domingo, 15 de junio de 2025

Un cómic sobre el inventor Mónico Sánchez Moreno, de Piedrabuena, España.

 Hace unos meses se presentó el cómic "Mónico 1909, Crononauta" en Piedrabuena, España. Los autores son Javier Marquina, Luis Javier Lorente Cañas y José Zapata. La editorial Serendipia ha hecho posible esta edición, con la colaboración del Ayuntamiento de Piedrabuena y la Diputación Provincial de Ciudad Real. 

Por si acaso no se conoce o no se recuerda diré que Mónico Sánchez Moreno (1880-1961), conocido como don Mónico, fue un inventor de renombre internacional. Su historia ya ha sido novelada en dos ocasiones y aparece en un buen número de artículos y hasta en alguna serie de televisión. 

Mónico era uno de los cuatro hijos de una familia humilde. Su padre era tejero y su madre lavandera. Como destacaba sobremanera en el colegio, su maestro, don Ruperto Villaverde -muy apreciado en Piedrabuena- recomendó que siguiera estudiando. Primero se fue a Fuente el Fresno, Ciudad Real, a trabajar de dependiente, trasladándose después a San Clemente, Cuenca. Y de allí a Madrid, a trabajar y a seguir estudiando, hasta matricularse en un curso universitario a distancia de ingeniería eléctrica en Estados Unidos. Y, sin miedo, sin dominar el idioma, con poco dinero y muchas ganas de seguir aprendiendo se fue a Estados Unidos. 

Allí continuó con sus estudios e inventó el puente Wheatstone-Sánchez y, posteriormente, su aparato portátil de rayos X que tantas vidas salvó en la I Guerra Mundial. En Estados Unidos se codeó y trabajó con personajes como Tesla,, trabajando para la compañía Collins, resumiendo mucho. Pero quería volver a su tierra y montó una fábrica en Piedrabuena...España.

Esta historia se ve parcialmente contada valiéndose de un argumento de ciencia ficción que sirve a los autores para ir mostrándonos algunos de los momentos más importantes, difíciles y dolorosos de la vida de este piedrabuenero universal. Los dibujos son extraordinarios, con una edición muy cuidada y un texto final que nos describe al personaje y su importancia, con algunas fotografías. Son 73 páginas que se leen bien y que nos acercan a este personaje que debería, a mi juicio, ser más conocido y valorado. 

En Piedrabuena, además de un homenaje, organizado por sus herederos y muy especialmente por José Freire Martín, con la instalación de un busto, el Instituto de Secundaria lleva su nombre.


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