Los toros sí son Cultura, y mucho más: Patrimonio material, inmaterial, genético, ambiental...Le pese al ministro de Cultura o a quiénes corresponda. Basta una mirada a nuestra Historia del Arte y a la Literatura, al mundo de la Música, a la Arquitectura y no sólo la de las plazas de toros, a la Pintura, a los grabados o a la Escultura. Es igualmente Patrimonio Inmaterial, Genético y Ambiental. Se puede estar a favor o en contra pero es una evidencia. Sobre la consideración de tortura sólo tenemos que referirnos a lo que verdaderamente significa "torturar" para comprobar la vergonzosa utilización de este término. Sería curioso si alguna persona que haya sufrido la tortura en sus propias carnes nos hablara sobre el concepto. Y en la misma medida está el sutil tema de la Justicia, con mayúscula. Y es que en España nos regimos por la Constitución y por la legislación y, hasta la fecha, no hay ninguna ley que identifique esa práctica tan horrorosa con lo que ocurre en una plaza de toros, por cierto, una vez o dos veces al año, en la mayoría de ocasiones. Tampoco la legislación española reconoce la Tauromaquia como maltrato animal, ni siquiera en la ley de 2023 sobre esta materia, promulgada precisamente por el gobierno del PSOE y todos sus socios, mayoritariamente de izquierdas.
Mientras tanto, en España se suicidan cada día una media de 9 personas y lo intentan muchas decenas pero es tema tabú y no se puede hablar a diario, sino cuando lo hace alguna persona famosa y se agita un pco el vaso. No hay "manifas" ni movimiento alguno, más allá de los esfuerzos de algunas familias ya heridas por esta lacra social. Y, mientras discutimos sobre una persona que estaba al frente del fútbol, cada día en España, también de media, se producen cuatro violaciones con penetración, más otro número muy elevado de agresiones de tipo sexual. Pero, si nos fijamos en los accidentes laborales también vemos que las cifras, siendo verdaderamente alarmantes y lacerantes tampoco son noticia ni motivo de "na de na". Puede que recorramos cualquier carretera, camino o paseo y observemos como amarillean las cunetas y algunas -demasiadas- parcelas. No, no pasa nada, es sencillamente que les han aplicado veneno, sí, como suena, aunque tenga un nombre que parece una medicina. Lo podemos suavizar llamándolo herbicida, pero ¿no es la hierba un ser vivo? ¿no es entonces el herbicida un biocida?¿De verdad que no nos afecta como personas y a la fauna que nos rodea y que hace posible la vida?
Se asomo a la ventana desde la que contemplo, tantas veces con dolor, lo que pasa en mi país. Veo las imágenes de gente con nombres y apellidos nunca pronunciados ni escritos, que mueren a diario en nuestro Mediterráneo. Sí, sueños ahogados anónimos de los que nos suele llegar el número y poco más.
No quiero seguir pero ¿de verdad que esto es lo que preocupa al Ministro de Cultura? ¿No hay muchas medidas de todo tipo que habría que tomar que son más importantes que estas? (No quiero entrar en profundidad).
Algunos pensamos que lo "gualdisneico" (De Walt Disney) ha dejado una huella muy empobrecedora en nuestra sociedad. Se va instalando esa "ética indolora" de la que habla algún pensador, esa pseudo-sensibilidad que se fija más en el toro de la plaza que en el de la dehesa y su entorno. Esa que no valora la importancia de las aves urbanas porque los ciento un un dálmatas los han transformado en lindos gatitos de los tebeos de un Superman que desviaba la mirada de las operaciones bélicas de Centroamérica o de Vietnam y se enternecía con tanta humanidad. Esa tranquilizadora mirada sobre estas actividades que nos muestran la sangre de un animal como sinónimo de salvajada pero que rehúyen ver la fauna autóctona atropellada, los impactos que generan las monísimas y muy "pichis" mascotas alóctonas en nuestros ecosistemas. Las que ni quieren ver la crueldad de la destrucción de la Naturaleza y los impactos directos o indirectos de nuestra forma de vivir en el Tercer Mundo...y en el Cuarto se ofenden porque en un pueblo de nueve mil habitantes, por ejemplo, maten a seis toros en un año, aunque estén cenando hamburguesa, tan rica, mientras tuitean y navegan con sus buenos cañones por banda por las aguas de la libertad de expresión, criticando, censurando y hasta insultando a los que no piensan como ellos, poseedores de la verdad.
En fin, una cosa tiene de bueno que un ministro de Cultura del gobierno de España elimine los toros de los premios de Cultura y es que nacen otros y la Tauromaquia sale fortalecida.
El torero peruano Andrés Roca Rey el pasado 28 de abril de 2024, domingo, en la reinauguración de la Plaza de Toros de Ciudad Real.
Artículo buenísimo y acertadisimo.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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