Acabo de leer el libro del doctor en Ciencia e Ingeniería Agrarias don José Fajardo Rodríguez "Cuando canta la garlocha. El conocimiento tradicional sobre la naturaleza". La edición ha corrido a cargo de Alalimón Creaciones. Las ilustraciones son de Aneta Tarmokas.
El el prólogo el también doctor don Alonso Verde López nos aclara que el autor lleva más de veinticinco años "recorriendo sierras, collaos, vallejos, cañadas, lagunas, lavajos, vegas y muchos de los pueblos, cortijos, quinterías y aldeas de las cinco provincias" de Castilla-La Mancha. Y así, esas tierras y las muchas personas entrevistadas han dejado su huella en este hermoso trabajo, a medio camino entre la investigación y la divulgación. Cada capítulo, cada historia, cada breve relato condensa esas vivencias en busca de un conocimiento que se nos escapa a mayor velocidad de lo que podemos pensar. En estas líneas hay efectivamente conocimientos, sabiduría, vivencias pero escritas desde la cercanía, la admiración, con unos toques muy acertados de crítica y la "miajita" de humor, que siempre viene bien. El texto es en prosa pero tiene en muchos pasajes la fuerza de la poesía, del sentimiento, del latir cercano de muchos corazones que dejaron sus recuerdos en tan buenas manos.
Personalmente siento que falta mucho por contar, puesto que uno se queda con ganas de leer más y más y descubrir esas formas de tantas gentes de tantos pueblos y aldeas de relacionarse durante decenios o siglos con el Entorno.
La lectura se hace agradable, ágil y directa, con una riqueza de vocabulario impactante. Esa ingente cantidad de términos vernáculos la podemos consultar en el glosario final, aunque muchas veces no es necesario porque el autor nos va aclarando su significado en el texto.
La etnobiología, en general y la etnobotánica, en particular, se nos presentan aquí de una forma atractiva, cercana, muy humana y motivadora y nos trasladan a escenarios, cercanos o lejanos, con unos actores sencillos que se convierten en los verdaderos protagonistas de estos relatos.
Además de los sencillos y hermosos dibujos de Aneta Tarmokas esta obra está ilustrada con una buena colección de fotografías antiguas, siempre debidamente documentadas, así como con fotografías también muy hermosas de los diferentes aspectos tratados. Son varios los autores de las fotografías pero mayoritariamente pertenecen a Carmen Fuentes Escribano.
Para concluir, recomiendo la lectura de este hermoso libro, escrito por José Fajardo Rodríguez pero con las voces de tantos y tantos paisanos y paisanas, de garlochas, de golondrinas, de arroyos y con el alma de tantas plantas y, como nos dice varias veces el autor, también de las piedras de nuestra hermosa tierra.
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