Las palomas domésticas o bravías (Columba livia) son consideradas por muchas personas como ratas con alas o las ratas del aire. Y es que aunque alegren la vista, nos recuerden el símbolo de la Paz, nos gusten sus vuelos, sus arrullos y sean fuente de alimento o de uso para la caza suponen un considerable impacto negativo en los edificios, en general, y sobre el patrimonio, en particular. El problema más importante, al menos desde la simple observación, es la acumulación de heces, que solemos llamar palomina. Pero hay más, como el deterioro de algunos elementos constructivos de las cubiertas o la presencia de animales muertos.
Imaginemos una pequeña piscina o alberca en el interior de un patio en el centro urbano de un pueblo manchego. En las cercanías se cuentan por muchas decenas, que podrían ser cientos, las palomas que crían y viven en la torre de la iglesia y en otras edificaciones abandonadas o sin uso. A diario se desplazan a comer y a beber. ¿ Y qué mejor bebedero que una piscinilla en un patio cercano en el que no hay nadie durante muchos meses al año?
Y así, durante años, se instalan pinchos, una cuerda perimetral, un búho de plástico, un aparatito que emite sonidos...Pero nada, las palomas se las apañan para beber. La basura se va acumulando y, cada cierto tiempo, hay que retirar también las que caen muertas en el patio o dentro del agua.
Cuando los propietarios están allí, a pesar de los intentos de ahuyentarlas, vuelven una y otra vez y no es plan sentarse a vigilar, a hacer las veces de espantapájaros.
Un día a uno de los propietarios se le ocurre poner alrededor de esa alberquilla unas bolsas de basura grandes, de manera que las pueda mover el aire...Y, al menos durante más de un mes, las palomas dejan de bajar. Algunas tórtolas turcas (Streptopelia turtur) se atreven a posarse en una parra cercana. Esperemos que, aunque no sea muy estético, y durante los períodos inhabitados de este espacio, este método barato y fácil de poner práctica, siga surtiendo los efectos deseados.
Fotografías de septiembre de 2024.