Hace tiempo supe que en determinadas pruebas de evaluación se debía contestar a mil preguntas y, dependiendo de los casos, el "aprobado" no se materializaba necesariamente con la obtención del cincuenta por ciento contestado correctamente. Además, siguiendo el criterio de las llamadas "pruebas objetivas", se da el caso de la pérdida de puntos al contestar erróneamente a determinadas cuestiones o a dejarlas en blanco. Sin embargo en nuestro sistema educativo se usa de forma generalizada el formato de diez puntos y sus correspondientes términos y conceptos (suspenso o insuficiente, aprobado, bien, notable...) para expresar esa puntuación.
Y aplicando a situaciones de la vida cotidiana ese planteamiento de los mil puntos y de la posible pérdida de algunos ante el error me surgieron ideas muy curiosas. Así, interiorizando esta forma de evaluar me daba cuenta de carencias, defectos, errores, vacíos, "suspensos" o "necesita mejorar", usando la expresión de la LOGSE, propios y ajenos pero, sobre todo, de determinados aspectos del mundo en el que vivo. Me sirvió y me sirve esta pequeña y personal herramienta que no ha pasado de lo mental para intentar ser más objetivo, para relativizar y para, de alguna manera, mejorar mis procesos de aprendizaje, de valoración, de evaluación y de expresión. Nunca he escrito mil preguntas, ítems o aspectos de ningún tema pero el mero ejemplo puede sernos muy útil en nuestras vidas.
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