Desde hace unos veinticinco años aproximadamente he venido prestando atención a los atropellos de fauna en carretera. Estuve haciendo, por ejemplo, un seguimiento de un trayecto que hacía diez veces a la semana de quince kilómetros, parando, apuntando las especies y la fecha y, ocasionalmente, haciendo fotografías. En aquellos años noventa a través de la revista Quercus tuve noticia de la campaña de atropellos de la SCV, Sociedad para la Conservación de Vertebrados. Contacté con ellos y comencé a enviar fichas de los atropellos que detectaba. Desde la SCV elaboraron diferentes materiales gráficos y algunos informes muy interesantes, que hicieron llegar a las autoridades.
Ya más reciente en el tiempo he seguido colaborando con dos plataformas de Ciencia Ciudadana, concretamente Biodiversidad Virtual y la SHNCR, Sociedad de Historia Natural de Ciudad Real. Esta última puso a disposición del público una aplicación muy sencilla e intuitiva para registrar los atropellos registrados en el territorio provincial que, recordemos, asciende a la nada despreciable dimensión de 19.000 kilómetros cuadrados. El Ministerio para la transición ecológica y el reto demográfico tiene también un proyecto llamado SAFE, Stop atropellos de Fauna en España.
Lo cierto es que estos estudios sirven para localizar puntos negros y para otras cuestiones relacionadas con el conocimiento de diferentes aspectos de nuestra fauna. En estos últimos días he localizado algunos atropellos de fauna en caminos rurales y he reflexionado sobre la hipótesis de que el atropello en estas vías de transporte pueda estar insuficientemente conocida. Por un lado desconozco el sesgo que se pudiera generar por la voluntariedad y el altruismo de los colaboradores ya que no se trata de investigaciones planificadas con una metodología concreta. Por otro lado, hay factores que hacen que la cifra de atropellos en caminos rurales pueda ser muy superior a la esperada por varias razones, como la mejora física de los mismos, así como el aumento del tráfico de coches y tractores a velocidades superiores a las que venían siendo más habituales. Pensemos, por ejemplo, que ahora son muchos cientos, o miles, los kilómetros de caminos rurales de la provincia de Ciudad Real que se encuentran asfaltados y el tráfico es considerablemente más denso y mucho más rápido.
De manera que el atropello de fauna vertebrada en caminos rurales de la provincia de Ciudad Real parece que puede dar datos cuando menos llamativos sobre el incremento de esos impactos.
Lagartija colilarga "Psammodromus algirus" atropellada en un camino rural en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, España. Julio de 2023.
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