Los gorriones comunes (Passer domesticus) son esas pequeñas aves que tanto han dado de qué hablar a lo largo de la Historia. Yo ya he escrito alguna que otra vez sobre este apasionante tema. En esta ocasión me referiré a esa capacidad de sujetarse en paredes verticales. Los he llegado a ver criando en un edificio, en la planta séptima en Coslada, Madrid. Era una fachada de ladrillo visto y allí estaba la pareja, subiendo y bajando y agarrándose a las llagas de un centímetro de profundidad, entre los ladrillos. Ayer los vi en Puertollano, en una pared enfoscada. Y en Ciudad Real, en una tercera planta, los veo que se apoyan en muchas ocasiones para acceder al nido, usurpado, de los aviones comunes (Delichon urbicum), con los que están en conflicto.
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Buen artículo y fotos. Yo que ya tengo mis años, he observado que se ha reducido el número de gorriones desde hace bastantes años.
ResponderEliminarGracias Félix. Aquí no lo sé valorar pero hay estudios científicos que corroboran lo que dices en determinados lugares.
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