Hoy, 4 de noviembre de 2019, lunes, dentro de unos minutos, tendrá lugar el "gran" debate electoral televisado en el que aparecerán los cabezas de partido de los cinco partidos políticos mayoritarios.
El macro-evento audiovisual se viene promocionando desde hace ya demasiados días. Se ha convertido, sin que sepa la razón, en algo extraordinariamente importante, a pesar de su inconsistencia e inutilidad. Así hemos oído, leído y visto demasiadas noticias sobre un simple espectáculo televisivo. Expertos y no expertos han hablado hasta el hartazgo y nos han aburrido con informaciones, datos y opiniones sobre un encuentro televisado.
¿Que qué problema hay? Como pasatiempo, programa televisivo o espectáculo no tengo nada que objetar. Libertad de expresión, claro, claro...pero, evidentemente, sobre algo que merezca la pena.
Me explico. El debate se ha convertido en algo que suplanta la realidad y la necesidad de una información que no ha llegado, de un programa electoral, en este caso, cinco, de ideas, de promesas, de compromisos...
Yo estoy convencido de que la inmensa mayoría de potenciales votantes, 37 millones de personas,a estas alturas, a seis días de las elecciones generales, no conoce a los candidatos por su provincia. ¡Sorprendente! Pero todo se centra en este encuentro en el que que lo que se busca es una mal llamada "victoria" que pueda utilizarse los próximos días, en lugar de ser un espacio de verdadera exposición de ideas y proyectos.
Me recuerda lo que está ocurriendo a aquellos retratos ecuestres de nuestros reyes, incluso de los que no sabían montar a caballo. Eran verdaderas obras de arte, joyas de la pintura y de la comunicación, aunque fuese totalmente falsa, como los debates.
Los envíos postales que he recibido en mi casa ofrecen también tan escasa información que apenas supone poco más que una carta de saludo y petición del voto. La cartelería está siendo muy escasa y, por mi parte, sólo he visto un pequeño cartel de un partido minoritario en una ciudad andaluza. De manera que, me temo, llegará el día de autos, una vez más, sin que sepamos siquiera aproximadamente, cuáles son las propuestas de cada partido.
De manera que el debate es una verdadera suplantación de un proceso que debería estar teniendo lugar. Por otra parte, ¿se nos hablará detalladamente de lo que se quiere hacer y de cómo hacerlo?
A falta de verlo, me atrevo a aventurar que esta tertulia televisada no aclarará mucho. ¡Una pena!
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