Recordando a Diego Sanz Bornez (Villarrubia de los Ojos, 1961-Collado Villalba, 2020).
Francisco Zamora Soria, 5 agosto 2020.
El 27 de julio de 2020, hace ahora ocho días, me enteré de la muerte de Diego Sanz Bornez (Villarrubia de los Ojos, 1961-Collado Villalba, 2020). Mi primera reacción fue decir que debía tratarse de un error. Pero la confirmación me llegó rápidamente.
Como suele ocurrir, además de no salir del asombro por el golpe recibido, empecé a recordar los momentos vividos, a mayor o menor distancia, con él. Además, pasado ya un rato, me dí cuenta de que tenía el teléfono de su cuñado y lo llamé para darle el pésame y preguntarle qué había ocurrido. Al día siguiente, temprano, me acerqué al tanatorio. Por razones que no vienen al caso no pude asistir al entierro, como hubiera deseado.
Pasé varios días mal, dolido, con esa idea de la pérdida de un amigo de la juventud rondándome la cabeza todo el tiempo. Fui haciendo memoria y pensando que, quizás, podría aportar unas sentidas y sinceras palabras en su honor. Debo aclarar que no soy yo, con seguridad, la persona más apropiada para trazar, siquiera someramente, un esbozo de la trayectoria y personalidad de Diego y de su importante aportación a la vida cultural, musical y juvenil de Villarrubia de los Ojos. Por un lado mi relación con él se inició cuando esas actividades ya no estaban en el punto más alto y, además, yo no vivía en Villarrubia de los Ojos. Por si fuera poco mis habilidades musicales es mejor no comentarlas. De manera que pido disculpas si alguna persona considera este breve texto una intromisión o un simple atrevimiento.
Lo primero que se me ocurrió es que Diego Sanz Bornez, durante varios años, ejerció una especie de liderazgo juvenil muy importante y constructivo en Villarrubia de los Ojos. Nunca lo he comentado con nadie porque, sinceramente, nunca lo había meditado, pero creo que es así.
Esta idea me parece muy importante para saber cómo era Diego y cómo fueron aquellos años que se han dado en llamar de la Transición.
Lo cierto es que Diego era una persona inquieta, activa, un apasionado de la música y otras manifestaciones culturales. Supongo que en su formación fue decisiva la presencia de dos maestros, don José Ocaña y su esposa.
Formó, con su esposa, entonces novia, Paula, y con varias amigas y amigos, un grupo de música folk. No soy capaz de recordar el nombre pero sí sus numerosas intervenciones en los festivales de música folk (certámenes de ámbito nacional) que se organizaban cada año en nuestro pueblo Villarrubia de los Ojos y que tenían un gran éxito, llenando a rebosar el salón de actos de las madres dominicas.
Además, formaba parte de la rondalla y su guitarra acompañaba la preciosa, sentida y profunda voz de su fiel compañera, Pauli. En más de una ocasión los escuché, fascinado y emocionado, como dúo, en ese mismo escenario.
Y también actuaban casi semanalmente en las misas de la parroquia, junto con un buen número de amigas y amigos, entre los que destacaban musicalmente Elena Valdelomar, Pilar Valdelomar y Félix Redondo, sin desmerecer a nadie, por cierto.
Por aquellos años Diego tuvo otra iniciativa que quizás sea menos conocida, teniendo en cuenta la escasa edad que tenía. Y fue contactar con el ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos, con su alcalde, creo que don Lucio Villegas, para hacer una serie de peticiones de tipo socio-cultural para los jóvenes del pueblo.
Así, por ejemplo, el alcalde cedió un local en el mismo edificio del ayuntamiento para poder ensayar y como una especie de sala de encuentro y de juegos. Aunque hubo varios cambios, se encontraba en lo que ahora es el Cuerpo de Guardia de la Policía municipal. es decir, a la entrada del ayuntamiento, a la izquierda.
Las intervenciones de tipo cultural de Diego en Villarrubia de los Ojos fueron muchas y su colaboración con la Agrupación de Teatro "La Camisa", que dirigía el poeta y escritor Francisco Gómez-Porro, muy fluida.
Recuerdo hace un año o dos, hablando de aquella etapa de nuestras vidas, cómo Diego me decía con pesar, compartido por mí, que no tenían ni una sola grabación de sus canciones. Yo le decía que lo ideal es que se volvieran a juntar, que ensayaran un poco, y que nos dieran esa gran satisfacción de escucharles y verles en un escenario. Su repertorio no sé si era muy amplio pero sí recuerdo que incluía canciones tradicionales junto con otras más cercanas a lo que se llamaba "canción protesta". Había una especialmente significativa que le hizo recibir alguna que otra crítica ya que abordaba la situación de un hijo que se quejaba de su destino, ligado a su pala y su azadón (han pasado unos cuarenta y pico años y apenas si recuerdo un par de palabras, quizás erróneas).
Y ya, en el plano personal, no aporto nada si digo que Diego era una persona extraordinariamente amable, atenta, cordial, dispuesto siempre a saludar, a acercarse a todo el mundo, a intercambiar unas palabras y a hacer reír, con su buen humor. Conmigo siempre mantuvo una gran cercanía, a pesar de que nuestro tiempo de amistad no fue demasiado largo.
Y, por último, quiero contar un recuerdo que tuvo lugar varias noches de domingo, ya cuando nos íbamos a casa, para afrontar yo el madrugón del autobús de los obreros, que salía a las cuatro de la madrugada, y él, el suyo, para estudiar cualquier examen en el instituto de Daimiel.
Parábamos en la esquina de la calle Dorada con la calle Emilio Nieto y allí apurábamos la conversación. Varias noches pasaron por allí nuestros vecinos, los gitanos Manolo y Aquilino (qepd) y quizás Miguel. Y en cuestión de minutos la guitarra de Diego empezaba a sonar en sus manos o en las de cualquiera de los mencionados hermanos. Era una forma impresionante de empezar la dura semana.
Con esa idea me quedo, Diego, con tu música, con tu simpatía y cercanía y con aquel liderazgo tan interesante y enriquecedor que no quiero olvidar.
Addenda: el nombre del grupo musical era "Nueva Juventud", y posteriormente "Odres", según nos informa su hermano Raúl, a quién agradezco el aporte de la información. Piedrabuena, 12-08-2020.
Hola, Paco, quería darte las gracias en nombre de toda mi familia por este recuerdo tan emotivo sobre mi hermano. El nombre del primer grupo era "Nueva Juventud" y el último "Odres". Paula se ha emocionado al leer tus palabras, muchas gracias nuevamente. Un saludo Paco
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