Gora.
No estoy seguro,
quizás fuera tu nombre
como tu vida,
resumen sencillo,
agradable,
como un pequeño gesto,
un hoyuelo,
un rasgo,
una arruguilla,
una mirada
amiga
y complaciente.
Casi no quiero recordar tu nombre,
Gora.
Me quedo con tu voz,
con tu sonrisa
con esa forma de contar
de acortar distancias,
de tender puentes,
como el de tu río,
cercano, del Bullaque.
como tus manos,
puentes,
también,
entre tantos corazones,
entre tantos mundos,
entre tantos sentimientos.
Recuerdo que me hablaste,
un día,
del sol
de la tarde,
que se colaba entre tus manos
acariciando,
lavando
los cacharros
tras la comida,
encuentro,
entrega,
palabra,
verso
del deseo
de una madre
de una tarde cualquiera
del agua cálida, en tus manos...
Gora.
No olvido
que me hablabas del sol,
de las sierras que veías desde tu ventana.
al atardecer.
Compartías,
creo,
la espuma del jabón,
las pompas del agua
en tus manos
generosas.
Me dedicabas esos minutos,
pequeñas glorias,
de tu sentir
de tu vida cotidiana,
con una sonrisa
sembrando,
sin saber,
si esa semilla
caería en la tierra
en el tiempo,
adecuado
y fértil
del recuerdo.
Llegaron otros tiempos
como huellas del alma
sobre la arena
de tu espalda
de tu pecho
de tus manos
de tu palabra.
Gora,
descansa, en la luz de la tarde
de tu ventana
junto al río
entre sierras
y gotas de agua, que reflejen el sol
y la luz
clara
de tu mirada.
.
Precioso. Gracias ❤️
ResponderEliminarMuchísimas gracias por este regalo, me ha llegado al alma.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por este regalo, he visto a mi madre a través de tu ojos y me ha llegado al alma.
ResponderEliminarGacias.
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarSoy nieta de Gora, muchas gracias, me he emocionado.
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