martes, 15 de agosto de 2023

Las culebras en las películas: el caso de "El abismo".

 Las culebras son, quizás, los animales más temidos y odiados. Las razones son múltiples y, una parte de ese rechazo casi generalizado a estos reptiles proviene del hecho constatado de la peligrosidad de algunas especies. Hay un gran desconocimiento y eso hace que se equipare a todas, como si fueran igual de peligrosas. Pensemos por un momento en el mundo de los felinos y en la posibilidad de que temiésemos a los gatos domésticos porque son de la misma familia que los leones y los tigres. Eso es lo que viene ocurriendo desde hace miles de años con las serpientes.

Además, hay todo un conjunto de creencias  que tienen relación, en muchos casos, con la religión y con el aprendizaje familiar y social, es decir, eso que solemos llamar "cultura" y "educación" y que tantas particularidades, caras y aristas tiene. El miedo se aprende y se desaprende. Por si fuera poco hay algunas teorías que dicen que ese miedo a las serpientes podría ser innato, pero prefiero obviar esa posibilidad por ahora.

Lo cierto es que la representación socio-religiosa de las serpientes varía mucho de unas religiones, culturas y épocas, a otras. En el Cristianismo la serpiente es la representación del mal y del mismísimo diablo mientras que en otras religiones o culturas las serpientes son deidades o símbolos positivos, como en la Grecia clásica y la fecundidad. 

En el cine occidental las serpientes suelen tener un tratamiento muy ligado a esas visiones judeo-cristianas y se usan prácticamente siempre como elementos para generar inquietud, temor, emoción y terror. Hemos visto películas en las que el tema se centra precisamente en estos animales y otras muchas en las que aparecen como verdadero peligro, causando el pánico y la muerte. Desde luego es una realidad que en el mundo se producen decenas de miles de muertes anuales por mordeduras de serpientes pero esos escalofriantes datos no son desde ningún punto de vista extrapolables a los países europeos. Recordemos el ejemplo de los gatos y los leones o recurramos a las estadísticas.

Lo cierto es que ese tratamiento cinematográfico, y muchas veces, televisivo y hemerográfico, no ayuda en nada a superar esta fase de miedo basado en el desconocimiento, que vivimos. Algunas de las películas más taquilleras de la historia del cine contienen escenas especialmente "fantásticas" e inapropiadas herpetológicamente hablando. Podríamos citar algunas de Steven Spielberg, sin rebuscar mucho. A veces hasta se frivoliza y se ridiculiza concretamente a los expertos en la materia, como en una deleznable serie de cierto éxito en la que un herpetólogo, tras avisar a los supervivientes de un accidente de avión en plena selva amazónica de los peligros que les rodean, cae fulminado por la mordedura de una serpiente.

Pero lo que ha motivado este breve artículo concretamente es que en la película "El abismo" ("The Ledge", la repisa, el saliente, el borde..., en su versión original británica) de 2022, aparecen dos especies de serpientes en los Dolomitas, es decir, en los Alpes, que de ninguna manera forman parte de la herpetofauna europea. Por supuesto, una de ellas muerde a uno de los personajes (uno de los malos) causándole la muerte. Y ese es uno de los errores que se suelen cometer en estos trabajos, pudiendo generar miedos y temores injustificados o, sencillamente, mantenerlos o aumentarlos.

Se dice desde la época de los romanos que "conocerlo todo es amarlo todo" y para el caso que nos ocupa, evidentemente, el desconocimiento es generalizado. Cuando en mis clases y en otras actividades educativas o divulgativas hablo de la herpetofauna de cualquiera de nuestros pueblos o ciudades la inmensa mayoría manifiesta ese gran desconocimiento de los géneros y especies que podemos encontrar y, sobre todo, del grado mayor o menor, o nulo, de peligrosidad de las mismas.

Concluyendo, en España la media de muertes anuales por picaduras de víboras, que son las únicas que suponen un verdadero riesgo, está entre una y dos. En provincias como Ciudad Real, donde se las suele matar sistemáticamente, tenemos, además de la víbora hocicuda, otras ocho especies más: culebrilla ciega, culebra de escalera, culebra viperina, culebra de collar, culebra de herradura, culebra de cogulla, culebra lisa meridional y culebra bastarda. No parece lógico ni justo que mueran todas por una ni que este desconocimiento se mantenga hoy, en la llamada "sociedad del conocimiento". Y estas películas en nada ayudan a combatir estos miedos y mitos, curiosamente, sin necesidad porque la trama es lo suficientemente fuerte como para no necesitar estas "especias" tan agresivas.

Culebrilla ciega (Blanus cinereus), 2014. Villarrubia de los Ojos.
Culebra de escalera (Zamenis scalaris). 2013, Piedrabuena.
Culebra viperina (Natrix maura). 2013. Villarrubia de los Ojos.




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