Piedrabuena: urbanismo fallido, 1.

 Desde hace años vengo observando verdaderas carencias urbanísticas en Piedrabuena, al igual que en Ciudad Real y Villarrubia de los Ojos, los tres municipios en los que vivo. Pasa el tiempo y compruebo que la mayoría de esos "puntos grises", por llamarlos de alguna manera, siguen ahí.

En este primer caso se trata de una ausencia de acera junto a la primera calle peatonal del pueblo. Además, hay un poste de hormigón y es zona de aparcamiento de coches, que apuran hasta los centímetros, de manera que el paso de peatones es, sencillamente, imposible. Por si fuera poco, allí está el contenedor de la basura. A escasos metros del cuartel de la Guardia Civil, y en la entrada del pueblo.

Herpetología, 1: Un sapo corredor (Epidalea calamita) velando a un congénere.

 Hoy me he encontrado con un espectáculo herpetológico muy curioso y, a la vez, con cierto aire lúgubre. Ya de noche, en un camino de tierra, a las diez de la noche aproximadamente,  y con 18 grados centígrados, he visto un sapo corredor adulto ( Epidalea calamita). He parado para fotografiarlo y me he llevado una gran -y lúgubre- sorpresa. El anfibio en cuestión estaba al lado de otro ejemplar atropellado, ya muy aplanado y reseco. Daba la sensación de estar velándolo, si se me permite la expresión. Ha permanecido suficientes segundos para que le haga varias fotos con el flash. Después, se ha ido. Hacía unos minutos desde que había visto otro al que no he sido capaz de fotografiar dada su rápida huida. Lo cierto es que la estampa me ha parecido, de alguna manera, con un fuerte poder evocador y, porqué no decirlo, dolorosa. La imagen de un ser vivo junto a otro de su misma especie, a las muchas horas de estar muerto. ¿Casualidad? Puede ser. Yo nunca había visto algo así y, sinceramente, me ha llamado poderosamente la atención.

Fauna en la puerta de mi casa, 4: Insecto llama a insecto.

 Me ha pasado más de una vez. He localizado un insecto, por ejemplo, y al prepararme para fotografiarlo, he visto otro o, de pronto, ha aparecido en escena. Esta semana, por ejemplo, al llegar a mi casa, me encontré con un pequeño insecto en el suelo. Se trataba de una mariposa nocturna. Cuando me preparé para hacer fotos llegó volando un pequeño ejemplar de cercopoideo, uno de esos grandes saltadores y productores de saliva en los tallos de las plantas. De manera que, en escasos centímetros cuadrado he podido ver dos insectos diferentes. Y al día siguiente, se produjo el mismo fenómeno. ¡Impresionante la cantidad y diversidad de vida que bulle a nuestro alrededor y que nos puede pasar inadvertida!

¿Dónde está la señal de "Correos" de Villarrubia de los Ojos, de la calle Emilio Nieto?

 Este verano me he llevado otra desagradable sorpresa en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real. En realidad me dí cuenta un poco antes. Y es que la señal de Correos que llevaba, al menos cincuenta años en la calle Emilio Nieto, esquina con la calle Santa Ana, ya no está. Esas letras y esa flecha en azul, sobre amarillo, ya no están.

Es como si la pandemia por coronavirus se hubiera llevado mucho más que vidas, que ya sería demasiado y un precio muy alto. Pero, sinceramente, no sé si estoy haciendo un mal juicio, lo cierto es que esa señal, como algunas más parecidas que quedan, tienen su interés patrimonial, cultural, histórico y, además, sentimental.

No sé si ha podido ser el dueño de la casa, la empresa actual de Correos, o si se pudo caer pero, desde luego, ahora luce solo el hueco, la marca de haber estado allí, anunciando el sentido de la calle que deberíamos seguir para llegar a la oficina de Correos. ¿O habrá sido el botín de  algún expoliador? Ojalá me equivoque y pronto vuelva a estar en su sitio.

Poco a poco va desapareciendo todo lo que tiene cierto valor y, en su lugar, aparecen los nuevos elementos de muy dudosa valía en la mayoría de los casos, dando paso a una urbanalización galopante.

¿No sabemos de lo que hablo? ¿Lo recordáis ahora?

Fotografía de diciembrede 2012. FZS.

Fotografía del 19 de julio de 2020. FZS.

Fotografía del 19 de julio de 2020. FZS.

La Basuripedia de Villarrubia de los Ojos: escombros en Los Ojuelos.

 No son estos los únicos escombros que podemos encontrar en Los Ojuelos de Villarrubia de los Ojos y, por si acaso alguien no lo sabe, se trata de vertidos que llevan años, de manera que no es esta entrada una crítica a la actual corporación municipal ni a la anterior en concreto. En realidad es una petición, una llamada al control y a la limpieza y a las diferentes acciones que se deben ir tomando para que estos espacios naturales no se degraden más y se puedan regenerar y recuperar.

La Basuripedia de Villarrubia de los Ojos: neumáticos y escombros en las Pozas de los Alpargateros.

 Este mes de julio de 2020 he podido ver como en un espacio natural tan interesante como Las Pozas de los Alpargateros, en el término municipal de Villarrubia de los Ojos, hay vertidos verdaderamente preocupantes. Así, en una de las pozas se ven abundantes neumáticos y en otras dos, al menos, escombros. Es preocupante por los vertidos ya realizados pero también por el "efecto llamada" que pueden suponer, por esa imagen de abandono, de olvido, de desidia institucional y social, de tierra de nadie, en lugar de tierra de todos.

No está de más recordar que estos terrenos fueron utilizados para la extracción de arena, comprándolos el Grupo Ecologista Anea, con el fin de protegerlos, dados sus valores naturales. Posteriormente los cedió al ayuntamineto de Villarrubia de los Ojos, con la condición de que, igualmente, se mantuvieran en buen estado. Además, en los últimos años, miembros de Ecologistas en Acción-Ciudad Real y Anea han venido trabajando para conseguir la protección legal de estas lagunas.

Hace poco, por ejemplo, se descubrió allí la presencia de un odonato, es decir, una libélula, cuya presencia pone de relieve la importancia y el interés natural del espacio del que hablamos, concretamente "Paragomphus genei", una especie de origen africano.

Así, no estaría de más que el ayuntamiento, la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural y el SEPRONA se tomaran en serio la conservación de estas interesantes lagunas.

Neumáticos y otros residuos en el interior de una de las pozas de los Alpargateros, Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, julio 2020.

Escombros en las Pozas de los Alpargateros, Villarrubia de los Ojos, julio, 2020.

"Poesía para salvar ríos", una iniciativa eco-poética de hace ya 22 años.

 En 1999 en el Grupo Ecologista Cantueso de Piedrabuena, Ciudad Real pusimos en marcha una idea con la que queríamos concienciar al mayor número posible de personas de la importancia de nuestros ríos, del lamentable estado en el que se encontraban -y encuentran-, de los muchos peligros que los acechaban y de su belleza, incluso poética y literaria.

Gracias al poeta piedrabuenero Nicolás del Hierro Palomo el proyecto salió adelante. Se sumaron otros escritores y en Piedrabuena también colaboró activamente otro poeta, Francisco Caro Sierra.

La fincanciación corrió a cargo de varios ayuntamientos de la provincia de Ciudad Real aunque la verdad es que un par de ellos, el de Carrizosa y Daimiel, no cumplieron con lo acordado. El primero, negándose a pagar y, el segundo, abonando sólo la mitad, a pesar de que se organizó una presentación allí. 

Lo cierto es que fuímos capaces de publicar el libro, en el que también participó el artista ya fallecido Ignacio Meco, donando un grabado para la ilustración de la portada. La edición contaba con pocos ejemplares y se distribuyeron y vendieron rápidamente.

Hubo que sortear diferentes obstáculos y aún hoy el recuerdo que conservo es grisáceo, de color ceniza, o de las tierras de los Ojos del Guadiana o de los terrenos del cauce del río Gigüela, puestos de cultivo.

Creo sinceramente que el libro es precioso y que la iniciativa fue muy positiva. Quiero pensar que sirvió de algo aunque, si visito esos ríos, la poesía se me torna truculenta, oscura, dolorosa, contradictoria siempre.

El prólogo que escribí, tal cual, lo reproduzco, incluyendo alguna falta de ortografía que, como las huellas dactilares de los alfareoros y alfareras, hacen más real y verdadera mi pequeña aportación. Ya lo decía Neruda hablando de los cántaros del pueblo. Ese texto se modificó por los dos poetas mencionados. Yo, todavía albergo la esperanza de que nuestros ríos sean tratados como algo sagrado, como las venas del paisaje de Unamuno, como las serpientes luminosas de las que hablaba Baroja, como el espejo de los pueblos, los tiempos y las gentes que los pueblan.

Fauna en la puerta de mi casa, 3.

 Antesdeayer, lunes, 7 de septiembre de 2020, al llegar a mi casa me encontré con una mantis religiosa "Mantis religiosa" en mi puerta. Se trataba de un ejemplar adulto, no muy grande, de color pajizo. No es la primera vez que veo mantis en las puertas de las casas y no sé si es pura casualidad. Hace unos años encontré una con la particularidad de que había un avispero a escasos centímetros, también en Piedrabuena, Ciudad Real.

Lo cierto es que a veces nos encontramos con estas preciosidades incluso en nuestras casas. Sobre las mantis viene bien recordar que son inofensivas y que, en caso de que no nos guste cogerlas con la mano -en realidad muchas veces basta con acercar la mano para que se suban en ella-podemos retirarlas con un papel, un palo, una escoba o cepillo, sin necesidad de matarlas, dañarlas u hostigarlas. En las fotografías se puede observar cómo, poniéndoles la mano, se suelen subir y quedarse quietas. Sin embargo, si las queremos coger con los dedos es probable que salgan volando o que nos agarren con sus patas delanteras. En ese caso se defienden con esos "pinchos" de las tibias y los fémures, incluso moviéndolos hacia atrás, cuando las sujetamos por el pronoto.

7 de septiembre de 2020, en Piedrabuena, Ciudad Real.

Agosto de 2007 en Piedrabuena, Ciudad Real.

2 de agosto 2007.

27 de septiembre de 2013. En un colegio de Ciudad Real, estudiando las mantis religiosas.

24 de septiembre de 2016.

Escenas entomológicas, 12: Una mantis muy colorida: la "Iris oratoria".

Los mántidos son esos insectos tan curiosos que tienen el cuerpo alargado y las patas delanteras transformadas en unas pinzas con las que atrapan a sus víctimas. En España tenemos varias especies aunque la más conocida, con diferencia, es la "Mantis religiosa". Es muy curioso que siendo un animal totalmente inofensivo para el ser humano genere tanto miedo en muchas personas. En algún pueblo de la provincia de Ciudad Real, Arroba de los Montes concretamente, recibe el nombre vernáculo de "muerte". 

Yo, de pequeño, también creía que era peligrosa ya que en uno de aquellos álbumes de cromos sobre Naturaleza, aparecía con el título de "Un abrazo peligroso". En realidad, se refería a la relación de la hembra con el macho, tras la cópula, si no recuerdo mal. Pero pronto descubrí que no era para tanto y aprendí a cogerlas, con verdadera fascinación y admiración.

Ahora ya llevo vistas y conocidas varias especies y no dejan de sorprenderme. La que más me llama la atención es la "Iris oratoria" un mántido muy parecido a las mantis más comunes pero con varias diferencias corporales. De estas la que llama la atención es el colorido de los élitros. Además, en caso de alarma, los despliega y levanta y extiende las patas delanteras, recordándonos a un banderillero citando al toro.

El primer ejemplar que vi lo cogieron unos alumnos en el jardín del Colegio Público "José María de la Fuente" de Ciudad Real. Las fotografías del alumnado y del mántido las publiqué en un blog educativo. Era el mes de noviembre de 2008. Después vi algún ejemplar más y ahora tengo la sensación de haberlas tenido incluso en mis manos sin darme cuenta. Lo cierto es que hace unos días un ejemplar me ofreció esa preciosa escena entomológica en Villarrubia de los Ojos. Y aquí dejo algunas fotografías hechas en 2008 y 2020.

Ejemplar de "Iris oratoria" de Ciudad Real, nov. 2008.

"Iris oratoria" de Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, agosto de 2020.

Escenas entomológicas, 11: La cucaracha americana...que vino de África (Periplaneta americana)

 Los blatodeos  son un orden de insectos que despiertan abiertamente el rechazo humano. Nos referimos a las cucarachas. Hay unas 4.500 especies en el mundo y de ellas, algunas se pueden observar en la península ibérica. Hoy quiero hablar en concreto de la llamada cucaracha americana (Periplaneta americana) ya que hoy me he encontrado con una. 

Lo primero que debemos aclarar es que tanto el nombre común como el científico pueden inducir a error, ya que estas cucarachas son originarias de África. Se les puso ese nombre porque fueron descritas con ejemplares americanos, cuando ya habían colonizado el nuevo continente. Lo cierto es que la cucaracha americana se encuentra en todo el planeta, incluyendo España. Sin embargo, llaman la atención las escasísimas citas de este animal en Biodiversidad Virtual, especialmente en el centro de peninsular. Así, hasta la fecha, 3 de septiembre de 2020 hay 127 citas de las que la mayoría se encuentran en las costas mediterráneas y atlánticas.

Así, la primera cita de Madrid la facilité yo, al igual que la primera de la provincia de Ciudad Real, que localicé en el precioso, aunque, urbanalizado progresivamente,  pueblo de Almagro. Hoy he subido la de Ciudad Real capital, a la espera de ser confirmada. En los tres casos se encontraban sin vida. Las citas de Madrid y de Almagro me las identificó Álvaro Pérez. La fotografía de Almagro la hice en septiembre de 2008.

Como suelo decir y defender, merece la pena prestar atención a todos los seres vivos que nos rodean, intentando superar sentimientos negativos como el asco o el miedo. Son, por cierto, una puerta a fobias  o miedos patológicos más difíciles de superar, como la denominada blatofobia.

Estas cucarachas tienen un color rojizo o "rubio", y tienen alas bien desarrolladas.

Por último es curioso que algunos de los grandes escritores les han prestado atención, como por ejemplo Federico García Lorca, que escribió incluso una obra de teatro en la que los personajes eran cucarachas...las curianas de tantos pueblos de España. Así mismo, Franz Kafka, en su archi-conocida obra "La metamorfosis" describe el proceso de un hombre que, sin saber porqué, se transforma en un insecto. Aunque Kafka no las nombra, muchas personas entendimos al leer el texto que se trataba de estos animales.