miércoles, 15 de noviembre de 2023

Apuntes para recordar al artista José García Ortega (Arroba de los Montes, 1921-París, 1990). III. La primera exposición "orteguiana" en la Democracia, de 1976.

 José García Ortega regresó a España, tras su exilio de dieciséis años, el día 9 de febrero de 1976. Lo hacía con un permiso restringido a dos meses. Sin embargo hemos escuchado que había venido antes con una identidad falsa e incluso usando una peluca. Muy pocos días después de su llegada la revista semanal Triunfo publicaba una entrevista firmada por Fernando Lara. Era  el número 683, año XXX, de 28 de febrero de 1976. 

A la pregunta de si era definitiva su vuelta a España, Pepe Ortega contestaba: "Bien lo quisiera yo...Pero es temporal, no por mi deseo, sino porque me han dado sólo un pasaporte de dos meses, hasta el dos de abril, aunque creo -espero que me darán el definitivo. Y en cuanto me den el definitivo, yo hago de España mi base de existencia". 

El permiso en realidad se lo habían concedido porque presentaba una exposición con su nueva obra en la Galería madrileña Iolas-Velasco. Se trataba de bajorrelieves y dos polípticos, "Masacre" y "Homenaje a los poetas". Los bajorrelieves pintados al óleo los había creado siguiendo una tradición artesanal que había aprendido en el sur de Italia, Matera, donde se estableció durante algunos años. Era la llamada "cartapesta" o pasta de papel, algo parecido a la técnica utilizada para la elaboración de las fallas de Valencia. Su gran experiencia como grabador supuso una innovación en el trabajo con esta técnica y estos materiales.

Nos ha sorprendido que en el mismo semanario, al anunciarse la muestra, se afirmara que hacía cinco años desde que no exponía en el mismo espacio. De esa muestra no he localizado dato alguno. Dice así el breve texto: 

"JOSÉ ORTEGA.- Tras cinco años de ausencia vuelve José Ortega al mismo escenario de su anterior muestra madrileña. Su reaparición se produce con una impresionante serie de bajorrelieves, con el tema diferencial de "Masacre" y "Homenaje a los poetas". "Nunca su vitalidad fue mayor, nunca su fuerza estuvo más cargada de lo que también es es razón artística", ha escrito de él Gabriel Celaya. Galería Iolas-Velasco. Zurbano, 88".

A esta reseña se unía una ilustración en blanco y negro de uno de los cuadros de cartapesta, el titulado "La Casa Rossa" de 1975, que se encuentra expuesto actualmente en la Casa Ortega de Matera Italia y forma parte también de una colección de postales del autor y de dicho museo. Iniciativas como esta nos deberían hacer ver lo deficientemente que se están haciendo las cosas aquí y cómo, en Italia, le dan el valor que verdaderamente tiene este gran artista. 



La exposición tenía un marcado carácter figurativo, a pesar de las innovaciones formales de la cartapesta materana y de ese expresionismo tan orteguiano. Ante la pregunta del entrevistador en la que le plantea el origen de sus raíces, "una línea maestra del arte español, de una línea de realismo exacerbado" Ortega le contesta:
"-fundamentalmente. En mi pintura hay solamente un interés: continuar lo que es esa línea realista española, portándola a sus orígenes más remotos. Y aunque a primera vista pudiera parecer una concepción picassiana por su modernidad, es mucho más goyesca que picassiana, mucho más zurbanesca que goyesca y mucho más de los "beatus" que de Zurbarán mismo o de Valdés Leal...".
Pensemos que dos obras tienen precisamente un formato tan antiguo como el del políptico y que se retrotrae también a los "beatus" en esa búsqueda de las raíces de lo popular, de lo que consideraba auténtico y genuino del pueblo. Sus colores también llamaron la atención y aclaraba que era una forma de expresar tensión, que de alguna manera, "representa mucho el clima de enfrentamiento de dos mundos -un mundo evolutivo y un mundo retrógrado, reaccionario- que vivimos actualmente". Después, en la citada "conversación" con Fernando Lara se volvía a "distanciar" de Picasso, no sin halagarlo, en el sentido de que mientras en el Guernica aparecía una España que moría en su políptico "Masacre" España luchaba. 
Ortega, como siempre, derrochando vida, esperanza y la convicción de que todo podía mejorar. Compromiso que se nutría de la sabiduría popular del sur de Italia y hundía sus raíces en lo más auténtico y significativo de la tradición artística. Y, a pesar de eso sigue en el olvido en tiempos de tanta palabra vana y de la manida "sociedad del conocimiento". 

Notas:

A. Esta entrada no habría sido posible sin el aporte de información de Paco Matas Triguero.
B. La revista Triunfo se encuentra digitalizada y se puede consultar libremente.
C. Si interesa el tema recomiendo leer el artículo de Fernando Lara "Pepe Ortega, un grito entre dos mundos. Dieciséis años después" así como el catálogo del CEX de Ciudad Real coordinado por María Luisa Jiménez Belmar "José Ortega 1921-1990, pinturas y grabados".






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