La conocida como nube de Consuegra (Toledo) tuvo lugar el 11 de septiembre de 1891. Se trató de una serie de tormentas que provocaron lluvias muy abundantes y la rotura de la presa romana que existía, y existe, en el cauce del río Amarguillo, aguas arriba del casco urbano. El pueblo se inundó, se hundieron muchas casas y murieron varios cientos de personas. Por si fuera poco, Consuegra quedó aislada por el agua y los primeros en acudir en su ayuda fueron villarrubieros que, a través de las sierras que separan ambos municipios, pudieron socorrer a sus vecinos. Eran las fiestas patronales y, en cuanto se supo la noticia, el ayuntamiento en pleno se reunió para organizar la asistencia al vecindario.
Se trató de una catástrofe que trascendió los límites provinciales y llegó a toda España ya que se organizaron cuestaciones y diferentes actos de ayuda.
En el caso de Villarrubia de los Ojos la mayoría supimos de estos hechos gracias al historiador, doctor don Isidoro Villalobos Racionero y a una publicación al respecto. Después pudimos leer el libro que el ayuntamiento consaburense publicó con motivo del centenario. Y poco a poco fuimos leyendo sobre el tema, sobre el Amarguillo, por ejemplo, y escuchando refranes y dichos alusivos al suceso. A mí me sorprendió el que decía.
-"Más malo que la nube de Consuegra."(1)
Y otro que hacía referencia al cercano pueblo de Madridejos (2):
-"Madridejos, tente tieso
que Consuegra ya cayó
y los mantones de Manila
el Amarguillo se los llevó".
Y este otro sobre el río Amarguillo es especialmente significativo (3):
"Dicen que el río Amarguillo
no sirve para lavar,
pero sí para llevarse
de Consuegra la mitad."
Madridejos también sufrió una concatenación de tormentas y se vio inundada, recuperando en los días sucesivos varios cadáveres llegados desde Consuegra entre las aguas, el fango y todo tipo de enseres, y perdiendo a uno de su vecinos, que se llevó el riada. En este enlace hay un relato breve pero muy expresivo, con un texto de la época escrito por el Guarda Mayor. Y algo parecido ocurrió en Herencia. Hay una entrada en un blog del profesor Ángel Martín-Fontecha Guijarro que narra los hechos desde el pueblo de Herencia y nos informa de que la trágica noticia apareció incluso en el New York Times.
Desde Tembleque leemos la crónica de aquel periódico tan seguido, "La Ilustración Española y Americana" y contemplamos las fotografías de la catástrofe. El artículo fue escrito en 2010 por Fredy.
Y para terminar este pequeño tributo a los villarrubieros que acudieron a ayudar a sus vecinos de Consuegra quiero publicar, con permiso del autor, la poesía que con este motivo escribió Blas Aranda Gómez dedicada a Villarrubia de los Ojos y que, tan emotivamente declamó en nuestro pueblo el pasado 4 de septiembre de 2022, en la presentación del libro del también poeta Felipe Serrano García de la Plaza.
¡Muchas gracias, Blas, por tus emocionadas y sentidas palabras, que nos llenan de orgullo y nos hacen valorar más a nuestros pueblos, hermanados por la Historia, por la Geografía y, sobre todo, por la Solidaridad en los momentos más difíciles!
(1) No recuerdo la persona a la que escuché la expresión.
(2) Este refrán me lo dijo un alumno de la Escuela de Magisterio pero, lamentablemente, no encuentro su nombre y apellidos. Después lo he escuchado alguna vez más y lo he leído en un par de publicaciones.
(3) FERNÁNDEZ OXEA, José Ramón (1965) "Geografía popular toledana". Madrid. Este autor también aporta el refrán de Madridejos, con alguna variante.
Conmemoramos este año el 125 aniversario de un hecho
terrible y trágico. El día 11 de septiembre de 1891, una gran tromba de agua
asoló gran parte del pueblo de Consuegra. Allí quedaron entre el barro, sus
ilusiones y esperanzas, sus sueños y felicidad. 355 consaburenses perecieron
tan infausto día, un día que cambió la vida y el devenir de este pueblo para
siempre. Los primeros que llegaron a socorrernos al día siguiente fueron gentes
del vecino pueblo de Villarrubia de los Ojos, Villarrubieros que al enterarse
de la noticia abandonaron su vida para
intentar ayudar en todo aquello que fuese menester y socorrer en lo posible a
todos esos consaburenses con los que se había cebado la desgracia.
Como agradecimiento a vuestro pueblo y a aquellas
gentes, he escrito estos versos que nacen del corazón. De un corazón
consaburense, para todos los villarrubieros. Para que nunca olvidemos los lazos
de unión que han de guiarnos por la vida y para darles el honor que merecen a
aquellos hombres y mujeres de ayer que bien pueden ser los de hoy o los que lo
van a ser mañana.
A RUBEUM
Tú siempre has sido la aurora
que ha acompañado a La Mancha
con el trabajo del pueblo
y la humildad de tus casas;
con el sudor de tu frente
y el honor de tus palabras.
Siempre has sido un árbol firme
creciendo en la madrugada
buscando trabajo y luz
abriendo siempre ventanas
en esta gloriosa tierra
llena de color y calma
y en tus cimientos de amor
van golpeando las ramas
del sabor de la esperanza
con ingenio de personas
que han construido tu raza
paso a paso sin descanso…
paso a paso en sus batallas.
Tú eres grande y bien se ve,
¡Tú Villarrubia cercana!
Y en tu grandeza, humildad,
se asoma por tus ventanas,
por los poros de esa piel
que son tus calles que guardan
la historia que aún dormita
por callejuelas y plazas
y que los villarrubieros
llevan con honra y a gala.
De íberos y romanos
fuiste suelo y su morada,
donde crecieron entonces
luchando con sus entrañas
aquellos pueblos valientes
que iniciaron tus andanzas
en tu llanura paciente
y en tus ardientes montañas.
Luego fueron los moriscos
que en su conciencia sagrada
encontraron en tu ser
manos abiertas sin marcas…
corazones entregados
puertas abiertas sin trampa.
Ellos siempre, Villarrubia,
en ti encontraron su casa
y tú les diste consuelo
y tu mirada más clara.
Una y otra vez algunos
intentaron que marcharan;
los expulsaron entonces
y ellos de forma inmediata
regresaban al cobijo
de su Villarrubia amada
sabiendo bien que sus gentes
siempre les darían posada.
Ni el Conde de Salazar
ni el mismo rey que llegara
pudo impedir a moriscos
volver a esta tierra magna.
Más tienes una virtud
que estremece tu mirada,
una protectora hermosa
que desde el cielo te llama…
con su silencio en las noches
entre lágrimas calladas…
Es la Virgen de la Sierra,
la Madre que lleva el alma
de todo el villarrubiero
que su mirada engalana
cuando a finales de agosto
quiere estar bajo sus andas
y correr al lado suyo
del Santuario a la plaza
gritando con emoción
con fe firme y desbocada:
¡Viva la Madre y Patrona
que me acompaña y me guarda!
¡Viva la Reina del cielo!
La que mora en mi garganta
que es la Virgen de la Sierra
San Antón carga de luces
en el enero tus calles,
haciendo fiesta de fuego
con bendición de animales.
San Antón es el principio,
Él es la primera imagen
que da comienzo a la vida
con garbanzos y cantares
de este pueblo que rezuma
su alegría por los valles.
Ya llega Semana Santa…
dolor y luto entre ayees
recorriendo con la Cruz
el dolor de nuestro Padre
que morirá nuevamente
ante mis ojos cobardes.
Nuevamente la alegría
en el corazón no cabe
¡Cristo ha resucitado!
y de nuevo en los altares
nos mostrará la palabra
con su perdón incesante.
¡Ya es lunes…!¡corramos todos!
que es día de fiesta grande…
vayamos al Santuario
a gozar con nuestra Madre;
hoy es fiesta en Villarrubia
y una fiesta indispensable:
¡Lunes de Resurrección!
La primavera decora
de bellas flores tu estampa;
aletean pajarillos
sobre tus fachadas blancas.
Vida nueva que florece
entre romeros que cantan
en mayo el primer domingo
en esa llanura ancha
que desde el cerro divisa
la belleza de La Mancha.
Cada uno con su hornazo
sube a tan bella terraza
que custodia San Cristóbal
porque saben que les guarda.
Ya se reparte el “bateo”
y se cumple otra jornada
de hermandad villarrubiera
que hace que broten y nazcan
emociones en los niños
y en los mayores hazañas
que el tiempo les fue dejando
entre su frente arrugada.
La canícula presenta
la dureza de esta tierra
entre el sudor de su campo
que siempre fue tu despensa.
La canícula de agosto
sigue mostrando tu fiesta
y con ella a aquel que viaja
a ganar pan a otra tierra.
La canícula de agosto
es la que alaba la fuerza
del hombre madrugador
que aún bajo las estrellas
deja su casa y familia
y en su corazón se lleva
el amor de un pueblo grande
Septiembre es júbilo y flor
con reencuentros y armonía,
es la pólvora que mana
de esta Villarrubia misma
que va dando pasos ciertos
por un futuro de dicha.
Y otra vez en Villarrubia
septiembre es luz y alegría
donde se abrazan hermanos
que lejos permanecían
porque su madre al mirarlos
va cerrando sus heridas
y toca sus corazones
con su llanto y compañía.
Hay un camino que llega
desde Zuacorta a Consuegra,
que rompe el monte y que alegra
esa ilusión que despliega
por la llanura manchega…
Un camino de hermandad
que mana de dignidad
de la nobleza de gentes
que abnegados y valientes
nos dieron humanidad.
Gracias Virgen de la Sierra
por acercar a mi orilla
al pueblo de Villarrubia
con su mirada encendida,
por cuidarlo con tu manto
sin perder la perspectiva,
por darle amor y humildad
prudencia y sabiduría.
Gracias Virgen de la Sierra
Maternal Virgen María
por dejarme caminar
por Villarrubia y sus calles
con mi humilde poesía.
Blas Aranda Gómez
12/04/16