lunes, 31 de agosto de 2020

Escenas entomológicas, 10: Dos palomillas bandeadas (Plodia interpunctella) a setenta kilómetros de distancia.

 Lo podemos llamar casualidad o quizás se trate de dinámicas naturales que me son desconocidas pero lo cierto es que se me vienen presentando situaciones en las que me encuentro los mismos invertebrados en casi las mismas fechas, a veces, a kilómetros de distancia.

Así, ayer, 30 de agosto de 2020, pude ver y fotografiar un microlepidóptero en mi casa en Piedrabuena. Curiosamente, el mismo lo había localizado dos días antes, en la puerta de mi casa de Villarrubia de los Ojos. Ambos resultaron ser palomillas bandeadas, es decir "Plodia interpunctella". El primer ejemplar lo identificó Carmelo Abad y el segundo Francisco Rodríguez, Faluke, ambos en la plataforma de Ciencia Ciudadana "Biodiversidad Virtual". A fecha de hoy, 31 de agosto de 2020, hay 392 citas aceptadas en dicho portal. Pero, si afinamos un poco más, veremos que para la provincia de Ciudad Real sólo hay cuatro citas: a saber, una de Ciudad Real, otra de Campo de Criptana y las dos mías antes mencionadas. 

En realidad no son datos significativos desde el punto de vista de su distribución ni de su abundancia ya que intervienen factores más relacionados con el azar y la llamada "imagen de búsqueda del investigador" que con aspectos puramente biogeográficos. 

Pero lo cierto es que en dos días he localizado la misma especie a una distancia de unos 70 kilómetros en ambientes urbanos y de forma fortuita.

Por último, los microlepidópteros, las llamadas genéricamente "polillas", tampoco gozan de muchas miradas protectoras entre los humanos. Se les persigue y considera perjudiciales, sin más. Pero detrás de cada mariposilla nocturna hay todo un mundo lleno de interrogantes y fascinación. Ayer, sin ir más lejos, me preguntaba: ¿de dónde habrá salido? ¿cómo se comunicará con sus semejantes? ¿dónde estarán los congéneres más cercanos? ¿será capaz de reproducirse? Y otras de índole naturalista. 

Esta especie fue descrita en 1813 por Jacob Hübner, alemán, uno de los padres de la Entomología. Merece la pena tener ojos también para estos pequeños seres. Vistos así, de cerca, y dejando aparte el asco y desprecio aprendidos, ¿no son hermosos? ¿no hay belleza en esas formas y colores? ¿no es sorprendente la gran diversidad existente? ¿no nos llaman la atención esas adaptaciones, esos sentidos, esas características únicas?¿no hay una vida que late y se abre paso en esos apenas dos centímetros de materia orgánica?

Los dos de los que hablo sobrevivieron al contacto con el ser humano, al menos conmigo. Uno se quedó en el mismo sitio y otro salió volando cuando le abrí la mosquitera de esa ventana en la que estaba.


Ejemplar de palomilla bandeada "Plodia interpunctella" de Piedrabuena, Ciudad Real, del 30 de agosto de 2020, domingo.





domingo, 30 de agosto de 2020

Escenas entomológicas, 9: Vuelos nupciales de avispas excavadoras "Sphex" en el patio de mi casa.

 El reconocimiento de los diferentes géneros y especies de avispas es complicado. Y es que los véspidos, es decir, la familia Vespidae tiene, actualmente unas cinco mil especies. De ellas, hasta la fecha, para la península Ibérica, se conocen 162 especies, según Leopoldo Castro y Florencio Sanza.

Para la mayoría, la inmensa mayoría de las personas, las avispas no son más que una molestia, un peligro y un animal despreciable. Su picadura es dolorosa y, en algunos casos, puede generar considerables problemas de salud. De manera que el interés que despiertan estos himenópteros en el gran público es prácticamente nulo. Sin embargo cumplen su función en la Naturaleza y su conocimiento es tan importante como el de cualquier otro ser vivo. Y del conocimiento surgen la admiración, el respeto y el amor.

Es muy curioso que en prácticamente cualquier lugar podamos ver avispas, a veces de varios géneros, y que no conozcamos prácticamente ninguna. La variedad que existe en sus formas de vida, en sus nidos y en sus cuerpos es extraordinaria y, si prestamos atención podremos contemplar verdaderas maravillas de la Naturaleza, de la evolución y de la adaptación al medio. 

Así, ver como "patinan" las avispas sobre el agua, sin ir más lejos, ya tiene su interés. Pero si tenemos la suerte de poder observar como cazan algunas, como recogen alimento de las flores, como hacen sus nidos con barro, excavando o fabricando pasta de papel nos daremos cuenta de que merece la pena estudiarlas siquiera, someramente.

Avispa chaqueta amarilla o alemana "Vespula germanica" entrando en su nido subterráneo. Villarrubia de los Ojos, diciembre de 2013.

En los últimos años he visto verdaderos espectáculos sin salir de Villarrubia de los Ojos, aunque también los he podido contemplar en Ciudad Real, Daimiel, Piedrabuena, Pueblonuevo del Bullaque y Fuencaliente, todos los municipios, de la provincia de Ciudad Real. También vi algunas el año pasado en Francia.

Uno de ellos ha tenido lugar este verano, en un sorprendente y nada recóndito lugar: el patio de mi casa, en Villarrubia de los Ojos, en una calle céntrica.

Y es que una noche, cuando llegamos a casa, observé que había varias avispas bastante grandes revoloteando sobre un pequeño alambre que estaba unido a una parra, enorme y preciosa, por cierto.

Me dí cuenta de que no era ninguna de las avispas que yo conocía. Me parecía que se trataba del cortejo, o de los preparativos del mismo. Hice varias fotografías, acercándome cada vez más, probando el grado de permisividad que demostraban. No tuve problemas. Había bastantes ejemplares que parecían completamente negros y, al menos dos, quizás un poco mayores, con cierto color rojizo en la unión entre tórax y abdomen.

Al día siguiente, temprano, estaban todos los ejemplares, apiñados en el cable...y así siguieron unos diez o quince días. Temprano estaban todas las avispas muy juntas, de día no estaban y de noche volvían a estar allí.

Subí alguna fotografía a Biodiversidad Virtual y José Ignacio Pascual me las identificó como "Sphex pruinosus". Estas avispas reciben el sobrenombre de avispas excavadoras y son depredadoras de otros insectos, a los que paralizan y transportan a sus nidos.

Lo más curioso para mí es que el segundo día me volví a encontrar con la misma escena, ahora ya en el campo, en en interior de un corral de una quintería, a dos kilómetros del casco urbano, entre viñedos. 


Las tres primeras fotos de las avispas excavadoras están hechas en el casco urbano de Villarrubia de los Ojos, a primeros de julio de 2020. Se trata de "Sphex pruinosus"



Y las dos siguientes son de ejemplares de "Sphex pruinosus" en el campo, en Villarrubia de los Ojos el 11 de julio de 2020, al atardecer.







"Murcia", otro antrotopónimo de Villarrubia de los Ojos.

“Murcia”, otro antrotopónimo de Villarrubia de los Ojos.

FZS, agosto 2020.

Desde que yo era pequeño escuché hablar de Murcia, con mucha confusión por mi parte. Por un lado, unos tíos míos, y sus nueve hijos e hijas, vivían en esa capital pero, cada cierto tiempo, mis mayores, hablaban de un lugar que estaba en Villarrubia de los Ojos al que llamaban de igual manera.  Tardé unos años en comprender que, una cosa era la provincia y la capital llamada Murcia y otra, un paraje concreto, un olivar a cinco kilómetros del casco urbano de Villarrubia de los Ojos entre la carretera de Villarrubia de los Ojos a Fuente el Fresno y el camino de Malagón, al que llamaban así.

Mi tía Olalla Soria Villegas (1911-1990), hermana mayor de mi madre, a la que le encantaba contarme historias del siglo XX y del anterior, me lo explicó. Esa finca perteneció a un señor llamado Sixto Murcia, y mis bisabuelos maternos  se lo compraron. Ella también me explicó que otro topónimo de nuestro pueblo "Guadilla" tenía su origen en la procedencia de sus dueños, ya que eran de "Guadix" en la provincia de Granada.

De ese propietario por el que se empezó a nombrar así ese paraje es muy poca la información que tengo. En un recordatorio necrológico de 1921 aparece Jaime Sorell Murcia como fallecido a la corta edad de 27 años. Su padre era Faustino Sorell, del que conocemos algunos datos de otro tipo, que no vienen al caso. Parece evidente que su esposa se apellidaba Murcia y, en esas fechas, ya había fallecido, dejando otras dos hijas, Concepción y Paulina.

Por la información escuchada me parece que la compra de dicha finca se efectuó antes de 1895, pero es un dato que tendría que confirmar documentalmente. Si no recuerdo mal, la adquirió la familia Naranjo y, posteriormente, pasó a don Manuel Villegas Naranjo, como parte del "patrimonio" que le permitiría ejercer como cura libre o "a título de patrimonio". Era lo mismo que le había ocurrido con la huerta conocida como Fuentes de Macho y otras aledañas. Este sacerdote fue durante muchos años el capellán de la Virgen de la Sierra y, posteriormente, de las madres clarisas, falleciendo el 28 de abril de 1945, con cincuenta años de sacerdocio.


Fragmento de una fotografía de don Manuel Villegas Naranjo, probablemente realizada por su sobrino Antonio Soria Villegas.

Esas tierras ligeramente inclinadas de norte a sur, entre la sierra cercana y la llanura -rañas con abundantes cantos heterométricos de cuarcitas armoricanas con algunos icnofósiles de Cruziana y tierra arcillosa- se conocen genéricamente como “El Retamar”. El Retamar fue una de las fincas de propios ("procedente de sus propios"), es decir, de los vecinos de Villarrubia de los Ojos, que fueron desamortizadas en la segunda mitad del siglo XIX, en la conocida como desamortización civil o de Madoz. Salió a la venta, a pública subasta, en 1863 y el quinto tenía una extensión de 125 hectáreas. Lindaba al Norte con Pedrizas de Fuentes y Olivares, al Oeste con otro quinto también desamortizado, Barrancones. Desconozco los límites al Este y Sur.

Esa finca se parceló y vendió en los cuatro últimos decenios de ese siglo y se puso, mayoritariamente, de olivos, como sigue en la actualidad. Este olivar en concreto se puso, es decir, se plantó, en los años cuarenta o cincuenta del siglo XX, aunque algunos años también se sembraba cereal, con muy buenos resultados.

viernes, 28 de agosto de 2020

A propósito de la polarización, de la confrontación y de la falta de respeto a los que opinan de otra manera.

 Parece evidente que estamos viviendo un período tenso, difícil políticamente, y no sólo por la pandemia de coronavirus. En el caso de España todo parece indicar que la ausencia de un liderazgo claro por parte de algún partido político ha supuesto que se puedan formar gobiernos sin haber conseguido mayorías absolutas (cuya definición siempre me ha parecido inadecuada, por cierto). Además, el gran crecimiento de dos partidos políticos más, ha hecho que la situación aparezca más confusa todavía. 

Así las cosas, dependiendo de con quién nos topemos, podemos escuchar opiniones diametralmente opuestas. Esto no es nuevo ni, de entrada, tiene nada de negativo ni de preocupante. Lo que sí inquieta es que ahora, un buen número de personas se sientan "en la trinchera" en prácticamente todos los momentos del día, y de parte de la noche. Así, mantener una conversación resulta sinceramente difícil con esos aguerridos defensores de sus partidos o coaliciones. Y lo mismo ocurre con sus terribles adversarios que, parece ser, abogan incluso por el golpe de estado y la instauración de una terrible dictadura de corte fascistoide. 

Lo que para unos es una verdadera amenaza para España para otros es, sencillamente, su salvación frente a la ultraderecha que avanza. De un lado, los comunistas bolivarianos, y del otro, las huestes de Santiago Abascal como máxima representación del mal, aunque no tengan poder.

Así las cosas, se escuchan juicios de lo más exagerado llegando a la verdadera aberración. Desde que el gobierno actual, con su presidente Pedro Sánchez a la cabeza, nos quieren matar a todos hasta que el líder de Vox será el próximo presidente de gobierno hay un elenco muy amplio de opiniones para todos los gustos. Y entre medias, siguen los llamados "escraches" (acoso, coacciones, amenazas, ...) de un lado y del otro. Sigue la confrontación sin sentido. Sigue el insulto y la descalificación como forma de ¿comunicación?

Hay quiénes opinan que, en esta situación, no se puede mantener una postura neutral. Ahora, ponerse de lado o intentar ser objetivo o mantenerse equidistante es ya una opción inaceptable.

Por alguna razón que desconozco y que creo que no está escrita ni en la Constitución Española, ni en los documentos oficiales de la Unión Europea ni en la Declaración Universal de los Derechos Humanos ni en ningún código de ningún tipo (que no sea el del ojo por ojo) ahora, mantenerse al margen de la discordia, de la confrontación, de la falta de respeto y a la verdad...son algo así como un delito.

Santiago Segura, el actor y director de cine, por ejemplo, ha tenido recientemente un encontronazo en "Twitter" por su supuesta tibieza. 

Es una pena que haya personas que tengan ese grado tan intenso de beligerancia verbal y política que les haga ver alucinaciones y hasta monstruos. Y estoy hablando, por igual, de ambos lados, dejando claro que mi visión de la realidad en tridimensional, como mínimo (y no "lineal", de derecha o izquierda), y cromáticamente, muy rica.

Yo creo que lo que procede es, como mínimo, guardar las formas de cortesía. Renunciar al insulto, a la descalificación a la generalización la particularización, la exageración, la minimización...El camino sólo puede ser el diálogo, el intento sincero de cooperación y, si no fuera posible, de "batirse", llegado el momento, en las urnas.

Yo creo que la oposición tiene todo el derecho a hacer crítica. Y en la misma medida, el gobierno tiene que gobernar, con o sin la aprobación de sus adversarios. 

El virus del coronavirus y los efectos que está provocando no son motivo para esta pérdida de papeles y de respeto de las normas. No es fácil presidir, coordinar, dirigir y, en situaciones excepcionales como las que estamos viviendo, menos aún. Pero dicho esto, las personas que están al frente de las instituciones tienen el deber de redoblar esfuerzos, de no faltar a la verdad y de no perder la capacidad de diálogo, de escucha y de colaboración.

No es cierto que algunos estemos banalizando, normalizando o justificando actitudes o posiciones totalitarias. El derecho a disentir, a criticar, a opinar diferente, no se puede eliminar por un cierre de filas, como parece estar ocurriendo.

El "conmigo o contra mí" o el  "eres mi amigo o mi enemigo" son un grave error, una postura cercana a una patología de la convivencia. Ese no puede ser el camino. Como no puede serlo el continuado acoso a personas como un vicepresidente de gobierno y una ministra, la burla continua con conceptos tan tan endebles y burdos como "el casoplón" en un país, por cierto, en el que tantas casas enormes hay. 

Estoy seguro de que la inmensa mayoría de españolas y españoles, y de los cientos de miles de extranjeras y extranjeros que aquí viven, pensamos que no merece la pena esa confrontación. Y no queremos, ni locos, oír esos argumentos tan extremos, tan agresivos, tan violentos, que no conducen a ningún sitio bueno.

Onda Cero y el tremendismo absurdo sobre la vuelta al colegio y el coronavirus.

 Voy conduciendo y escucho, estupefacto, el comentario de alguien a quién no conozco en Onda Cero, a las 13:13. Da la sensación de que se trata de algún periodista o escritor y de su análisis o artículo de fondo del día, 28 de agosto de 2020, viernes, por llamarlo de alguna manera. Sinceramente, me ha parecido más una arenga, un sermón culpabilizador o un simple compendio de vituperios lanzados con muy poco estilo y nula valía referencial.

De manera que el autor de semejante diatriba nos dice, dos veces, que el gobierno se fue de vacaciones cuando había una pandemia y muchas decisiones que tomar. Lleva mucha razón. Además, no dejó organizado el fin de año, ni el último consejo de ministros ni la decoración navideña de este año en el palacio de la Moncloa ni en el Congreso de los Diputados ¡Qué valor!

Es decir, si  no se hubieran ido se les habría criticado, por ejemplo, por no descansar convenientemente ni por permitir a sus trabajadores que lo hicieran. Si hubieran tomado medidas hace dos, tres o cuatro semanas, el mismo vociferante incongruente diría que a quién se le ocurre legislar y organizar por adelantado, como buenos carpinteros y encofradores. 

Y es que el vociferante e incongruente comentarista dice que la que podríamos denominar como catástrofe económica en cuanto al turismo se podría haber solucionado en cuestión de días, de haber habido otros gobernantes más hábiles. Se le olvida que a los actuales los eligió el pueblo español democráticamente y que, hasta que no haya elecciones, no sabremos si otros están más capacitados. 

Él, el comentarista audaz, ínclito y celebérrimo, ya lo dijo hace diez años. España no debía depender tanto del turismo. Sin embargo, sorprende que su clarividencia no la tuviera en consideración el anterior presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, de un partido diferente al actual.

En definitiva, volver al colegio será un caos. Si no se volviera, sería igualmente caótico. Si en Alemania lo han hecho ya y si en Francia lo van a hacer dentro de tres días, da igual. Aquí será todo un desastre, porque lo dice una persona de Onda Cero. Y lo triste es que hay gente que se lo cree, que lo pasa mal, que tiene miedo, que piensa que nadie está haciendo nada...y eso es radicalmente falso.





jueves, 27 de agosto de 2020

Escenas entomológicas, 8: Un saltamontes en mi parabrisas.

 Ya he dicho muchas veces que la Naturaleza parece burlarse de nosotros en algunas ocasiones. Puede ocurrir que salgas al campo a hacer fotos de saltamontes y que te vuelvas sin resultados. Por un camino un ejemplar se posa en tu parabrisas. Piensas que se irá enseguida, pero se mantiene firme en ese plano inclinado, sin importarle la velocidad. Paras. ¡No me va a dar tiempo a preparar la cámara! ¡Se me va a ir en un pis-pas! Pero no. Haces unas cuantas fotos con la cámara y el objetivo macro. Después recuerdas que viene bien usar el móvil. Y sigue, allí, ¡tan tranquilo! Te contorsionas para conseguir mejores planos, retiras el asiento del conductor, te acercas, disparas con flash y sin él...¡No se inmuta!

Al rato, por cierto, ya en el casco urbano, veo otro sobre el capó del coche. No sé si es el mismo pero tiene su gracia.

Se trata de un "Oedipoda", uno de esos saltamontes de pequeño a mediano tamaño que tanto abundan en los campos de cultivo de La Mancha. Su coloración es extraordinariamente críptica, que contrasta con el colorido de sus élitros cuando salen volando. La identificación me la hicieron en el portal de Ciencia Ciudadana "Biodiversidad Virtual", concretamente Miguel Domenech. El primero, en el cristal, sólo fue identificado como "Oedipoda" mientras que en el caso del segundo se pudo llegar a la especie: "Oedipoda caerulescens".






miércoles, 26 de agosto de 2020

Donde la realidad te lleva, 5: Otra actuación más que discutible de dos guardias civiles en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.

 Como ya he dicho en entradas anteriores, a veces, la realidad te sorprende y te lleva a posiciones, opciones y opiniones que te hubieran parecido impensables hace poco tiempo.  Y es que, si se parte del respeto a la división de poderes y a las autoridades, lo normal es conceder, como mínimo, el beneficio de la duda ante sus actuaciones. Pero si, como es el caso, eres el sujeto de la arbitrariedad, de la subjetividad, de la ineficacia y la ineptitud e improcedencia de dos guardias civiles parece lógico que dónde había defensa nuestra actitud se torne en duda muy poderosa y en crítica concreta.

Así, si se le pide la intervención a dos guardias civiles de servicio en un cuartel (un cabo y un guardia) porque un vecino está instalando postes de hierro, tochos y alambres dentro de tu propiedad y te dicen que no pueden hacer nada y que te dirijas a la policía municipal, te quedas más que perplejo. Pero mucho menos que cuando acudí al cuerpo de guardia de la Policía Municipal para pedirles su asistencia, ante la negativa de los dos guardias civiles y estos te dicen que les extraña porque su ámbito de actuación se circunscribe al casco urbano, quedando en manos de la Guardia Civil el resto del término municipal.

Pero, cinco días más tarde, concretamente el 29 de julio de 2020, cuando estás procediendo al vallado de esa finca y tu vecino te lo está impidiendo, incluso amenazándote de muerte con un tractor abalanzándose contra ti, entonces sí aparece la pareja de guardias civiles en ese lugar al que no pudieron acudir hace unos días.

Curiosamente, uno de los guardias civiles que ahora se personaban, estuvo presente en el cuartel cuando solicité su ayuda y protección. Era el cabo, a quién le recordé la contradicción y la diferencia de criterio en tan pocos días, guardando silencio.

Pero lo grave, siendo lo relatado ya suficientemente expresivo de la improcedencia de estos guardias civiles, vino después. Y es que, una vez relatado lo ocurrido, es decir, explicarles mi versión de los hechos, las coacciones que estaban ejerciendo el vecino y su padre y, posteriormente, la abogada de estos y la amenaza de muerte del tractor, la situación se queda en que debo aportar el permiso de vallado. Lógico. Pero ¿cuántas veces tuve que aportar ese documento que estaba meridianamente claro? Pues solamente tres. 

Y es que, ante las mentiras dichas por el vecino y su padre (por ejemplo, que tenían una orden judicial que impedía mi vallado, documento que no llegó en toda la mañana porque no existía ni existe) y otras similares, en realidad los guardias civiles no protegieron ni a los trabajadores que allí se encontraban.  En varias ocasiones, intervinieron oralmente dando a entender que era el vecino el que llevaba razón y que si yo proseguía en mi tarea de vallar mi finca el vecino me denunciaría. Yo les explicaba que yo estaba en mi derecho y que sólo un juez podía paralizar mi obra porque era legal y estaba todo en regla.

Llegó un momento en el que uno de los guardias civiles me dijo que "encima de que yo quería vallar a unos dos metros de mis almendros, además, quería vallar al fondo" a lo que tuve que decirle que se estaba equivocando, que yo le había mostrado mi permiso de vallado, que la fotografía aérea que le estaban mostrando no era precisamente la más apropiada y que yo le podía mostrar toda la serie histórica dónde se veía claramente por dónde discurre, claramente, la linde. Fui explicándoles los pormenores de este conflicto, que se remonta ya a más de cinco años. Durante un rato nos dejaron trabajar, hasta que el vecino contactó telefónicamente con su abogada y le pasó el teléfono al guardia civil. Ahora, nuevas falsedades venían a enturbiar más la situación. Se las aclaré incluso documentalmente pero su actitud no fue nada clara ni optaron, en ningún momento, por proteger mi derecho a vallar ni a expulsar a estas dos personas de mi finca, que continuamente interpelaban a los trabajadores. 

Y ya el máximo de ineficacia lo viví cuando llegó la abogada y siguió mintiendo abiertamente. Le pedí  que no se dirigiera a mí varias veces, educadamente, que abandonara mi finca y que no hablara con los trabajadores, ya que les estaba amenazando con consecuencias legales. Ella, muy puesta en leyes y derechos, dijo que tenía libertad de expresión. La Guardia Civil no se quería enterar de lo que estaba ocurriendo y, ante la petición, o exigencia, de una abogada que no llegó ni a identificarse, me volvieron a pedir el permiso...¡por tercera vez!

De nada servía el papel, un documento oficial en regla,  ya que la palabra de esta persona valía más. Falsedades burdas eran tomadas en serio frente a mis aclaraciones y mis peticiones de que se respetaran mis derechos. 

Los trabajadores decidieron dejar de trabajar ante las amenazas y coacciones. La abogada, delante de los guardias civiles, llegó a decirles que no se trataba sólo de multas sino de consecuencias penales lo que conseguirían si seguían trabajando. Ante mis encarecidas peticiones a los trabajadores para que siguieran trabajando, a los guardias civiles para que no permitieran semejante acto de coacciones y amenazas y echaran de mi finca a estas tres personas que estaban impidiendo que yo realizara un trabajo legal en mi propiedad y a la mencionada letrada para que saliera de mi finca, no se dirigiera ni a mí ni a mis trabajadores, la obra, legal, se paralizó.

Los guardias civiles tomaron nuestros datos y se fueron. Se fueron mis trabajadores y el vecino tapó los agujeros realizados por los trabajadores al cabo de un rato. 

Ha pasado casi un mes. Mi finca sigue sin vallar. Yo he denunciado los hechos. Tuve que pagar un trabajo que no me ha servido de nada. Los guardias civiles no cumplieron con su obligación y, desde el primer momento, se posicionaron con el agresor. En realidad colaboraron en la farsa y en la comisión del delito. Una de las veces que subíamos andando hacia mi coche uno de los guardias y yo, para volverle a mostrar el permiso de vallado, como le expresé mi malestar por lo que estaba ocurriendo ya que en realidad era una estrategia de la abogada para quedarse a solas con los trabajadores, me dijo que si me negaba a enseñarle los papeles entonces el que iba a mover papeles, y muchos, sería él. Le dije que le mostraría por tercera vez el permiso pero que, si tenía que denunciar, denunciara.

Por cierto, le expliqué que de los doscientos veinte metros que el ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos me había autorizado a vallar, en realidad yo quería vallar doscientos o menos, ya que me retranqueaba para no tener problemas. Igualmente les mostré varias fotografías aéreas en las que se veía perfectamente como en todo momento yo estaba dentro de mi finca. Igualmente les expliqué cómo su argumento de una sentencia que prohibía el vallado era otra mentira. La sentencia lo que dice es que no procedía el deslinde porque las dos fincas están bien deslindadas.

Y en cuanto a que mi permiso de vallado era falso o que yo no lo tenía...lo comprobaron tres veces. De manera que no puedo por menos que dejar constancia de lo que ocurrió, de la mala actuación de los dos guardias civiles y de cómo vieron cómo se cometían coacciones y amenazas a mis trabajadores hasta que consiguieron su objetivo. 

Así las cosas, desde el respeto absoluto a la Justicia, a la Guardia Civil y a la Constitución Española no puedo por menos que quejarme amarga y abiertamente. ¿Dónde está la igualdad de todos los españoles ante la ley? ¿Dónde quedaron mis derechos? ¿Para qué sirve la legalidad si ante las mentiras de dos personas y la de una abogada dos guardias civiles de dejan engañar?

En fin, penosa, lamentable e ineficaz e injusta intervención de dos guardias civiles en Villarrubia de los Ojos...¡Y ya van tres veces!


Estado en el que quedó la finca tras el arado profundo, que provocó los primeros contactos, quejas, peticiones de respeto a la propiedad, acto de conciliación y denuncia por usurpación. El vecino, en el juicio, alegó que había un problema de lindes. Cuando se interpuso nueva denuncia para llevar a cabo el deslinde, el vecino se opuso a todo y negó que hubiera un problema de lindes. Afirmaba y afirma que yo me quiero quedar con todo.





La provincia de Ciudad Real ya cuenta con un estudio de la fauna de ortópteros, de Miguel Domenech Fernández.

 Recientemente ha visto la luz el estudio sobre la fauna de ortópteros de la provincia de Ciudad Real. El autor, un joven entomólogo albaceteño, ha estado estudiando nuestros saltamontes en los últimos años. Así, tras un ingente trabajo de campo y de gabinete, con un repaso bibliográfico excepcional y la consulta de numerosas colecciones en diferentes museos e instituciones científicas, Miguel Domenech Fernández ha publicado su aportación en el Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa, concretamente en el nº 66, del primer semestre. El artículo se titula "Nuevas citas y catálogo preliminar de los ortópteros (Insecta, Orthoptera) de la provincia de Ciudad Real (Castilla-La Mancha, España)".

Ahora, sabemos que la ortopterofauna  de la provincia de Ciudad Real alcanza las 95 especies y subespecies con una endemicidad cercana al 30%, muy parecida a la media peninsular. El autor aporta también ocho nuevas citas  para la provincia.

Miguel Domenech Fernández inicia su publicación, con una introducción en la que presenta el estado del arte, relatando las primeras aportaciones de entomólogos del siglo XIX como Bolívar, Eduardo Boscá, Cazurro y el sacerdote don José María de la Fuente. Prosigue con los avances conseguidos en el siglo XX y concluye con los últimos datos de estos veinte años del siglo XXI. El autor ya ha publicado otros tres artículos sobre mántidos y tetigónidos del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, sobre el género "Pterolepis" y sobre la confirmación de la presencia del espectacular "Saga pedo" en la provincia de Ciudad Real.

Desde este pequeño espacio de divulgación felicitamos y agradecemos a Miguel Domenech Fernández su extraordinario trabajo científico.


El autor del estudio, Miguel Domenech Fernández, en agosto de 2019, en el Valle de Alcudia, con un ortóptero, en el transcurso de un "Testing" o muestreo del portal de ciencia ciudadana "Biodiversidad Virtual".

martes, 25 de agosto de 2020

El "ABC de Castilla-La Mancha" publica una foto mía en un artículo sobre una suelta de cernícalos primilla en Piedrabuena, Ciudad Real.

 El pasado mes de julio de 2020 el diario digital ABC de Castilla-La Mancha publicó una fotografía hecha por mí de un cernícalo primilla. La noticia era la suelta de cuatro cernícalos en Piedrabuena, generada por Aníbal de la Beldad Caro, de la Agencia Efe. Inicialmente la fotografía se publicó sin mi consentimiento y sin mi nombre y apellidos. Tras contactar telefónicamente con la redactora de Toledo, los incluyó.

Ejemplares de cernícalo primilla en el municipio de Piedrabuena (Ciudad Real) - Francisco Zamora Soria

domingo, 16 de agosto de 2020

Escenas entomológicas, 7: el apareamiento de las chicharras alicortas.

 El pasado mes de julio tuve la suerte de volverme a encontrar con el curioso método de apareamiento de las chicharras alicortas. Éstas son ortópteros, saltamontes sin alas, que reciben, entre otros nombres, el vernáculo de "chicharras".

Ya había presenciado una escena semejante en Piedrabuena, el año 2010 y, por cierto, publiqué una entrada en mi primer blog, "Franzaso". En esta ocasión, en Villarrubia de los Ojos, la diferencia estuvo en que pude ver cientos de ejemplares en dos o tres visitas, en pleno proceso reproductor. 

El macho y la hembra se acercan y realizan varios movimientos. La hembra es atraída por el canto del macho y el intercambio de feromonas. El macho deposita el espermatóforo y la hembra lo recoge. Esa sustancia seminal es muy parecida a un par de huevos crudos, salvando los tamaños. Es decir, tiene una parte transparente y otra, amarillenta, como la yema de los huevos. 

La hembra se come la parte transparente, un aporte alimenticio extra, el espermatofilax, proteínas, al fin y al cabo, e introduce el esperma propiamente dicho en su cuerpo, en la placa subgenital. Posteriormente, pondrá sus huevos ya fecundados con el ovopositor u oviscapto, esa especie de pincho o "sable" que hace que sean fácilmente reconocibles. 

Gracias al experto en ortópteros Miguel Domenech Fernández por su información y aclaración de dudas. Por cierto, acaba de publicar un interesantísimo artículo titulado "Nuevas citas y catálogo preliminar de los ortópteros (Insecta, Orthoptera) de la provincia de Ciudad Real (Castilla-La Mancha, España)" en el Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa, nº 66, primer semestre 2020.



Hembra de chicharra alicorta, concretamente "Steropleurus brunnerii" en el momento de introducir el espermatóforo en su cuerpo.

Macho de "Steropleurus brunnerii".
Hembra de "Steropleurus brunnerii". Se observa el ovopositor, en forma de sable.


viernes, 14 de agosto de 2020

Escenas entomológicas, 6: Un espectáculo malacológico: árboles cubiertos de caracoles "Theba pisana" en Ciudad Real.

 La malacología es la disciplina científica que estudia los moluscos, esos curiosos animales terrestres, marinos y de agua dulce cuyo cuerpo es blando pero que, en muchas ocasiones, tienen un exoesqueleto más o menos duro. Para entendernos, estamos hablando de animales como los caracoles, las almejas, mejillones, babosas y calamares, por citar algunos.

Los moluscos forman parte de nuestras vidas de muchas maneras y, en este escrito breve, sólo citaremos una, la de la alimentación. Lo cierto es que un buen número de especies viven muy cerca de nosotros. Así, hay varias especies de caracoles y de babosas que podemos encontrar en nuestros patios, jardines, corrales, terrazas y calles.

En mi casa, en Piedrabuena, Ciudad Real, he localizado por el momento tres especies de caracoles y una de babosa, aunque creo que hay, al menos, una más. En mi calle veo otra especie muy común con frecuencia. Ya escribí una entrada en este blog sobre los caracoles con pelo, que bien podría formar parte de esta serie de "Escenas entomológicas".

Ayer, jueves, 13 de agosto de 2020, me acerqué a un paraje a las afueras de Ciudad Real para echar un vistazo entomológico después de la impresionante tormenta de granizo (o bolas de golf de hielo) de la tarde anterior. Quería ver cómo habían quedado unos metros de cunetas, entre carreteras y caminos, que había visitado varias veces en los últimos días. Era temprano, de manera que me pareció que ese bullir característico no se había iniciado. La tierrecilla, húmeda todavía, se había compactado, y se habían borrado determinadas huellas y rastros que estuve observando y fotografiando. Era cómo si se tratara de otro lugar.

Sin embargo, de repente, me llevé una gran sorpresa. Además de ver cómo en los hinojos y otras plantas había bastantes caracoles, en un árbol de mediano porte, se veían unas concentraciones impresionantes en las ramas más bajas, a escasos centímetros del suelo. Era, a simple vista, un olmo siberiano (Ulmus pumila). Esas ramas estaban completamente cubiertas de caracoles. Pero, el espectáculo todavía me deparaba más asombro. Subí la vista y vi como, a rodales, a media altura, e incluso en la parte más alta del árbol, había ramas también recubiertas de estos moluscos blanquecinos o rayados. Eran tramos de unos diez, quince, veinte centímetros...literalmente forrados de caracolillos.

Seguí caminando por esta cuneta y fui observando como, conforme avanzaba, había brotes de este árbol que estaban repletos de moluscos. Se trataba de plantones de unos dos metros de altura y que presentaban un aspecto extraordinariamente llamativo.

De manera que, en esos escasos metros lineales, se puede disfrutar de un espectáculo que yo no he visto nunca y que, en mi modesta opinión naturalista y entomológica, se sale de lo normal. Yo había visto y fotografiado pequeñas concentraciones de estos caracoles en postes y vallas pero no se parecían en nada a lo que pude ver ayer en Ciudad Real.

Los caracoles en cuestión son "Theba pisana", aunque pueda haber algún otro género, minoritariamente. Este comportamiento se debe a una estrategia de supervivencia que se sale un poco de lo que hacen otros caracoles. Y es que, mientras que la mayoría de caracoles se esconden bajo piedras, troncos o se entierran, los "Theba pisana" se encaraman en lugares altos, segregando esa mucosa que los aísla y los pega, para evitar la deshidratación durante la estivación.

Estos caracoles son comestibles y en Andalucía los llaman "caracoles chicos", muy apreciados como aperitivo en los bares. Son muy abundantes y frecuentes en la península ibérica y otros países mediterráneos, habiendo sido introducidos en otros continentes, produciendo plagas y daños en los cítricos.

Si alguna persona quiere conocer el emplazamiento exacto para su observación y/o fotografiado, no tiene más que contactar conmigo: franzaso45arrobagmail.com.

Por último quiero añadir que en España contamos con un buen número de especies. De Andalucía tenemos el dato de unas cien especies, hasta unas ciento quince, según el extraordinario libro "Caracoles terrestres de Andalucía. Guía y manual de identificación" de RUIZ RUIZ, Antonio; CÁRCABA POZO, Ángel; PORRAS CREVILLEN, Ana I. y ARRÉBOLA BURGOS, José R. Junta de Andalucía y Fundación Gypaetus. con ISBN 84-935194-2-1.





Como vemos, son muchos los atractivos que esconde y atesora nuestro Entorno. A veces, en el lugar más inesperado encontramos escenas preciosas, sublimes, sorprendentes. En este caso es una cuneta , una simple cuneta, que, además, cuenta con otros atractivos.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Escenas entomológicas, 5: tábanos y coches.

Hace unos días, en Villarrubia de los Ojos vi como al llegar con el coche a un paraje de pronto bastantes tábanos revoloteaban sobre el coche. Paré y sólo pude ver alguno. Al cabo de un rato, ya de vuelta, me volvió a pasar. Paré y uno se introdujo dentro del habitáculo, por lo que pude fotografiarlo. A los pocos días me volvió a pasar, es decir, al cruzar por un camino en determinado punto, aparecían muchos tábanos que se abalanzaban sobre el parabrisas y el capó. No le encontraba explicación. Sin embargo sí me ha pasado ya bastantes veces que un tábano se ha metido en el interior, con resultados dispares, sin entrar en más detalles.

Hoy he empezado a leer el libro de la colección de Fauna Ibérica del CSIC-MNCN del doctor Manuel Portillo Rubio. De pronto he comprendido ese pequeño fenómeno que observé hace poco tiempo al leer un párrafo. Lo que ocurre es que estos dípteros, en realidad las hembras, se alimentan total o parcialmente de sangre. De manera que se lanzan a los caballos, mulas, burros, toros y seres humanos para succionar el alimento -la sangre-que les permitirá completar la formación de los huevos.

De manera que lo que ocurre es que los tábanos hembra se sienten atraídos por el calor que desprende el coche, confundiéndolo con un gran mamífero.

Para el caso español contamos con un total de noventa y siete especies de tábanos, una cifra nada despreciable. Para distinguir los machos de las hembras podemos fijarnos en los ojos. Si están completamente separados, ¡peligro!, se trata de hembras y, por consiguiente, nos pueden pegar un doloroso picotazo en cuanto se posen sobre nuestro cuerpo. Si, por el contrario, los ojos tienen algún punto o zona de contacto, no hay peligro, son machos que se alimentan de jugos vegetales.



Dos tomas diferentes de un tábano macho no identificado. Los Valles, junio 2017. Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.


martes, 11 de agosto de 2020

El viernes, 14 de agosto de 2020, será inaugurada la exposición fotográfica "Miradas a Piedrabuena", en el Canguro Violeta.

El próximo viernes, 14 de agosto de 2020, tendrá lugar la inauguración de la exposición fotográfica "Miradas a Piedrabuena", en el bar galería "El Canguro Violeta".

En esta ocasión siete fotógrafas y fotógrafos presentan sus "miradas" fotográficas sobre el municipio de Piedrabuena. Cada autor/a expone, en sólo tres fotografías, su visión personal de este pueblo. Y de esas tres imágenes se ha seleccionado una para editarla como tarjeta postal. De manera que se pueden adquirir las siete postales más la que hace las veces de índice, en un sobre preparado especialmente para la ocasión.

Como se verá se trata de un conjunto heterogéneo de fotografías, en color y blanco y negro, más cerca de la fotografía de autor que de la postal más convencional. Y como curiosidad podemos añadir que uno de los autores tiene diez años y ya ha expuesto algunas fotografías en otras muestras colectivas.

Las fotografías son de:

Marta González Zúñiga.

Antonio del Hierro.

Aarón Navas.

Ángel Navas Becerro.

Mariano Rivero.

Antonia Silva.

Francisco Zamora Soria.

Esta edición limitada viene a enriquecer el conjunto de tarjetas postales con las que ya cuenta Piedrabuena, desde la iniciativa privada y el trabajo de siete personas. No está de más recordar que las tarjetas postales aparecieron en la segunda mitad del siglo XIX y tuvieron un desarrollo extraordinario, convirtiéndose, en su momento, en lo que algunos expertos han calificado como un antecedente de las actuales redes sociales virtuales.

Así, las tarjetas postales eran una forma de comunicación pero también un medio de trasmisión cultural y visual muy importante. Era una forma muy barata de conseguir o acceder a imágenes, no necesaria o solamente fotográficas y, de alguna manera, un medio de difusión de todo tipo de mensajes y valores incluyendo los políticos, los nacionalistas, los religiosos, los comerciales, los educativos y, los más generalizados, los que tenían una misión promocional y turística.

En España, pero también en el resto del mundo, se fue extendiendo la edición de postales y se constituyó en una costumbre, que hoy perdura, adquirirlas para enviarlas en los viajes o para su regalo, conservación o coleccionismo. Así surgió la cartofilia o deltiología.

Con el paso del tiempo las tarjetas postales se han convertido en una buena fuente de información, en una parte más de nuestra Historia, de nuestra Cultura y de nuestro Patrimonio. En Castilla-La Mancha, además de tener algunos de los mejores coleccionistas de España tenemos la inestimable e ingente labor del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, de la Universidad de Castilla-La Mancha, que ya lleva muchos años recopilando, digitalizando y catalogando esta gran fuente de información. 

Nosotras y nosotros hemos querido seguir con esta antigua forma de comunicación que tanto nos ha aportado a lo largo de nuestras vidas. Y esta es nuestra pequeña aportación, nuestras miradas a Piedrabuena.



Ayer quedó inaugurada la intervención urbana y exposición fotográfica de Ángel Navas Becerro en Luciana.

 Ayer, 10 de agosto de 2020, lunes, quedó inaugurada la intervención urbana y exposición fotográfica de Ángel Navas Becerro en Luciana.

Se trata de una muestra de unas cien fotografías titulada "Almas entre ríos" que han sido hechas y editadas, en su totalidad, con un teléfono móvil. En ellas el autor nos muestra un buen número de rostros de personas mayores y, en algunos casos, las manos de las mismas. Además, hay algunas fotografías de grupos de mayores descansando o en actividades cotidianas, así como escenas de fiestas del municipio o rincones del mismo.

La totalidad de las imágenes son en blanco y negro, con una mirada íntima e intimista, muy personal y muy expresiva.

La intervención urbana consiste en la exposición al aire libre de diecisiete de estas fotografías, en grandes dimensiones, por todo el casco urbano. Así, podemos ver esos rostros a tamaños de unos dos metros de lado y la imagen de la patrona del pueblo, con cinco metros y medio por cada lado. Además, algunas imágenes se han situado en lugares muy significativos como la antigua fuente, el muro de la carretera, la portada de la antigua prensa o frente al domicilio de algunos de los protagonistas.

Al acto acudió un buen número de personas tanto de Luciana como de Piedrabuena y Ciudad Real. Para la inauguración estuvieron presentes varios miembros de la corporación municipal, con el alcalde Dionisio Vicente a la cabeza, y el diputado provincial David Triguero, junto con el fotógrafo Ángel Navas Becerro y su esposa, Marta González Zúñiga, que ha llevado a cabo toda la parte técnica, muy importante.

Tanto la exposición como la intervención urbana son muy interesantes y dignas de una detenida visita.



Una de las fotografías en el interior del centro expositivo.

El fotógrafo Ángel Navas Becerro y su esposa, el diputado provincial David Triguero, el alcalde de Luciana Dionisio Vicente y otros miembros de la corporación municipal.
El autor, su esposa y las autoridades, junto a la mayor de las imágenes, de cinco metros y medio de lado, todo un reto técnico muy bien superado.


En la calle Siglo XX...

Fotografía en la portada de la antigua prensa. Merece la pena acercarse para verla.

El autor, Ángel Navas Becerro, con algunas de las fotografías al fondo.

domingo, 9 de agosto de 2020

Mañana, 10 de agosto de 2020, sera inaugurada "Almas entre ríos" de Ángel Navas Becerro, mucho más que una exposición fotográfica, en Luciana.

Mañana, lunes, 10 de agosto de 2020, a las ocho de la tarde, tendrá lugar la inauguración de la "intervención urbana y exposición fotográfica" de Ángel Navas Becerro. La actividad, denominada "Alma de ríos" se podrá ver todos los días, por la tarde, en la Glorieta y en diferentes calles del casco urbano. 

Ángel Navas Becerro es natural del vecino y cercano Piedrabuena pero se siente una parte de este pequeño y hermoso pueblo en el que desemboca el río Bullaque en el Guadiana. Allí, durante los últimos meses ha ido captando la vida del pueblo, fundamentalmente los rostros de sus mayores, así como sus manos, en una interesante y expresiva dualidad. Además, nos presenta otras escenas de la vida social, cultural, lúdica y religiosa de Luciana.

También, y desde hace tiempo, tanto el ayuntamiento de Luciana como Ángel Navas como su esposa, la fotógrafa Margo Zúñiga (Marta González Zúñiga), vienen tejiendo un proyecto a medio camino entre el arte callejero o urbano, la animación socio-cultural y la recuperación de algunas tradiciones, con un enfoque innovador y abierto. Así, hemos venido disfrutando de esas actividades, de esas intervenciones, de esos pequeños detalles que hacen que, de pronto, nos sintamos como en casa, en un espacio singular y singularizado, que huye de la estandarización y la urbanalización imperante y busca su sitio buscando en el interior.

Las fotografías presentan el atractivo añadido de haber sido hechas con un teléfono móvil y han sido editadas igualmente con este dispositivo.

No está demás añadir que esas fotografías con las que nos regala Ángel Navas Becerro, precisamente en estos tiempos tan difíciles e inciertos, están cargadas, sobre todo, de humanidad, de sinceridad, de reconocimiento y agradecimiento a esos protagonistas, a esas almas, tan cercanas a los ríos, junto a los que viven. Esas fotografías de Ángel Navas son la confirmación de la seguridad frente al desconcierto y al olvido, son el testigo de la mirada cómplice de quién busca la belleza, trascendiéndola, desde la significatividad y el respeto.

Gracias, Ángel, por este trabajo tan personal e interesante. Y gracias al ayuntamiento de Luciana y quiénes lo han hecho posible.

FZS, 9 de agosto de 2020.



sábado, 8 de agosto de 2020

Escenas entomológicas, 4: ¿Conflicto entre tábanos?

 Ayer, viernes, 7 de agosto de 2020 estuve observando un curioso espectáculo entomológico. El día antes localicé otro lugar en el que había tábanos tuneladores (la denominación es mía y, con seguridad, errónea o imprecisa). Así, en lo que va de verano he visto esta actividad en tres lugares diferentes, dos en Villarrubia de los Ojos y una tercera en Ciudad Real.

Ya escribí una entrada sobre este peculiar fenómeno, que por cierto, había observado en el arenero del Colegio Público "Luis Vives" de Piedrabuena con unas avispas. 


Pero hablemos someramente sobre estos insectos. Lo primero que podemos decir es que tienen un aspecto muy parecido al de moscas y moscardones pero con un cuerpo más alargado. Además, las hembras de algunas especies son hematófagas. A mí me han picado muchísimas veces y resulta doloroso el picotazo, que solía conllevar, además, el manotazo reflejo, para intentar matar al atacante.

En España hay 97 especies de tábanos, de manera que no es fácil conocerlos y distinguirlos si no se es un avezado entomólogo, y no es el caso.

Lo cierto es que ayer me acerqué para fotografiar con detalle a los dípteros, que se encontraban al borde de un nudo de carreteras, en la cuneta. Pero de pronto me dí cuenta de que había dos especies diferentes, si no me he equivocado. Así, una era la que he estado viendo durante el mes de julio, de un tamaño de unos dos centímetros, o un poco menos, coloración críptica y abdomen rallado de blanco. Estos tábanos en esta época del año están haciendo pequeños túneles o agujeros en el suelo. Entran y salen sin cesar y acondicionan la entrada retirando la arena, tierra o piedrecillas que hay. Entiendo que están preparando el lugar en el que depositarán los huevos, pero no tengo información exacta al respecto.

Lo que me sorprendió ayer es que había otros tábanos revoloteando y que parecían estar en conflicto con los descritos anteriormente. Sus vuelos eran rápidos y cortos. Se tiraban contra los grandes y se posaban muy deprisa, a escasos centímetros. Pude ver que se introducían en agujeros más pequeños y sin esa entrada tan horizontal y con su camino hecho a propósito. Además, sus ojos eran de un color verdoso claro, muy distinto al de sus adversarios.

Ya por la tarde localicé un ejemplar que, a simple vista, me parecía mayor que los ya observados, y alejado unos quince metros de la colonia que había visto y fotografiado por la mañana.


Ejemplar de Fuentes de Macho, Villarrubia de los Ojos.

Ejemplar de Las Pozas de los Alpargateros, de Villarrubia de los Ojos.


Ejemplar en discordia de Ciudad Real.



Un interesante yacimiento paleontológico de grandes mamíferos en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.

 

Un interesante yacimiento paleontológico de grandes mamíferos en Villarrubia de los Ojos, en el Monte del Sevillano.

Francisco Zamora Soria, julio de 2020.

El año 1968 tuvo lugar un hallazgo paleontológico muy interesante para el conocimiento de la fauna primitiva de Villarrubia de los Ojos y de la provincia de Ciudad Real. Del curioso suceso se hicieron eco la prensa provincial y la nacional, concretamente, el diario Lanza y La Vanguardia. Sin embargo, el hecho pasó al olvido y sólo los protagonistas y muy pocos expertos lo recuerdan y conocen.

Todo empezó cuando Antonio Sánchez-Crespo (1933) estaba haciendo un pozo en una finca de su propiedad, por el Lote, concretamente en el Monte del Sevillano. Tras marcar el punto exacto e iniciar la excavación, conforme iban profundizando, pusieron tres palos con un carrillo, osea, una polea, para ir subiendo la tierra y las piedras en pequeñas esportillas terreras. A los lados iban haciendo una especie de peldaños cavados en la pared, las poyatas, para salir del pozo, sin necesidad de escalera alguna. Un hombre se metía e iba cavando, picando y cargando las espuertas. Otro, arriba, tirando de la cuerda, sacaba la tierra. Un tercero iba esparciendo la tierra por las cercanías.

Todo iba según lo previsto cuando Faustino, el trabajador que estaba metido en el agujero, notó algo extraño. El pico con el que golpeaba en el suelo se clavó en un material diferente, más frágil, con una textura que le recordó la de un tronco de un árbol. Al decírselo a Antonio, el dueño, éste le dijo que no podía ser un árbol. Le pidió que parara. Al observarlo, tuvo rápidamente la visión de que se trataba de un  hueso de grandes dimensiones, de un animal de otros tiempos. En realidad ya había observado algunos fragmentos de huesos, que iba guardando en su casa.

Antonio Sánchez-Crespo recuerda cómo tuvieron que romper una capa de unos dos metros de roca caliza, seguir profundizando en materiales arcillosos y cómo llegaron a otra capa diferente hasta que dieron con ese hueso de grandes dimensiones.

En ese momento dejaron el trabajo y se iniciaron los contactos con los expertos. Así lo relataba en el diario Lanza, el 27 de septiembre de 1968, el que hacía las veces de cronista o corresponsal de Villarrubia de los Ojos, el veterinario don Ramón Crespo López, bajo el pseudónimo de López Pintado:

“El estudio del cuaternario de Castilla cuenta con nuevos datos científicos gracias a la diligencia de don Antonio Sánchez Crespo que, al efectuar obras en un pozo de su propiedad, encontró, a unos diez metros de profundidad, unos huesos de grandes mamíferos y enseguida dio cuenta de ello al profesor Martín Almagro, quién lo comunicó al departamento de Paleontología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid.”

El mencionado  Martín Almagro era, en realidad, experto en Arqueología por lo que el hallazgo fue puesto en manos de paleontólogos, algunos de los más prestigiosos de España, y de su alumnado. Sigamos leyendo la interesante crónica de nuestro paisano, que dio lugar a otros artículos en diarios de ámbito nacional como La Vanguardia:

“Profesores de este departamento han visitado el lugar del hallazgo, acompañados por el señor Sánchez Crespo y han tomado muestras de los sedimentos del pozo para proceder a su estudio geológico.”

Coincide esta información con lo que nos cuenta, con precisión y muchos detalles, uno de los testigos presenciales, el joven que extendía la tierra que extraían del pozo, Concepción Sepúlveda Rodríguez (1951): “Era una capa con una tierra muy oscura, casi negra, como ceniza, como si fuera de una laguna, con muchas almejillas, caracolillos  y mejillones. Cogían las muestras y las metían en bolsas de plástico, las ataban y les ponían una etiqueta”.

En esos momentos él contaba con unos quince o dieciséis años de edad. Los detalles se le quedaron grabados en la memoria ya que sentía verdadera fascinación por todo lo que tenía que ver con la Naturaleza. Gracias a él pudimos empezar a buscar información sobre este curioso suceso.

En cuanto a los responsables académicos del interesante y nuevo yacimiento, el artículo de López Pintado añadía:

“Los profesores y alumnos del departamento de Paleontología de la Universidad de Madrid, don Francisco Alférez (encargado de la Cátedra de Cuaternario y Paleontología Humana), don Emiliano Aguirre (agregado de Vertebrados y Paleontología Humana), señorita Carmen García Palacios y otros alumnos…”

 No está de más aclarar que se trataba de los mejores especialistas del momento, como se puede comprobar con sencillas búsquedas en internet, en la Wikipedia  o, en el portal académico de Dialnet, de la Universidad de la Rioja.

Pero, sigamos con el relato. Los paleontólogos forraron el gran hueso con escayola, para sacarlo entero. Fueron varios los materiales  óseos que recogieron, más los que el dueño tenía ya en su casa. Allí estuvo el paleontólogo que ejercía la dirección de esta excavación, el padre Aguirre, junto con una alumna suya que estaba realizando ya la tesina, María del Carmen García Pozuelo. Con ambos mantuvieron una relación de años, recibiendo sus visitas y colaborando con ellos, especialmente en la toma de muestras de diferentes pozos y parajes, como el hitar del Sotillo, por ejemplo. En casa de los Sánchez-Crespo los conocían cariñosamente como “los de los huesos”.

Los huesos recogidos se correspondían con un metatarso de “Parabos”, es decir, una especie ya extinguida de gran bóvido, un antecesor del toro. Se trataba de un género con gran variedad, en la que había especies de gran tamaño, que llegaban a pesar unos setecientos kilos, y otras  más gráciles y menores. Lamentablemente no se pudo llegar a establecer a qué especie pertenecían los huesos.

El género “Parabos” vivió desde el Mioceno al Plioceno, entre los seis millones y  un millón ochocientos mil años, en diferentes países europeos.

Además, había restos de un proboscídeo, un antecesor de los actuales elefantes, sin que tampoco se pudiera identificar ni el género ni la especie. No está de más recordar que en los relativamente cercanos (a unos cincuenta kilómetros en línea recta) yacimientos paleontológicos de Valverde,  Alcolea de Calatrava y Piedrabuena, entre otras especies, se encontraron restos de varios Anancus, “Anancus arvernensis” concretamente, un animal muy parecido al mamut. Así lo explicaba el profesor Aguirre Enríquez a propósito del hallazgo villarrubiero:

“…Los fósiles eran demasiado fragmentarios para poder basar en ellos una conclusión precisa: se trata de un metacarpiano incompleto de un proboscídeo no identificado, en estado de deficiente conservación, y  varios huesos en buen estado del tarso de un Bovino, que sería con toda probabilidad un Leptobos, género antecesor del Bos al que pertenecen los toros modernos, más grácil que estos, y que vivió en torno al mediterráneo durante el Villafranquiense, esto es, en los medios continentales del final del Plioceno y del Pleistoceno inferior…”

Así, vemos como el yacimiento tiene una edad Villafranquiense, que lo sitúa hace unos dos millones de años. En cuanto a la noticia aparecida en La Vanguardia hay que aclarar que sitúa el hallazgo en los Ojos del Guadiana, pero verdaderamente se produjo a bastantes kilómetros de distancia. Y, en el artículo consultado sobre las aportaciones del profesor Emiliano Aguirre se ha debido producir un pequeño error y en vez de tener lugar el descubrimiento de estos restos en 1963 tuvo lugar en 1968.

La información que he utilizado procede del diario Lanza de 27 de septiembre de 1968, de La Vanguardia, de 2 de octubre de 1968, de Antonio Sánchez-Crespo, de Concepción Sepúlveda Rodríguez, del artículo de Begoña Sánchez, María Dolores Pesquero, Susana Fraile y Manuel J. Salesa y otro de Emiliano Aguirre, así como de la Wikipedia, en español e italiano.

Para ir concluyendo, debemos pensar que se trata de uno de los muy escasos yacimientos de este tipo de la provincia de Ciudad Real, que, junto con los de Valverde, Alcolea de Calatrava y Piedrabuena, aportan una muy valiosa información sobre la fauna de los últimos millones de años.

En la actualidad el paraje está cultivado de viñas y cereales y es llano, con una ligera ondulación. Con una altitud de unos 620 metros sobre el nivel del mar, se encuentra en las cercanías del paleocauce del río Gigüela, también cerca del Guadiana. Los suelos son arcillosos con abundantes piedras calizas.

El pozo se encuentra cubierto con unas vigas y con una capa de un metro, aproximadamente, de tierra, según nos dice su propietario, Antonio Sánchez-Crespo, a quién debemos reconocer su mérito y sensibilidad así como  su buena disposición y diligencia, como decía Ramón Crespo, en su artículo.

Sería muy interesante que se pudieran organizar algunas jornadas de estudio y divulgación de estos temas en Villarrubia de los Ojos y que se pudiera señalizar convenientemente el paraje.


Hueso del yacimiento de las Higueruelas, Alcolea de Calatrava, Ciudad Real, de un "Anancus arvernensis", parecido al hallado en Villarrubia de los Ojos. Diapositiva analógica 1993, FZS.

Antonio Sánchez-Crespo en la finca en la que encontró los restos de mamut y de un gran bóvido, un "Parabos", el 30 de julio de 2020. Foto FZS.

 

 

 

 

 

 

Sobre la finca "Fuentes de Macho" de Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, a propósito de la exposición de Concepción Sepúlveda.

Hace ahora un mes, aproximadamente, desde que mi amigo Conce Sepúlveda me dijo que estaba preparando una exposición fotográfica sobre Villarrubia de los Ojos con el fin de dar a conocer algunos de sus parajes más curiosos y representativos. En esa tarea estaban colaborando David García Urda y, sobre todo, Francisco Dorado, responsable del Museo Etnográfico del municipio.

A los pocos días Conce y Fran me mostraron un listado con los lugares elegidos y me sorprendió que hubieran incluido una finca rústica llamada Fuentes de Macho que había estado y sigue estando muy ligada a mi familia y de la que yo soy uno de los propietarios. Me pidieron una fotografía y se la envié sobre la marcha ya que tenía varias recién hechas en el móvil. Esa imagen luego no se publicó. A los pocos días me dijeron que escribiera un texto contando someramente la historia. Y así hice. Ese texto lo resumieron para la exposición. Lo adjunto a continuación.


"Fuentes de Macho, una de las huertas de “a pie” de Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.

Francisco Zamora Soria, 1 julio 2020.

La huerta de Fuentes de Macho se encuentra ubicada en torno a unos hontanares de los que aparecían en la zona de contacto entre la sierra y la llanura. A mediados del siglo XVIII aparece como una huerta de la familia Macho, de dónde procede el nombre.

Sus fértiles tierras y la presencia continuada de agua hicieron posible que allí se fueran construyendo las edificaciones para su utilización agrícola y ganadera. Allí vivían varios hortelanos y, tras la muerte del propietario, en 1945, se dividió en cinco partes. Se establecieron unas normas de uso y unas servidumbres que, a día de hoy, se intentan mantener.

Había dos fuentes, canalizadas por regueras, un pilillo, varios albercones, un lavadero, varias sendas y un sendón. Cada parcela –tajones-tenía asignados los días y turnos de agua para regar. De una de las fuentes se cogía el agua, muy parecida  de sabor a la de La Virgen de la Sierra,  para beber.

Como el resto de huertas situadas entre el casco urbano y la Virgen de la Sierra, tenían derecho  a sacar una mesa y a una parada de la imagen de la Virgen en las subidas y bajadas.

En la finca había una gran variedad de árboles frutales, algunos, únicos en Villarrubia de los Ojos, como los tilos (Tilia cordata).

Las viviendas, como tantas otras quinterías y casillas, sufrieron el expolio y el vandalismo durante años, hasta que fue vallada. Por ejemplo, se arrancó y quemó la parra más antigua de Villarrubia de los Ojos y quizás, de Castilla-La Mancha. En la actualidad se está intentando mantenerla en pie y conservar algunos de sus valores patrimoniales."

Cartel de la exposición  en el que aparece una fotografía de Fuentes de Macho, desde el camino de Ciudad Real, al sur de la misma.

Vista parcial de las casas de Fuentes de Macho. Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.