martes, 9 de febrero de 2016

Artículo sobre los Ojuelos del río Gigüela en el Diario Lanza, el 9 de febrero de 2016.

Siguen apareciendo afloramientos de agua en Los Ojuelos del Río Gigüela, en Villarrubia de los Ojos.
Francisco Zamora Soria, 7 febrero 2016.
A mediados del pasado diciembre de 2015, un vecino de Villarrubia de los Ojos, Conce Sepúlveda, se dio cuenta del afloramiento de agua en una zanja, en la zona conocida como Los Ojuelos, en el paleocauce del río Gigüela, en Villarrubia de los Ojos.
En unos días se fueron descubriendo otros afloramientos por parte del citado vecino como por otros. Varios equipos de científicos y técnicos de diferentes instituciones iniciaron igualmente el reconocimiento del terreno para estudiar el fenómeno.
Tras casi dos meses, el afloramiento de aguas se ha seguido produciendo. Por un lado se ha detectado en varias pozas y zanjas y, por otro, en pozos de noria abandonados. El nivel del agua se encuentra muy cercano a la superficie. Debemos recordar que se trata del cauce (o paleocauce) del río Gigüela, las llanuras de inundación de este río que se encharcaban periódicamente debido a las crecidas del río y que, además, mantenían manaderos de agua conocidos como “ojuelos”.
Por el momento hay más de veinte puntos con agua, a pesar del difícil año, pluviométricamente hablando y todo parece indicar que seguirán aflorando.
Mientras que en los primeros momentos se afirmó que no había agua en los pozos cercanos, una revisión más pormenorizada ha puesto de manifiesto su presencia en, al menos, cinco de ellos.
El hecho de que se haya detectado la presencia de plantas como la masiega podría indicar que o bien el agua ya hubiera aflorado con anterioridad en los últimos años o bien que se encontrara muy cercana a la superficie en la que ahora es visible, lo que habría permitido que esas plantas prosperaran.
El río Gigüela en este tramo, antes de adentrarse en el Parque Nacional de las Tablas, presenta una considerable cantidad de agua, que contrasta con la nula presencia en la estación de aforo de Arenas de San Juan y con la muy escasa en la de Villarrubia de los Ojos, la número 204.
La zona tiene una gran diversidad geomorfológica y destacan las dunas de origen eólico, los suelos de limo, las zonas de yesos y algunos “montecillos”, pequeñas elevaciones de escasos metros. Son varias las especies de plantas endémicas de gran interés como los albardines y el limonio, entre otras así como las aves estepáricas. Sus valores naturales y patrimoniales son muy importantes.
El río Gigüela presentaba un cauce muy llano, anastomosado, con diferentes cauces trenzados. En los años sesenta se encauzó, quedando reducido a un canal estrecho y rectilíneo con malecones. Dónde había hasta dos o tres kilómetros el río quedó reducido a unos veinte metros de anchura. Los manantiales desaparecieron debido a la extracción masiva de aguas subterráneas, entre otras causas coadyuvantes. Los pozos de noria quedaron secos durante decenas de años y algunas pequeñas fincas dejaron de cultivarse para su tradicional función de huertas.
Todavía hoy son visibles los restos de las zanjas que en otros tiempos avenaban estas tierras y servían tanto para drenar como para regar y pescar.  En algunas de ellas, ahora, está volviendo a manar el agua, debido a la recuperación del acuífero. En otros puntos el agua está aflorando en pequeñas depresiones hechas con máquinas hace tiempo. Son “pozas” de unos doscientos a cuatrocientos metros cuadrados, algunas mucho mayores, y en algunos casos con vegetación palustre típica de estos humedales.
Las dunas son uno de los grandes valores de esta zona, a pesar del grave deterioro que siguen sufriendo algunas de ellas. Se trata de formaciones de origen eólico, con una antigüedad de unos 12.000 años, aunque se han producido momentos o períodos de reactivación, incluyendo el momento actual.

El futuro debería pasar por el estudio, la planificación y la toma de decisiones tendentes a la conservación de los valores presentes, así como la restauración y recuperación de los elementos más degradados. Resulta evidente la gran importancia de la Educación, de una correcta divulgación, de la colaboración entre todas las administraciones e instituciones y el fluido contacto con la sociedad civil. No es menos relevante el gran potencial educativo, didáctico y científico de los Ojuelos, en particular, y del complejo hídrico con el que cuenta Villarrubia de los Ojos, en conexión con los municipios limítrofes. Recordemos que muy cerca se encuentran los Ojos del Guadiana y el nacimiento del mítico río, así como las Pozas de los Alpargateros, ya en el río Gigüela, además de las interacciones con los aportes de la cercana sierra en los llamados “hontanares y bodonales”.





No hay comentarios:

Publicar un comentario