El pasado sábado, 25 de febrero de 2023 tuvo lugar el acto político de Vox en Ciudad Real. Participaron los candidatos a la alcaldía de Ciudad Real y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha así como Ortega Lara. El acto empezó con veinte minutos de retraso, la puesta en pie de prácticamente todo el abarrotado salón y con un fuerte aplauso. Mi cálculo de asistencia es de unas 150 personas, un buen número de ellas permanecieron de pie.
No se puede negar la total entrega del público, tan pródigo en aplausos y en espontáneos comentarios, a pesar de que el contenido de las intervenciones fue, a mi juicio, pobre. Tuve la sensación de que se trataba de hablar sin decir, quizás por miedo a que les roben las posibles propuestas, dada la gran antelación con respecto a las próximas elecciones el 28 de mayo próximo. Pero verdaderamente lo que parece es que no hay discurso local, municipal, provincial o regional y eso provoca que el diputado nacional, señor Chamorro, nos hablara de su infancia, sus juegos y recuerdos, durante un tiempo excesivo, por ejemplo.
En realidad él no es candidato, lo que podría explicar esa vaguedad. El turno más esperado y aplaudido fue el de Ortega Lara, y no defraudó, a juzgar por las respuestas de la inmensa mayoría de los presentes. Por lo pronto el fundador de este partido político es mejor orador que el resto aunque todo parece indicar que viene a decir lo que la gente quiere oír...y eso es mucho más fácil que abordar la complejidad de nuestra realidad. Además, sus críticas se refieren a cuestiones de ámbito nacional por lo que tampoco parece adecuado su grado de concreción del tema, del tiempo y del territorio.
Hay afirmaciones con las que se puede estar de acuerdo pero no siempre se desarrollan en el campo puramente político, es decir, en el hipotético caso de que obtuvieran el poder ¿cómo lo harían? La crítica a las políticas del PSOE y de sus socios es incluso aconsejable, citando las de Memoria Democrática o la del "Solo sí es sí", de tan infelice memoria, aunque introduzca datos o matices que no se corresponden con la verdad. Como muestra aplaudida y apoyada por personas del público se hizo alusión a esas instituciones que cerraron sus puertas por la pandemia y que ahora siguen con las mismas restricciones, obligándonos a pedir cita previa telemática o telefónicamente, y me parece muy acertado. Hubo afirmaciones más polémicas pero que, afortunadamente, no se desarrollaron in extenso.
De cualquier manera mi crítica se centra en el terreno del Medio Ambiente y ahí estuvo uno de los puntos más negativos de las intervenciones. Y es que los políticos intervinientes dejaron bien clara su verdadera aversión a la "Agenda Veinte Treinta". Fue el punto fuerte del día, el elemento vertebrador de los discursos, pero sin muchas más explicaciones. Pero, volviendo a Ortega Lara, su supuesto conocimiento del tema del Agua y de la necesidad de un Plan Hidrológico Nacional demostraba esa forma tan trasnochada de abordar cuestiones tan importantes. Por lo pronto, en lugar de hablar de Ciudad Real o de Castilla-La Mancha, puso algunos ejemplos del río Duero y del río Ebro. Su planteamiento es más que pobre, primitivo. Hay que coger agua de dónde sobra y llevarla a dónde falta y eso sólo se puede hacer creando las infraestructuras necesarias. Escuchados estos argumentos se confirma esa carencia de ideas, de conocimientos, de iniciativas medianamente interesantes y uno se pregunta cómo se puede hablar así, en el año 2023, delante de tantas personas y de algún medio de comunicación sin que "salten las alarmas". Es decir, se puede, lógicamente, decir lo que se quiera pero no parece ni medianamente lógico que se aplaudan esas propuestas tan descabelladas.
Para terminar, al impresionante aplauso final con puesta de pie, siguió la petición de silencio para concluir con el himno de España, hecho que no sé cómo valorar. Por un lado me parece un buen detalle pero, por otro, pensando en esas ilusiones de seguir destruyendo el suelo patrio con pantanos y trasvases y explotaciones agro-ganaderas altamente impactantes creo que es una contradicción. Amar a la Patria tiene que pasar, irremediablemente, por el estudio serio y crítico, por el Conocimiento (con mayúscula, deliberadamente) de la realidad y no por ideas populistas y destructivas.
A veces el aplauso parecía casi una prescripción, tipo "claqué" pero como no tengo experiencia en actos partidistas diré sencillamente que me sorprendieron.
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