El pasado fin de semana, 2 y 3 de septiembre de 2023 una "dana" (D.A.N.A.) o gota fría recorrió buena parte del territorio peninsular con desigual fuerza y efectos. Parece ser que ha habido cinco muertos y algunos desaparecidos, por el momento, así como cuantiosos daños económicos. No debemos olvidar los muchos beneficios que aportan estas considerables precipitaciones, pero de este aspecto se habla mucho menos.
Como suele ser habitual los llamados medios de comunicación de masas le han dado un tratamiento muy desigual primando, mayoritariamente, la magnificación y la trivialización. También se han producido situaciones dantescas de faltas a la verdad, obviando, por ejemplo, las víctimas mortales. Sigue siendo imprescindible hablar de las causas que provocan esas inundaciones, esos daños, esos fallecimientos que, generalmente, no tienen nada que ver con las abundantes o muy copiosas precipitaciones sino con factores antrópicos.
El lenguaje utilizado en algunas cadenas de televisión es excesivamente expresivo y, consiguientemente, falso. Así, decir que "la dana arrasa parte de España" o que la "paraliza" no se corresponde con la realidad.
Las situaciones vividas en España han sido muy variadas y las predicciones se han cumplido, como es normal, en unos casos y no en otros.
En Villarrubia de los Ojos se anunciaban unas precipitaciones de unos cuarenta litros por metro cuadrado. Parece ser que las mediciones de diferentes personas y de diferentes lugares difieren incluso hasta el cincuenta por ciento. Así, tenemos diecisiete litros recogidos en La Rinconada por Ramón Crespo Villegas, a unos siete kilómetros del casco urbano, hacia el Sur, frente a los, veinticuatro, treinta y treinta y cinco en otros puntos no concretados.
Un tramo de la Avenida Cristo Rey se volvió a inundar, como ya lo hizo hace un par de meses. Allí confluye la calle Doctor Chocano justo por donde pasaba el Arroyo de la Janda, hoy entubado con insuficiente capacidad de drenaje. Además, los rejillos tampoco tienen la capacidad necesaria y esa inexplicable costumbre de ir añadiendo alquitrán a las calles hace el resto. Lo cierto es que tuvo que ser un vecino el que cortara la calle con contenedores de basura para evitar que con el tráfico de vehículos subiera aún más el nivel del agua, como ha pasado en otras ocasiones.
En las tuberías del alcantarillado se volvió a producir el mismo efecto de saturación e incapacidad de evacuar tanta agua, generando roturas y salidas no deseadas y perjudiciales para los cultivos y propiedades privadas. Así ocurrió en El Barquillo, junto a la carretera de circunvalación antigua, hoy, Avenida del Caz. Igualmente se repitió el fenómeno en el Camino de Griñón, junto a La Madre Chica.
Debemos recordar que la red de alcantarillado se hizo hace unos cincuenta años, siendo alcalde don Lucio Villegas Juárez. Hoy, en agosto de 2023, el casco urbano es considerablemente mayor y este sistema de evacuación necesita primero un estudio y después una adecuación a las necesidades actuales.
En el campo no se han producido daños, que sepamos, y apenas se veían algunos charcos aislados en lugares muy concretos sin pendiente o similares.
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