Hace algo más de un mes mi hermano me mostró fotografías de unas granadas que habían sido horadadas y literalmente vaciadas por algún animal. No eran una ni dos sino todas las que esos dos o tres árboles tenían. Pensaba que se podría tratar de ratas por el tamaño de los orificios, de unos tres a cinco centímetros aproximadamente.
Cuando visité el lugar, en Fuentes de Macho, Villarrubia de los Ojos, provincia de Ciudad Real, me quedé atónito. De las muchas granadas que había todavía en el árbol, y las que estaban en el suelo no había quedado ni una sin vaciar. A mí también me pareció que se había tratado de ratas. Otra opción es que pudieran haber hecho esa recolección tan exhaustiva del interior de las granadas algunos pájaros pero el aspecto del agujero es más de roedores y, de cierto tamaño, por cierto. En fin, un fenómeno natural más que nunca había visto.
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