La fotógrafa gallega Lestonnac Ibáñez (Coruña, 1961) se declara adicta a la Fotografía y esa "tara", utilizando sus palabras, la transforma en imágenes, en este caso, todas en blanco y negro, en los que nos acerca a lo que llama "sueños lúcidos", retratos con esa mirada entre lo onírico y la vigilia, advirtiéndonos que suele ir por libre, que no busca tanto "captar a la persona que estoy fotografiando" como expresar sentimientos y emociones. Citando al fotógrafo Eduardo Momeñe nos habla del retrato como representación teatral de duración tan efímera como sea la velocidad del obturador. Ya nos aclara que esa velocidad, en su caso, es más lenta de lo que podría ser considerado como norma. Y es que sus fotografías no buscan tanto la quietud como un halo personal o una suerte de ambiente de imprecisión más expresiva y sugerente que el enfoque perfecto. Y todo desde lo que califica de consciencia del "soñante", buscando que la persona fotografiada, -por cierto, sólo mujeres en esta exposición- " se deje ir...y me regale esos gestos o emociones que voy buscando".
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