Algunos datos sobre plagas de
langosta y lucha para erradicarla en Villarrubia de los Ojos (I).
Francisco Zamora Soria, 18 agosto
2024.
Pocos animales invertebrados han
tenido una presencia tan importante y duradera en las fuentes escritas como
consecuencia de su relación negativa con los seres humanos como la langosta.
Desde el Antiguo Testamento hasta nuestros días estos insectos, ortópteros, podemos encontrarlos en todo tipo de documentos, incluyendo los libros de actas
de los ayuntamientos y los boletines oficiales nacionales, autonómicos y
provinciales.
Detalle del expediente de 1833 sobre la lucha contra la "Langosta" de Villarrubia de los Ojos. Archivo Municipal de Villarrubia de los Ojos. En dicho escrito siempre aparece la palabra con mayúscula.
El objetivo de este texto no es
otro que dar a conocer algunos datos concretos sobre este tema y facilitar la
lectura de un expediente que se conserva en el Archivo Municipal de Villarrubia
de los Ojos, que se trascribe al final del artículo. Por esta razón no se
aportan determinados detalles del mismo en el texto. Además he encontrado información en
los libros de Actas y en algunos otros documentos. Agradezco a la archivera doña Gema Redondo
del Prado su inestimable ayuda.
En la provincia de Ciudad Real
contamos con dos libros sobre el tema específico de la langosta que fueron
escritos y publicados en la segunda mitad del siglo XIX. En el primero[1],
de 1874, de título muy largo-“La langosta…” se presentaba un estudio muy
completo sobre el insecto mientras que en el segundo[2]
se incluían los textos publicados en el periódico de Ciudad Real “El Labriego”,
hasta 1885.
No era una casualidad ya que la
nuestra era una de las provincias españolas con mayor incidencia del “nocivo” ortóptero. De manera que gracias el almodovareño don
Agustín Salido y Estrada[3],
abogado, periodista, político y escritor, tenemos estos trabajos en los que
además de datos generales sobre la langosta y las formas de combatirla y unas
ilustraciones muy curiosas[4]
podemos encontrar referencias concretas de un buen número de municipios de la
provincia, de artículos de prensa y de las iniciativas que se iban tomando a
todos los niveles. En el segundo libro de Salido aparece en un buen número de veces
Daimiel y otros pueblos cercanos. En ocasiones se alude al partido judicial,
del que Villarrubia de los Ojos formaba parte.
También hablando de Ciudad Real
merece la pena el artículo de Ángel Hernández Sobrino[5],
que tras un repaso histórico y cultural muy interesante, se centra en el
suroeste de la provincia.
Para el caso de Villarrubia de
los Ojos, Ciudad Real, contamos con un expediente de 1833 en el que se detalla
el proceso de localización y valoración y los trabajos llevados a cabo para
erradicar esta plaga que, durante siglos, tuvo una consideración relacionada
con las creencias religiosas y la superstición.
El año 1833 fue especialmente
complicado para España. Antes de que comenzara la llamada “guerra de los siete
años”, “primera guerra civil” o “primera guerra carlista”, concretamente el 23
de abril, el ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos tuvo noticia de la
presencia de la temida langosta en el monte de propios de la Rinconada por lo que se tomó
el acuerdo de enviar a dos peritos agrícolas, Bernardino Zamora y Manuel
Navarro, para que examinaran y valoraran la situación.
Dos días después ya había un
informe, realizado bajo juramento y con la prescriptiva realización de la señal
de la cruz, que dejaba bien claro que la situación era preocupante. Se
recomendaba el uso de ganado de cerda como forma más barata para acabar con el
problema. En segundo lugar apuntaban los peritos el trabajo de un buen número
de peones para atajar la plaga que, además, también se encontraba en la dehesa
de Guadianilla[6]. Se
recomendaba el uso de “matujos de retamas y (con) la fuerza que causen con
estas, se aniquilará dicho insecto en gran número…”
El ayuntamiento contrató tres
cuadrillas de diez personas cada una -más de lo aconsejado por los peritos- y
al frente de cada una de ellas iría un trabajador que tuviera cierta
instrucción, haciendo las veces de capataces.
Al cabo de algo menos de un mes,
el 20 de mayo, se dieron por terminados los trabajos.
El problema no debió quedar
resuelto y aunque no hemos seguido buscando en las mismas fuentes sí contamos
con algún dato que nos lo confirma. Salido dice en su primer libro: “Agobiada con esta plaga nuestra provincia de
Ciudad-Real desde 1837, á pesar de la persecución que se la hizo …” Y aparece
más veces, como en la noticia de un periódico: “En 1873, decían también los
periódicos:
“La plaga de la langosta, se
presenta terrible y amenazadora en la provincia de Ciudad-Real…”
Después añade datos concretos del
año siguiente.
Leyendo el segundo libro de
Salido, ya en 1885, vamos siendo conscientes de las dificultades que había
para, de alguna manera, sensibilizar a las autoridades en el sentido de tomar
medidas de todo tipo, pero especialmente en el de dotar de presupuestos a los
ayuntamientos y particulares que sufrían los devastadores efectos de estas
plagas.
Era ya el período de la
Restauración y del centralismo. El autor de tantas y tantas quejas y de tantos
escritos, escribía sobre Daimiel[7]:
“…En Daimiel se recogen a diario
2.000 arrobas de mosquito de langosta. ¿Lo pone en duda algún empleado del
Ministerio de Fomento? Pues que tome el tren y venga a presenciar los trabajos
que se hacen en dicho pueblo.”
Un poco antes hablaba del precio
que se pagaba por la arroba de langosta: Inicialmente 0´50 ptas pero en algunos
municipios el precio se triplicó. Con ironía y crítica lo expresaba:
“De La Crónica de Ciudad-Real
de 20 de Mayo: “Han sido autorizadas algunas Juntas locales, por la provincial,
para comprar mosquito[8]
de langosta, variando los precios entre 0´50 peseta, y 1´50 por arroba.
Suponemos que este último precio será para donde haya poquita”[9]
Tras muchos escritos y reuniones,
desde las instituciones empezaron a tomarse seriamente el problema. Además de
la legislación específica se consignaban partidas económicas para ayudar a
sufragar gastos. Por ejemplo, del Ministerio de la Gobernación[10]
se concedieron 37.500 pesetas para la provincia, de las que a Villarrubia de
los Ojos correspondieron 500. El reparto no se hizo de acuerdo al número de
habitantes ni a la extensión sino que todo parece indicar que estaba en relación con las hectáreas infestadas o con los gastos efectuados. Veamos algunos
municipios cercanos:
Herencia: 3.500 ptas.
Villarta: 1.000 ptas.
Almagro: 2.000 ptas.
Daimiel: 3.500 ptas.
Manzanares: 4.000 ptas.
Las Labores: 500 ptas.
Villarrubia: 500 ptas.
Puerto-Lapiche: 750 ptas.
Ya en los primeros años del siglo
XX, entre 1902 y 1903, según las estadísticas[11],
en la provincia había entre 40.000 y 33.000 hectáreas afectadas. Para el caso
de Villarrubia de los Ojos, a finales de agosto de 1902, encontramos otro
expediente en el que cuatro[12]
propietarias y propietarios[13]
del pueblo contestan a la petición del ayuntamiento para que aporten
información sobre las fincas que están afectadas y su extensión. La langosta,
según el acta, se encontraba en:
-El Palomar (Cachones), tierra de
pastos de 8 hectáreas.
-Guadianilla, 4 hectáreas de
labor.
-Rodeo del Moro, 5 hectáreas de
tierra de labor.
-Dehesilla de Guadiana, 6
hectáreas “de labor a cereales.”
-Dehesilla, 5 hectáreas “de labor
a cereales.”
Si nos fijamos esos cinco parajes se encuentran en el entorno de los ríos Guadiana y Gigüela, en nuestro término municipal.
Al año siguiente, 1903, en el
Libro de Actas vemos que en varias sesiones se aborda el problema. En una de
ellas se convoca a los mayores contribuyentes para informarles de la plaga y
pedirles su colaboración y sus aportaciones en materiales. Un vecino aportó
mantas -que se usaban como “pantallas”, y otro envió unos sacos. Eran algunos de los métodos de lucha, para preparar trampas o "butrones".
Un poco más tarde el ayuntamiento
recibió gasolina de la Diputación Provincial y encargó a un trabajador que la
esparciera en los terrenos afectados. Los detalles de cómo se hacía ese trabajo
los conocemos porque, tras varias jornadas y el consiguiente pago de los
jornales, el responsable escribe al ayuntamiento comunicando que su hijo, de 15
años, ha sufrido un accidente al echar la gasolina con una regadera y salió
ardiendo. Sufrió quemaduras en un pie de manera que estando imposibilitado para
el trabajo el padre solicitaba ayuda médica.
Las plagas siguieron produciéndose
pero conforme iban avanzando los años los medios para combatirlas mejoraban en
eficiencia. Tras la guerra civil se volvieron a repetir episodios importantes y
ya en el siglo XXI también se han dado casos, especialmente en el Valle de
Alcudia. Tan es así que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha sigue
manteniendo la vigilancia y hay legislación autonómica concreta, al menos hasta
2023. Dejaremos para otro momento estas otras historias.
Transcripción del mencionado documento del Archivo Municipal de Villarrubia de los Ojos. Se ha respetado la ortografía.
1 (Los números indican el cambio de página.
“Expediente de Langosta.
Villarrubia de los Ojos. Año de
1833.
Expediente formado para la
extinción de la nociva plaga de la Langosta que se ha manifestado en el Monte de
esta villa y sitio llamado de La Rinconada y otros.
Acuerdo. En la villa de
Villarrubia de los Ojos en veinte y tres de Abril de mil ochocientos treinta y
tres hallándose reunidos los Señores del Ayuntamiento en su sala Capitular con
el Procurador Síndico General y á presencia de mi el Escribano de fechos
Dijeron: Que habiendo tenido noticia sus mercedes de que en el monte de esta
Villa y sitio llamado de la Rinconada se ha manifestado la nociva plaga de la
Langosta, la que se halla en un estado que merece la mayor consideración para
su aniquilamiento, debían de acordar y acordaron que inmediatamente y en el dia
de mañana precisamente, pasen los Peritos del Común al sitio donde se ha
manifestado y lo reconozcan con el mayor cuidado y detención, y declaren a
seguida los medios que sean más á propósito para su extinción en caso de que
sea hallada. Y lo firmaron sus mercedes de que certifico. Firmas de Presidente (ilegible)
Sánchez Milla, Bustillo, Zamora, Cabañas, Fuy Presente Felix Garcia Galisteo
A seguidas yo el escribano de
fechos notifico.
2
que e hice saber el Acuerdo que
antecede a Bernardino Zamora y Manuel Nabarro Peritos del Comun, en sus
personas y distintos delos; y quedan enterados. Galisteo.
Declaracion de los Peritos
/ En la Villa de Villarrubia de los Ojos, en veinte y seis de Abril de Mil
Ochocientos treinta y tres ante el señor Alcalde Mayor presidente de este Real
Ayuntamiento y de mi el Escribano de fechos comparecieron Bernardino Zamora y
Manuel Nabarro ambos de esta vecindad y Peritos nombrados anteriormente, los
cuales bajo de juramento que hicieron en manos de su merced por Dios N(uestro)
S(eñor) y á una Señal de la Cruz según derecho prometieron decir verdad, y
Dijeron: Que en devido cumplimiento de cuanto se les ha mandado en el
precedente acuerdo, han pasado á reconocer con el mayor cuidado y esmero el
Monte de esta Villa y sitio llamado de la Rinconada, y hallando que en
distintas partes de mencionado sitio hay bastante numero de la nociva plaga de
la Langosta la que de los tres estados en que se manifiesta se encuentra en el
segundo cual es el de feto o mosquito, y muy próxima al tercero
3
de adulta ó saltadora la que va formando
algunos jabardos; y uno de los medios menos costoso para su extinción, es la
aplicación de los Ganados de cerda á los sitios plagados; y también lo es el
que se dedique el numero de doce o catorce hombres diarios para que con matujos
de retamas y con la fuerza que causen con estas, se aniquilará dicho insecto en
gran numero; debiendo manifestar los propios peritos que habiendo pasado
también a reconocer el sitio llamado de Guadinilla, hallan que también se
manifiesta dicho insecto aunque en un numero corto y de pequeño tamaño; por
cuya circunstancia no se puede tomar a la presente disposición alguna para su
exterminio. Que es cuanto pueden decir y la berdad bajo del juramento fecho, en
el que se afirmaron, expresando ser mayores de cuarenta años de edad y lo
firmaron con su merced de que certifico. Manuel Navarro Bernardino Zamora
Galisteo.
Decreto. En vista de lo que
resulta de la precedente
4
Declaración de los Peritos
nombrados pasen diariamente al sitio en que se ha manifestado la Langosta y en
los demás donde la haya, tres cuadrillas de á diez hombres con su
correspondiente Capataz con el fin de extinguir semejante insecto, observando
los medios que han propuestos los Peritos; a cuyo fin se formará en cada un dia
una lista por el presente Secretario comprensiva de treinta vecinos, y además
tres de estos que reúnan alguna instrucción para que asistan en clase de
capataces, siguiendo el orden con que se hallan inscriptos en el Padron General
de este vecindario: y cuya lista se entregará de ella en cada un dia el
Alguacil Portero para que los vecinos á quienes corresponda ser avisados en el
dia anterior al en que les toque por su turno, sin perjuicio de acordar las
demás disposiciones que correspondan. Los Señores del Ayuntamiento Real de esta
Villa de Villarrubia de los ojos lo decretaron mandaron y firmaron en ella y
Abril veinte y ocho de mil ochocientos treinta y tres = de que certifico.
Rúbricas de Garcia Diaz
Majan Fdez Verano Guijarro Zamora
Niño Fui presente Felix Garcia Galisteo
5
Diligencia/ Certifico: Que en
cumplimiento de cuanto se previene en el Decreto que antecede, yo el Secretario
he formado las listas preceptuadas en cada un dia, comprensivas de treinta
vecinos por el orden que se hallan inscriptos en el Padron general del
vecindario, y además se contenían en ellas tres vecinos que reúnen alguna
instruccion para que en clase de Capataces
dirigiesen las cuadrillas indicadas; y cuyas listas he entregado al Alguacil
ordinario para que el dia anterior citase á los vecinos contenidos en ella
segun se previene: y para que conste lo anoto por la presente que firmo:
Galisteo
Decreto/ Mediante á que según se
ha informado a sus mercedes, se halla ya la nociva plaga de la Langosta en el
estado de Saltadora, y por consecuencia es mas fácil su extinción que cuando
estaba en el defeto ó mosquito, procedan nuevamente los Peritos nombrados, á su
reconocimiento
6
Declarando á seguida cuanto
observan asi como los medios mas fáciles y menos costosos para su
aniquilamiento; y en vista de todo acordará el Ayuntamiento lo que corresponda.
Los Selñores del Ayuntamiento Real de esta Villa de Villarrubia de los ojos lo
decretaron mandaron y firmaron en ella, y Mayo dieciocho de mil ochocientos
treinta y tres =Certifico=
Firmas de:
Garcia Diaz
Majan Crespo
Fernandez Verano Guijarro
Zamora
Niño
Fuy presente Felix García
Galisteo
Notificacion a los Peritos/ A
seguida yo el Escribano de fechos notifique é hice saber el Decreto que
antecede á los Peritos nombrados
7
Bernardino Zamora y Manuel
Navarro, en sus personas y distinto actos, Certifico=
Galisteo
Declaracion de los Peritos/ En la
Villa de Villarrubia de los Ojos en veinte de Mayo de mil ochocientos treinta y
tres; ante los Señores del Ayuntamiento Real de ella y de mi el Escribano de
fechos, comparecieron Bernardino Zamora y Manuel Navarro vecinos de esta Villa
y Peritos nombrados para el reconocimiento de la Langosta, y bajo del juramento
que tienen prestado y ahora producen de nuevo caso necesario Dijeron: Que en
devido y puntual cumplimiento de cuanto se previene y manda por los Señores del
Real Ayuntamiento en su decreto del diez y ocho del mismo mes y año, han pasado
á reconocer en el estado que en la actualidad tiene la Langosta para su
aniquilamiento, y han hallado que en el dia se encuentra
8
muy poca pareciéndoles que el
medio mas fácil y menos costoso para su total extinción, es la aplicación de
cuatro ó seis hombres diarios con el Butron como uno de los medios que en otras
ocasiones ha producido un buen exito. Que lo dicho es la verdad á su saber y
conocimiento en descanso del juramento fecho, en el que se afirman y ratifican expresando
ser mayores de cuarenta años, y lo firman con sus mercedes, de que Certifico="
[1]
SALIDO y ESTRADA, Agustín (1874) “La langosta. Compendio de todo cuanto más
notable se ha escrito, sobre la plaga, naturaleza, vida e instintos de este
insecto, y de los remedios que se han empleado y ordenado hasta el día para
combatirlo, con todas las antiguas y modernas disposiciones dictadas en la
materia, para que pueda servir de libro de consulta, a todas las corporaciones
y autoridades administrativas del país. Contiene á su final, como resumen, un
cuadro general de la vida y muerte de la langosta, y un proyecto de ley, y otro
de instrucciones para combatirla, del compilador”. Imprenta, Fundición y
Estereotipia de Don Juan Aguado, Madrid.
[2]
SALIDO y ESTRADA, Agustín (1885) “La langosta. Discusión sostenida en las
columnas de “El Labriego de Ciudad-Real” sobre el proyecto de reforma de la Ley
de 10 de enero de 1879 y conveniencia de variar radicalmente la Legislación del
ramo, con los medios y remedios que deben emplearse contra el insecto, en este
último período de la campaña de 1884 á 1885; su historia natural; noticias y
artículos notables que en los últimos meses han publicado los periódicos sobre
la plaga, y un Proyecto de Ley de defensa contra la langosta”. Imprenta y
Librería de Ramón Clemente Rubisco, Ciudad-Real.
[3] Agustín
Salido y Estrada nació en Almodóvar del Campo en 1818 y murió en 1891.
[4]
A veces contenían verdaderos errores, como cuando se representaba una plaga que
llega incluso a “comerse” a un bebé.
[5]
HERNÁNDEZ SOBRINO, Ángel (4 octubre 2017). “Las plagas de langosta en el
suroeste de la provincia de Ciudad Real”. Diario Lanza.
[6]
“Guadimilla” en el original.
[7] SALIDO y
ESTRADA, Agustín (1885): “La Langosta…” págs. 42 y 43.
[8] Llamaban
“mosquito” o “feto” a la primera fase del desarrollo de la langosta. Después
estaba la saltadora y por último la voladora.
[9] SALIDO y
ESTRADA, Agustín (1885): “La Langosta…”. Pág. 38. La palabra “poquita” viene en
cursiva, recalcando el sentido crítico del comentario, con esta expresión tan de nuestra tierra.
[10] SALIDO
y ESTRADA, Agustín (1885): “La Langosta…” página 86.
[11]
La primera cifra se corresponde con las extensiones “denunciadas por las juntas
municipales” mientras que la segunda era la que había comprobado el “Servicio
Agronómico”. No está de más recordar que durante mucho tiempo hubo quejas por
la escasa dotación de personal cualificado en las provincias y contra la escasa
o nula presencia de ingenieros agrónomos.
[12] Se dice
en el documento que son cuatro pero aparecen tres, anotados al margen y que
firman al final.
[13] Don
Vicente Sánchez de Milla, doña Petra Redondo y doña Luisa Yébenes Tajuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario