Nos quejamos amargamente del futuro que espera a los afganos, en general y muy especialmente, a las mujeres y niñas. Evidentemente, enseguida empatizamos con esas personas a las que parece que se les niegan muchos derechos básicos. Sin embargo no quiero renunciar a mi derecho a expresarme libremente y, así, decir, por ejemplo, que muchas personas no estuvimos de acuerdo con el ataque a este país ni a su ocupación, allá por el año 2001. De manera que lo que ha ocurrido, hasta dónde sé, es que se acaba esta larga, injusta y desigual guerra. Se supone que empezó porque Estados Unidos sufrió varios ataques terroristas, concretamente los de las torres gemelas y el pentágono. Allí, se dijo, estaba el máximo responsable, el saudí Bin Laden. Unos años después fue abatido (no sé si asesinado, supongo que sí) en su casa, en Pakistán.
La información que nos llega es, a mi juicio, escasa y fragmentaria. Viene cargada de tópicos, opiniones y valores exclusivamente occidentales. Discutiendo un poco de este tema dije a una persona que había cierto paralelismo entre la invasión napoleónica de España y la reciente de Afganistán. Los españoles no aceptaron la tutela ni el gobierno francés. Sí, ya sé, es una barbaridad, y las comparaciones son odiosas. Pero lo cierto es que si no se hubiese atacado a este complejo país y si no se hubiera ocupado militarmente durante veinte años, ahora la realidad sería diferente, aunque nunca sabremos si mejor o peor.
Lo cierto es que allí han muerto más de cien españoles y españolas y algunos somos partidarios de que no vuelvan a ir miembros de nuestras fuerzas armadas nunca más. Los que se quejaban de la retirada quizás puedan hacer el esfuerzo mental y emocional de pensar que son ellos mismos, o sus hijos o hijas, nietos o nietas, los militares que tienen que ir a Afganistán a luchar. La cosa cambia mucho.
Por otra parte parece evidente que después de veinte años de invasión militar un número considerable de afganos no quiere más tutela ni dominación extranjera. Y en la misma medida también parece lógico que el presidente de Estados Unidos pueda retirar sus tropas cuando considere oportuno.
Además, sigo teniendo muchas dudas. No me queda claro cuál ha sido la posición de la ONU. No consigo saber de dónde consiguen las armas los talibán ni lo que tiene de cierto que se trata de un país en manos de narcotraficantes, con conexiones mundiales.
Sigo pensando que corren malos tiempos para la libertad de expresión, para el librepensamiento, la reflexión en voz alta y la crítica. No termino de entender la constitucionalidad de algunas piezas legislativas españolas en esta materia o el ajuste a los Derechos Humanos.
Obra expuesta en ARCO 2015. Desconozco el nombre del autor.
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