Tanto insulto en las llamadas redes sociales no puede ser bueno. Veo, por ejemplo, esta mañana, un mensaje de una persona que habla de la catástrofe ambiental que viene padeciendo la Mancha Húmeda como consecuencia exclusiva de la sobre explotación de las aguas subterráneas. Contesta una persona, bajo un pseudónimo suficientemente expresivo, insultando a diestro y siniestro. ´Habla de "mongolos ecologistas" para referirse a quién ha publicado unos mapas extraídos de un estudio científico.
Antes de ayer leí unos mensajes de una mujer que abiertamente se declara de una tendencia política y de un partido, y me doy cuenta de que todos, es decir, todos, son negativos, acusatorios, insultantes y con un fundamento más que mediocre...
Y es que el insulto se ha hecho algo cotidiano y normalizado en determinadas cuentas y redes. Y sorprende que nadie, al menos yo no lo veo, deje mensajes en este sentido de hacer ver que no hay que insultar, que hay muchas formas de decir las cosas sin faltar al respeto, que existen tantas sensibilidades como personas...que se puede ser del partido o ideología que se quiera sin necesidad de humillar u ofender a nadie, que tanto adjetivo es algo así como el picante extremo, no añade nada más que dolor y malestar.
A veces da la sensación de que esas personas han empezado su propia batalla creyendo que están "luchando" por defender algo digno y lo que ocurre es que pierden toda la razón que pudieran tener por esas formas tan agresivas de expresarse.
Tras dejar algún que otro mensaje que intenta ser conciliador suelo optar por el botoncito de bloquear o silenciar y no vuelvo a saber nada de esas vociferantes cuentas, casi siempre anónimas, y envalentonadas por las ingentes cuadrillas de seguidoras y seguidores que les dan la razón, como disciplinados soldados.
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