Ya sabemos que fotocopiar libros no es lo correcto, que las personas que los escriben, las empresas que los imprimen, los distribuyen, los venden...tienen que comer. Sí, correcto, estoy de acuerdo. Pero hay situaciones que se deberían contemplar o bien legislativamente o bien desde el principio del sentido común.
Supongamos que estudias un idioma. Ya has cursado, por ejemplo, primero. Te compraste el libro. Estás en segundo pero necesitas tener a mano esas páginas finales tan prácticas en las que vienen los verbos, las preposiciones y algunas cuestiones gramaticales. En tu nuevo libro ya no aparecen estos textos que tanto te ayudan. Pero no, no se pueden fotocopiar. Porque la ley lo dice, porque los autores y autoras, las empresas...tienen que comer. Ya compraste el libro de primero, a muy buen precio, por cierto, es decir, bien carito. ¿Ahora tienes que llevártelo a diario a tus clases?¿Tan grave es que me fotocopie cinco o seis páginas de un libro que yo he comprado para usarlas a diario? "Dura lex, sed lex"...Pero también se dice que cuando una ley es injusta lo que hay que hacer es...¡aplicar el sentido común!
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