Hoy, 19 de agosto de 2021, jueves, en el Día Mundial de la Fotografía...he pasado varias horas con mi cámara pero también con el móvil. Me ha sorprendido la rapidez con la que han ventilado el tema en Radio Nacional, por la mañana, con unas breves declaraciones de José Manuel Castro Prieto.
Después he escuchado una breve entrevista a otro fotógrafo que expresaba su preocupación por la situación actual, en la que todo el mundo hace fotos y las regala, sin recurrir a los trabajos de profesionales.
Desde hace ya tiempo se viene trabajando por conseguir un Centro Nacional de la Fotografía en España. Así lo ha dicho Castro Prieto, en consonancia con la petición de la prestigiosa Cristina García Rodero-puertollanera de nacimiento.
Verdaderamente, la situación de la Fotografía, con mayúscula, y la de los fotógrafos y fotógrafos, en España es más que preocupante. En términos generales hemos perdido muchas oportunidades. Podríamos plantearnos algunas preguntas muy elementales.
¿Se valora el trabajo de los fotógrafos? ¿Se paga convenientemente?¿Se respetan los derechos de autor?¿Están haciendo las instituciones públicas "los deberes" para con los fotógrafos y la Fotografía?
Muchas personas piensan que las fotografías caen del cielo, y que, además, son anónimas. Así, ni se plantean que, además del interés que puedan tener y del valor estético, artístico, documental, histórico y patrimonial, puedan tener un precio que se debería pagar. Por si fuera poco ¿se están llevando a cabo los trabajos necesarios para su correcta conservación y catalogación?
La creciente digitalización, por cierto, muy deficiente en muchísimos casos (uno de los mayores expertos en Fotografía Antigua de España y del mundo decía que el escaneado es un arte, equiparable a la realización de la fotografía y al revelado y positivado. Me estoy refiriendo a Ángel Fuentes de Cía) no es la solución a la conservación de estos materiales gráficos. En realidad está suponiendo, en demasiadas ocasiones, un verdadero problema incluso de desvirtuación de los valores intrínsecamente fotográficos.
Si comparamos la importancia que se daba hace solamente treinta o cuarenta años a la Fotografía con lo que está ocurriendo actualmente nos damos cuenta de los profundos cambios de los que hablo. Hace poco un amigo también muy aficionado a la Fotografía desde hace más de treinta y tantos años me decía que, en los años ochenta y noventa del siglo veinte se vendían y compraban fotos por cantidades hoy impensables. Ahora, en el año 2021, lo normal es pedir fotos y utilizar una palabra muy curiosa "compartir". Y digo lo de una palabra muy curiosa para referirme al término compartir aplicado a las fotografías porque yo no conozco a ningún panadero que comparta el pan o las madalenas. Los albañiles, los mecánicos...¿comparten su trabajo? Efectivamente, el límite parece estar en la profesión o profesionalidad. Y ahí es dónde está el problema. Es decir, una persona que lleva años haciendo fotografías del tipo que sean, que se esfuerza en aprender, hace cursos, adquiere equipo -bastante costoso, por cierto- y dedica su tiempo y su trabajo a hacer fotos se considera que debe "compartir" sus frutos.
Si explicas que todo tiene, como mínimo, unos costes económicos, sencillamente te borran de la lista. Yo he defendido siempre que si los fotógrafos no defendemos la Fotografía, las fotografías y a nosotros mismos no lo va a hacer nadie por nosotros. Además, ya renunciando a cualquier remuneración económica, si adviertes de que se debe citar la autoría, que esa imagen sólo se puede usar para el fin concreto para el que te la han pedido y que además no puede ser manipulada, editada, recortada o alterada de ninguna forma, es muy probable que hasta te tachen de pesetero e interesado y, por lo tanto, no volverán a contar contigo. Lo triste es que no exagero nada.
De siempre se ha dicho que ante el vicio de pedir está la virtud de no dar pero, expresado así, parece que se está en contra del altruismo, de la generosidad, de la cultura, del arte...Pero no es así, ni por asomo.
También es cierto que hay más actividades fotográficas que nunca, más asociaciones -mejor o no orientadas-y más personas que hacemos fotografías que nunca, pero menos establecimientos fotográficos que nunca. El caso de Puertollano es verdaderamente llamativo y esperanzador. Allí, el ayuntamiento ha creado el Museo de la fotógrafa Cristina García Rodero, cuya visita recomiendo encarecidamente. Allí hay una asociación de fotógrafos considerable y allí se organizan cada cierto tiempo eventos expositivos y formativos de mucho interés.
Lo cierto es que en España hace falta una institución exclusivamente dedicada a la conservación y promoción de la Fotografía. Además, nuestra sociedad tiene mucho que aprender y un largo camino que recorrer.
Las llamadas redes sociales han venido a cambiarlo prácticamente todo y, en el caso concreto de la Fotografía, se han convertido en un verdadero río revuelto. ¿Recordamos cuando algunas de esas redes se apropiaban literalmente de todas las fotografías que se subían?
En este Día Mundial de la Fotografía 2021 quiero "compartir" una imagen que he captado hoy.