Llamo "carreterismo" a esa forma de expresarse que consiste en afirmar que se conoce algo porque se ha leído, oído o visto algo. Me surgió la idea hace unos treinta años, con motivo de una exposición fotográfica en la que expuse, junto a unos amigos, varias fotografías de Naturaleza. Una persona me preguntó que dónde había hecho una fotografía en concreto porque ellos, es decir, su marido y ella, conocían muy bien esa comarca y nunca habían visto el paraje fotografiado. Enseguida me dijo que habían pasado varias veces por las dos carreteras que surcaban el territorio en cuestión y, por lo tanto, lo conocían muy bien. En realidad habían transitado por dos carreteras, probablemente a noventa kilómetros por hora, y poco más. Entre esas dos vías de comunicación hay cientos y cientos de kilómetros cuadrados, con todo lo que eso supone.
Desde entonces intenté dosificar muy mucho esas expresiones con las queremos decir que conocemos algo. En estos años me ha ocurrido lo mismo que aquel día en multitud de ocasiones y casi siempre me he limitado a guardar silencio o a preguntar a qué se referían cuando hablaban de conocer bien un espacio o un tema. Alguna vez digo eso de que tal o cual cuestión es compleja y poco más.
Lo cierto es que, en términos generales, hablamos muy a la ligera sobre lo que decimos que sabemos o conocemos y, a eso, llamo yo carreterismo. A ese pasar muy deprisa por los lugares, por los temas, por la realidad y a creer que lo sabemos todo. Llamo carreterismo a afirmar que se sabe mucho o que se conoce algo muy bien cuando en realidad no se ha pasado de la epidermis.
Por cierto este concepto que considero propio nada tiene que ver con el llamado carreterismo en relación al origen del castellano y de Castilla.
Y concluyo, como decía un escritor cuyo nombre he olvidado "la apariencia de las cosas no son las cosas en sí".
No hay comentarios:
Publicar un comentario