Si desde el inicio de esta guerra todo lo leído y escuchado me ha parecido extraño, extemporáneo e incomprensible, conforme avanzamos en el tiempo la situación se me vuelve, como mínimo, kafkiana.
No entiendo, sinceramente, los silencios atronadores, las medias tintas, las justificaciones o las exculpaciones. No entiendo las identificaciones con el agresor ni las para mí, inaceptables, posturas a favor de la potencia atacante e invasora.
No puedo comprender cómo algunas personas, para restar importancia a lo que está ocurriendo, se escudan en guerras anteriores. ¿Tenemos que llevar puesta en la solapa que estamos en contra de todas las guerras? ¿Debemos aclarar antes de hablar, que estuvimos en contra del ataque del Reino Unido a Argentina en Las Malvinas (Shetland, para los británicos), en contra del ataque de Estados Unidos a Kuwait, a Irak o a Afganistán? ¿Se trata de mostrar nuestro rechazo a las políticas y guerras de la primera potencia mundial?
Por otra parte, parece evidente que, como ya se ha dicho tantas veces, la primera víctima de las guerras es la verdad. Estoy convencido de que dentro de cinco, diez o quince años tendremos datos e informaciones que hoy se nos ocultan. En algunos telediarios de TVE1 hemos visto como la periodista nos indicaba abiertamente que nos estaban mostrando exclusivamente las imágenes que las autoridades ucranianas les permitían. A buen entendedor pocas palabras... Pero eso no sitúa en el mismo nivel a Rusia y a Ucrania o, mejor dicho, a Zelensky y a Putin.
Tampoco entiendo el revuelo y las matizaciones y hasta rectificaciones, rayando el esperpento, de la Casa Blanca y demás, en cuanto a los comentario del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, soltando eso de que Putin es un carnicero y que no debe seguir como presidente de Rusia. ¿Es que hay gente que, seriamente, lo dude? Yo, personalmente, estoy seguro de que lleva razón.
Pero me sorprendió aún más la reacción del Kremlin. Se hicieron las víctimas de ese vocabulario tan burdo y agresivo y aseguraron que así no se podía dialogar y llegar a entenderse. ¿Un país invade a otro y ataca objetivos civiles, matando a gente sin miramientos y se muestran ofendidos por unas declaraciones medianamente sinceras?
Por si fuera poco, afirman desde Rusia, que disminuirán la intensidad de sus ataques...¿dispararán menos misiles?. Y en pocas horas descubrimos que vuelve a ser falso, como prácticamente todo lo que nos llega de Rusia.
Lo que me queda claro es que estamos en una situación vergonzosa en la que el pueblo ruso debería planteárselo todo, siempre pacíficamente. Y el resto del mundo, también.
Y, ya, hablando de mi incapacidad para entender lo que está ocurriendo...¿se puede hablar de la ley de la oferta y la demanda en relación a la subida de los precios de los carburantes? En España, decenas de miles de camiones han estado parados muchos días, miles de personas han dejado de usar sus coches o han reducido considerablemente el consumo ¿y no baja el precio del gasoil y de la gasolina?