miércoles, 6 de julio de 2022

Subpoemas. Me llama el charco.

 Me llama el charco.


Me llama el charco

a gritos,

gota a gota.
Me dice tantas cosas
que, a veces 
hasta me pierdo
en los laberintos
de su pequeñez
enorme. 

Lo escucho,
eso creo, 
pero quizás sea al revés.

Ese espejo 
tan oscuro 
devuelve 
también la luz que me falta,
que necesito, 
que busco. 

Leo en el barro, 
busco
y me encuentro:
uno más, 
en esas aguas turbias 
al borde del abismo
de esas grietas
que lo resquebrajarán todo.

Allí está mi huella, 
también 
mi imagen,
deforme,
informe,
mis sueños,
deseos,
recuerdos,
barro
despreciado.

Barro, a secas.
Barro moldeable, 
que refleja tantas cosas.

Laberinto prohibido
para tantas y tantas
caricias
de la vida
incierta. 

Barro.
Cieno. 
Agua que agoniza
creando vida
hasta el último segundo.

Latido fugaz 
de nube,
de tormenta,
de chubasco.
 
Cobijo,
cuna,
vida y muerte. 

Oasis. Fuente. 
Pergamino
en mil idiomas,
partitura 
grabada
incluso
por alas y élitros.

Testamento, herencia, 
despensa,
charco inmundo
de barro nuevo. 

Vida... 

12 marzo 2021.

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