Hace unos días salimos al campo unos compañeros y yo. Uno de ellos, Epi Garrido, vio unas flores entre unas rocas de cuarcita. A mí no me sonaban, y a las compañeras que estaban allí tampoco. Envié un par de fotografías a un amigo, doctor en Ciencias Biológicas, experimentado y experto en Etnobotánica, el profesor Alonso Verde. Al cabo de un rato ya tenía su respuesta.
Se trataba de tulipanes silvestres ("Tulipa australis") (identificación realizada a través de las fotografías, a falta de confirmar), una especie mediterránea. Lo curioso, además de mi desconocimiento -aunque ahora creo que sí las había visto otras veces- es que hace ya unos siglos se recolectaron miles de bulbos y se llevaron a Holanda e Inglaterra, dónde se fueron creando nuevas variedades.
Lo cierto es que, tras hacer una búsqueda rápida, me he dado cuenta de que la historia de estas preciosas y muy poco conocidas plantas, es mucho más compleja de lo que pensaba. Así, descubro que, para algunos, los bulbos se llevaron a Austria y a Praga, que por esa época se encontraba en la misma unidad política, a mediados del siglo XVI. Concretamente en 1551 las plantas habían sido vistas en Turquía por el embajador Augier Ghislain de Busbecq, que las enviaría después a su país. Y ya en 1562 habría llegado un cargamento iniciándose así la industria del tulipán en Europa. El doctor Verde nos recuerda que hoy, en 2018, los tulipanes suponen el 10% de PIB de Holanda, uno de los países más ricos y desarrollados del mundo, en el puesto 17.
Sin embargo hay estudiosos que afirman que los primeros tulipanes en llegar a Europa lo hicieron desde Al Andalus en el siglo XI. Así lo han comunicado Esteban Hernández Bermejo y Expiración García, de la Universidad de Córdoba y la Escuela de Estudios Árabes del CSIC.
En el imperio otomano ya se venían cultivando y experimentando con ellos, dada la admiración que provocaban.
En pocos años se produjo la que se considera la primera "burbuja financiera" de Europa. Unos años antes de llegar al estallido de esa burbuja se generó la llamada Tulipomanía, también llamada en inglés "Tulip craze" y en holandés "Penwindhandel". Tanto fue subiendo el precio de los bulbos que hubo muchas personas que pagaban cantidades cada vez mayores por ellas. Se llegó a equiparar con la dote de una novia e incluso se cambió un bulbo de una variedad concreta por una exitosa destilería de cerveza en Francia. Tanto se elevaron los precios que llegó el momento crítico de la duda, produciéndose el desplome de tan disparatadas cantidades de dinero. Muchas familias quedaron arruinadas e incluso en la calle, dadas las hipotecas que se habían contratado. Era el año 1637.
Por el momento no he encontrado citado el tulipán silvestre ("Tulipa australis") en los trabajos que me ha dado tiempo de consultar sobre Piedrabuena. Es una planta muy curiosa y bonita que esconde esta interesante historia, muy resumida.
He consultado la enciclopedia "Britannica Global Edition 2009", volumen 28, páginas 16856 y 16857, el artículo enlazado más arriba y el de la Wikipedia. Además he consultado la guía INCAFO y el Dioscórides de Font Quer, sin éxito y algunos más de ámbito provincial o comarcal. El libro, extraordinario, por cierto, de Juan Antonio DEVESA ALCARAZ (1995) "Vegetación y Flora de Extremadura" de Universitas Editorial, de Badajoz, aporta unas descripciones muy interesantes y técnicas y la constatación de su presencia en la vecina y cercana región. Como dije al inicio, esta entrada no habría sido posible sin la información del Dr Alonso Verde, a quién agradezco su rapidez en facilitarme la información.
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