¡Bendita garrapata!
¡Bendita vida!
manque pese.
Sí, abro los ojos
de niño
entrado en muchos años
y no quiero perder
la sensibilidad
por las amapolas
y los gorrinillos.
Sí, en este ser
veo la mano invisible de
la Naturaleza
o de Dios,
lo mismo me da
que me da lo mismo.
Sí, pequeña,
desconocida,
odiada,
detestada,
como el pan nuestro de cada día,
como la blasfemia fática
y las otras,
como la mancha de color
que me llama
desde la piel
espinosa
del cardo
en la cuneta,
¡extrarradios, siempre!
periferia que confina
con lo más profundo del corazón.
Sí,
garrapata,
hermosa,
sigue ahí, tranquila, sorteando esas espinas
que nos impiden
acercarnos.
¡Bendita garrapata!
¡Bendita vida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario