El año 1576 fue inaugurado el convento de san José en Malagón, Ciudad Real, por santa Teresa de Jesús. La obra habría comenzado el año 1568. Muy cerca del edificio la Santa se sentaba en una piedra, un bloque de cuarcita cuadrangular irregular, para descansar y supervisar la obra. Se cuenta que la piedra se mantuvo en su lugar y, con el tiempo, ya en el siglo XVIII, se diseñó y construyó una hornacina, que fue modificada el año 2015, con motivo del V Centenario del nacimiento de la santa.
La hornacina, con el bloque de cuarcita armoricana dentro, se encuentra en una esquina, frente al convento e iglesia de san José. Por allí pasa la gente y, en buena proporción, se santigua, se para a rezar, a llevar flores o velas. También es costumbre tocarla ya que se encuentra al alcance de la mano, tras una reja. En el pueblo que albergó la tercera fundación teresiana, se la conoce como "la piedra de santa Teresa".
La piedra en cuestión, atendiendo a su tamaño es un bloque (medidas superiores a 25 cms de lado). El material es cuarcita armoricana, de gran antigüedad, unos 490 millones de años. Estas rocas, aflorantes en las sierras cercanas, y en todos los Montes de Toledo y los Montes de Ciudad Real, en realidad, se formaron por la sedimentación de las arenas del mar. En ese ambiente marino algunos animales dejaron sus huellas, como los anélidos. A esas pistas o huellas, -icnofósiles- de forma tubular, las llamamos "Skolithos". Y esos "escolitos" son visibles en "la piedra de la Santa". Son como tubitos de un grosor inferior a un lapicero o bolígrafo y se observan a simple vista, desde la calle, en el borde superior y más cercano y paralelo a la acera del bloque. Aquellos fondos marinos se fueron consolidando, endureciendo y, con el paso de millones de años, sufrieron plegamientos y una gran elevación que supusieron fracturaciones, rupturas y resquebrajamientos (diaclasas) así como la retirada del mar.
Cuando yo era pequeño, mi madre (qepd) me contaba esta historia de la piedra de santa Teresa. Tras muchos años la vi y ahora me acerco de vez en cuando, la toco, me santiguo, rezo, pienso en esos relatos de mi madre y me sorprendo y maravillo de esta curiosa veneración a una simple y abundantísima cuarcita de colores rojizos con escolitos.
La piedra de santa Teresa me habla de la historia geológica de estos hermosos territorios; de sus gentes; de la historia de la tercera fundación; de una santa, Teresa Sánchez de Cepeda, y de la fe de un pueblo como Malagón, que se acerca al lugar con veneración.
La lectura de esta entrada me ha devuelto a esta otra:”Las huellas de Santa Teresa. Monasterio de San José en Malagon” del blog “El Chilanco Elías”
ResponderEliminarVerá, mi amigo Miguel falleció el pasado abril y tenía en común con usted el hecho de ese incansable devenir de un tema a otro, la inquietud les hace ser valientes y no dejar de comunicar. Gracias. Un saludo
Muchas gracias. He echado un vistazo y me parece muy interesante. Saludos
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