Tardeo o petardeo, depende.

 Tardeo navideño o petardeo familiar, depende de cómo se plantee. Salir a tomar algo y a relacionarse relajadamente o lanzarse por el sinfín (espiral) del descontrol. En días señalados como la tarde de nochebuena o de noche vieja esta nueva práctica pone en riesgo dos de los momentos más familiares del año en nuestra sociedad y nuestro tiempo. Tal vez tendremos que reflexionar. Puede que hasta sea mejor así, sin esas constricciones u obligaciones heredadas de las últimas décadas, marcadas por el consumo dirigido por los medios de comunicación (o de dirección) de masas. En muchos casos estos encuentros no abundan y por eso cobran mayor relevancia y significación. El tiempo pasa muy deprisa y no se recupera nunca, algo que no solemos aprender demasiado bien. Lo que sí parecería lógico y justo es que se establecieran normas comunes para todos los participantes de los grupos familiares. Si unos tardean sin mesura los otros se deberían tomar también la licencia de proceder libremente. Pero sobre todo, insisto, el tiempo pasa muy deprisa y no vuelve.