Parece ser que la posición de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha no puede ser más férrea: si se recorta el regadío perdemos las elecciones), sin darse cuenta de que no se trata de eso, sino de un conjunto de medidas que satisfagan a todos los actores y que salven a esta joya de la Naturaleza y a los ríos, humedales y ecosistemas asociados a ella de una muerte segura. No tiene porqué producirse ese escenario de cambio de partido si se hacen bien las cosas ni tienen porqué salir perdiendo los agricultores. Desde luego ya sabemos lo que ocurre y lo que viene ocurriendo desde hace más de cincuenta años, y también conocemos lo que es puro maquillaje, -cosmética ambiental-, por un lado o por el otro, y lo que hay que hacer es sentarse a negociar y adoptar medidas serias como el control de las extracciones ilegales de agua, la incentivación positiva de los cultivos y las prácticas agrícolas respetuosas y verdaderamente útiles socialmente hablando. ¿Tiene sentido que una explotación que consume gran cantidad de agua se dedique a generar productos excedentarios y altamente subvencionados?.
Creo firmemente que el desbloqueo no pasa por pequeñas actuaciones en un corto tramo del río Guadiana sino por un tratamiento global que aborde los verdaderos problemas de este territorio. Como tantas veces he dicho, porque lo dice la Constitución Española de 1978, tenemos derecho a un Medio Ambiente adecuado. En este caso, tenemos derecho a tener ríos. Y si para eso hay que dejar de regar determinados cultivos, o una parte de los mismos, habrá que tomar la medida con las consiguientes acciones de todo tipo que sean necesarias. Pero el paciente de larga estancia llamado Parque Nacional de las Tablas de Daimiel necesita urgentemente pasar a planta, para empezar a recuperar sus funcionalidades de forma natural, y las políticas europeas y nacionales parece ser que lo propician y favorecen.
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